Es casi un tópico entre los analistas políticos decir que para ser presidente de los Estados Unidos no se puede tener barba ni bigote y hay que lucir un buen pelo. Si miramos los mandatarios americanos de los últimos años, la estadística se cumple.
Sin querer llegar a ser líder mundial, lo cierto es que un cabello abundante y en buen estado tiene un gran impacto en nuestra imagen y en nuestra actitud. Por esta razón, cuando la calvicie acecha es habitual querer atajar el problema de forma radical y el trasplante de pelo se plantea como la mejor opción. ¿Funciona siempre? ¿Es posible en todos los casos? Hemos hablado con el doctor Ángel Martín, director médico y experto en implante capilar en Clínica Menorca, para que explique las cuatro condiciones indispensables para que el trasplante sea un éxito.
La zona donante es el área de donde se extraen los folículos pilosos. Se localiza en la región posterior de la cabeza y en los parietales, la parte lateral por encima de las orejas, programadas genéticamente para no perder pelo. Pero tiene que haber muchos folículos. "Sí, es fundamental tener una buena densidad de pelo y del grosor adecuado en la zona donante para extraer la mayor cantidad de unidades foliculares. El problema más común que nos encontramos a la hora de hacer un implante capilar es precisamente el no poder disponer de la cantidad necesaria de pelo, porque no hay suficientes unidades foliculares por centímetro cuadrado o porque es muy fino", confirma el doctor Martín.
En este caso, la edad sí importa, pero al contrario de lo que suele pensarse en temas de estética: la juventud penaliza. "No hay establecida una edad máxima ni mínima para someterse a esta cirugía, pero la óptima está a partir de los 30 años, cuando la alopecia está asentada. En pacientes de menos de 30 la alopecia puede seguir avanzando después de la cirugía o, debido a esta misma razón, no se conseguiría una redistribución adecuada del pelo porque la alopecia no sigue un patrón constante", explica Ángel Martín, para quien el éxito del trasplante reside en "el criterio quirúrgico y que la zona donante sea suficiente para cubrir la zona receptora".
"No, lo que más influye en la caída del pelo es la genética androgénica por parte de madre y padre. Cuenta también si se tiene caspa o el exceso de grasa. La falta de cuidados acelera el proceso de caída. Y también el estrés es causa de la pérdida de cabello", señala este experto.
Sí es cierto que hay que observar ciertas pautas después de la operación: "no se puede hacer actividad física las dos semanas siguientes a la cirugía hasta que el bulbo piloso haya prendido y no se puede tomar el sol. Además hay que seguir los cuidados que recomendamos de lavado de pelo con champús especiales. En la clínica recomiendo a mis pacientes un champú anti-caída que producimos en nuestros laboratorios que previene la caída, fortalece la fibra capilar y ayuda a regular el exceso de grasa", explica Ángel Martín.
Tampoco se debe sudar; por eso es mejor no hacer deporte durante las primeras semanas después de la intervención ni realizar ninguna actividad que limite la circulación sanguínea como fumar. Algunos expertos, incluso, señalan que es bueno evitar fumar antes y mínimo un mes después del trasplante.
Es quizá la condición más importante. El trasplante capilar no es adecuado en todas las calvicies. "Por ejemplo, la alopecia areata es una enfermedad autoinmune de la piel. Mientras está activa, el injerto capilar no funciona porque las células del sistema inmunológico podrían afectar en cualquier momento al folículo implantado. En este tipo de alopecia estaría más indicado el Plasma Rico en Plaquetas", señala este experto. "En la alopecia postraumática o cicatricial, el injerto capilar puede no dar buenos resultados, ya que en este caso no hay suficiente vascularización en la zona, lo que provoca que la supervivencia de los injertos sea menor que en la piel sana", afirma.
En el efluvio telógeno, la caída brusca del cabello que tanto se ha dado entre los convalecientes de coronavirus, tampoco es recomendable: "es una caída reversible. Hay que identificar la causa para poner tratamiento, pero lo normal es que desaparezca en unos meses", afirma el facultativo.
Descartadas estas calvicies, ¿en cuáles sí se puede intervenir? "En la alopecia androgenética, la más común tanto en hombres como en mujeres, para la que el injerto capilar es la solución más efectiva", asegura Ángel Martín.
Otros casos en los que sí es posible realizar un injerto son las tricotilomanías (personas que tienen el tic de arrancarse el pelo) cuando ha habido un trabajo psicológico previo para superar la manía; en algunos pacientes con tratamientos oncológicos y cuando la calvicie se reduce a un problema estético en las entradas del pelo, sin que haya ninguna patología subyacente.
Como en cualquier intervención clínica, lo esencial es tener un buen diagnóstico. Para que el injerto sea un éxito, la caída de pelo debe ser estable y controlada. A veces la solución no es el trasplante sino los tratamientos orales, los tópicos y los inyectados, como el mencionado Plasma Rico en Plaquetas. Pero si cumples el resto de condiciones y te animas a hacerte un trasplante capilar, ten en cuenta que necesitarán un tiempo adicional de recuperación. Aunque las intervenciones actuales son menos agresivas que las de hace unos años, es habitual la aparición de hematomas y pequeñas costras en los folículos implantados. Resérvate una semana sin compromisos sociales para que nada empañe el crecimiento de tu nuevo pelo.