Bótox es el nombre comercial de uno de los cuatro medicamentos que contienen toxina botulínica (TB) y que están autorizados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS): Bótox, Dysport, NeuroBloc y Vistabel. La toxina botulínica la produce la bacteria Clostridium botulinum, la misma que provoca un tipo de intoxicación alimentaria entre otras. Esta toxina es una sustancia que ofrece altos niveles de seguridad, por lo que existen bajos índices de contraindicaciones o riesgos del Bótox.
Sin embargo, en el caso de que se empleen grandes cantidades de este elemento como, por ejemplo, en el caso del cuello, el organismo puede llegar a generar defensas naturales que luchen contra esta bacteria. En estos casos, el efecto del Bótox sería totalmente nulo. Asimismo, el Bótox aplicado por manos inexpertas puede alcanzar a otros músculos originando resultados opuestos a los deseados, ya sea una ceja más alta que la otra, algo que desaparecerá con el paso del tiempo.
Las aplicaciones de Bótox, orientadas hacia el campo de la estética, están delimitadas no sólo de las condiciones previas, de los conocimientos, experiencia y habilidad del profesional sino también de la calidad del músculo del paciente, tipo de cicatrización y características personales.
Según la normativa, el uso de Bótox solo está permitido aplicarlo para uso estético en el tercio superior de la cara, en concreto entre las cejas. Las arrugas se producen cuando el músculo se tensa; la toxina se inyecta en el músculo a través de la piel y evita que este se tense. Cuando el músculo se relaja, la arruga se hace menos visible y quien recibe este tratamiento no puede fruncir las cejas. Este efecto suele diluirse a lo largo de 5 o 6 meses, cuando el músculo suele volver a segregar acetilcolina y vuelve a contraerse y, por tanto, la arruga vuelve a aparecer.
No está permitido inyectar Bótox alrededor de la boca. Los odontólogos alertan de forma especial que el uso de esta toxina puede ser peligroso para la salud si se inyecta en otras partes del cuerpo que no sea la autorizada por ley. Advierten que el Bótox está reservado legalmente para ciertas indicaciones médicas y, con finalidad estética, para tratar las arrugas que se sitúan entre las cejas. Esto es así para evitar que se inyecte en zonas muy vascularizadas por las que puede introducirse en la sangre y pueda causar efectos perniciosos.
El Bótox es uno de los fármacos más seguros y a día de hoy su técnica está muy perfeccionada. No obstante, existe la posibilidad de que los resultados no sean siempre los deseados. Es importante que la técnica se realice por profesionales que cuenten con un buen conocimiento de la musculatura facial y sus funciones, pero también con una especial habilidad para realizar infiltraciones en los puntos anatómicos adecuados.
Pese a los riesgos del Bótox y de otras técnicas, estos tratamientos de estética siempre serán una ayuda para intentar esconder aquella arruga de más que preferimos quitarnos de encima.