Colocamos el rostro contra la almohada una media de 2.500 horas al año. No es raro que nos levantemos con la cara de Jim Carrey en 'La Máscara'. En una piel joven, con buena elasticidad, normalmente esas arrugas revierten a lo largo del día, pero en las pieles maduras tardan horas en irse y van creando micro-surcos hasta que un día las marcas ocasionales se quedan a vivir en nuestra cara. Después de la radiación UV, las almohadas son las máximas responsables de la aparición de las 'arrugas del sueño', llamadas así por los dermatólogos porque se forman a causa de la presión constante de la piel contra la superficie de la almohada.
"Las arrugas del sueño, a diferencia de las arrugas de expresión, son verticales y afectan a la cara, el cuello y el escote. Se producen porque acostumbramos a dormir más de un lado que de otro, siempre en la misma posición, lo que conlleva a la aparición de arrugas debido a la insistente presión de la almohada sobre la piel. Esta presión constante que ejercemos frena la circulación de la sangre y evita que la piel se oxigene, lo que conduce a una atrofia y a una disminución celular que va a crear esa especie de cicatriz interna que es lo que subyace bajo una arruga de sueño", explica Beatriz Estébanez, médico estético de Clínica Menorca.
Para evitar estas arrugas, la posición que adoptamos para dormir influye mucho. "La postura que más afecta es la de dormir boca abajo y de lado. Boca abajo porque obstruimos la circulación y amanecemos con el rostro hinchado y con bolsas en los ojos; y de lado porque la presión contra la almohada arruga los pómulos, la barbilla y el escote”, señala la doctora. Por esta razón, actrices como Jennifer López duermen tumbadas boca arriba, rodeada de cojines para evitar cualquier movimiento.
Sin duda, y a tenor de los resultados, el método López funciona, pero parece algo extremo cuando hay otras estrategias más sencillas. Podemos eliminar la aparición de estas arrugas con un acto tan sencillo como cambiar la funda de almohada y pasar del algodón a la seda o al satén. Lejos de tratarse de una leyenda urbana, ahora sabemos que estos tejidos minimizan la fricción durante las horas de sueño, evitando la rotura tanto de los tejidos faciales (la famosa arruga) como los del pelo. Nuestra melena también se verá beneficiada por el cambio. "La utilización de tejidos transpirables y suaves ayudan a que la piel respire mejor y realizan menos presión interna sobre la misma. Todo ayuda", explica Beatriz Estébanez.
El mercado ya se ha hecho eco de las propiedades de la seda y el satén con una abundante oferta en fundas de almohada. Como ejemplo, la firma Slip las vende fabricadas en seda de morera, el grado más alto de la fibra natural conocida por sus largas hebras brillantes de máxima calidad. La marca afirma que dormir con una funda Slip, que recientemente ha ampliado su catálogo de productos a antifaces, turbantes y gomas de pelo, es "un tratamiento de belleza de ocho horas cada noche". Su precio ronda los 90 euros.
El mercado de almohadas de belleza también ha crecido considerablemente. Las hay de formas imposibles y de diseño más conservador. Algunas vienen enriquecidas con nutrientes como el áloe vera o sustancias antifúngicas y ofrecen más de una prestación, con un coste aproximado entre los 50 y los 80 euros. Cada uno debe encontrar la suya, pero al margen de gustos, tenemos que comprobar las siguientes características:
Además de almohadas y fundas, para desterrar las arrugas del sueño no hay que olvidar la rutina nocturna habitual. "Por lo general este tipo de arrugas no se empiezan a notar hasta los 40 años que es cuando empezamos a preocuparnos porque vemos que a lo largo del día esa arruga no desaparece", señala Beatriz Estébanez.
¿Cuál es la estrategia cuando comprobamos que tenemos una nueva arruga? "Lo que tenemos que hacer es cambiar la posición e hidratar cuanto antes el valle de la arruga para evitar que esa fibrosis, esos nudos que se han formado sigan tirando de la piel y se forme la arruga. Tengo pacientes en consulta que no pueden evitar cambiar la posición cuando duermen y siempre están ejerciendo la presión sobre el mismo punto, a pesar de cuanto hagamos para tratar esa arruga es muy difícil que logremos eliminarla", advierte esta experta.
En casos así, en los que no podemos cambiar la postura de descanso, ¿qué podemos hacer para prevenirla e incluso eliminarla? "Se puede intentar poner una pequeña almohada en la zona del cuello para tener la cara un poco más estirada, y no recogida. Hay que tener en cuenta también si el paciente padece bruxismo, debería utilizar una férula para lograr una relajación del masetero que, al estar contraído por la noche, hace que nuestra piel esté más plegada", señala Estébanez.
Para esta profesional, la cosmética puede ayudar, pero si la arruga es muy rebelde habría que atacarla con algún tratamiento en cabina. "Es muy importante la rutina nocturna de belleza, limpiar bien la piel y utilizar una crema o sérum con ácido hialurónico para una correcta regeneración celular. Uno de los tratamientos que considero fundamental cuando es muy difícil doblegar esa arruga del sueño es la terapia celular con plasma rico en plaquetas para poder estimular la formación de nuevas células y que sea nuestro propio organismo el que intente restaurar y reparar esa lesión", concluye esta experta .