Elegir bien el vaquero es de los asuntos estilísticos más importantes tanto para hombres como para las mujeres. Sin embargo, en el porcentaje de acierto/error, los hombres se llevan la palma del error. ¿Por qué? Quizá porque no destinan tanto tiempo a probarse. Y en esto no hay secretos: el vaquero perfecto no existe; es algo totalmente personal. Lo que a uno le viene bien, en otro cuerpo no funciona. Sin embargo, hay pautas que pueden ayudar: el tipo de corte y el color pueden ser (o no) tantos a tu favor. Esta pequeña guía puede ayudarte a elegir el vaquero correcto, ese con el que te ves y te ven bien.
El vaquero empieza en la cinta métrica. Es fundamental medirse la cintura, algo más arriba del ombligo. Los jeans perfectos deben quedar en la cintura y no arriba ni debajo de esta o, aún peor, por debajo de la tripa. Deben sostenerse solos, incluso sin cinturón, y no quedar ni demasiado apretados ni demasiado holgados. Si puedes deslizar dos dedos en la cinturilla, es que son tu talla.
Es el corte que le queda bien a la mayoría de las personas. Se trata de un patrón clásico al que la tela tejana quita seriedad, dándole un toque informal. Suele estilizar y tiene la ventaja de que es holgado en la parte de los bolsillos, así que da igual el tipo de ropa interior que se use: hay espacio hasta para los boxers más holgados. Los bolsillos, además, son grandes y en ellos puede guardarse sin problemas móviles o carteras. El ancho de la pernera suele ser igual en el tobillo, rodilla y muslo, aunque puede cambiar ligeramente según los modelos.
Si buscamos una silueta algo más contemporánea, el corte ser ligeramente más estrecho de la rodilla para abajo. Si además del algodón del jean, el tejido incluye algo de lycra, serán aún más cómodos.
Los vaqueros rectos admiten unas cuantas variaciones, pero hay una especialmente adecuada para los cuerpos más musculosos: son los rectos holgados, con un corte más amplio en la parte trasera y las piernas, y algo de elástico para más comodidad.
En general, sientan bien, pero hay que evitar que caigan demasiado o que queden excesivamente anchos o rígidos. Si hay algo de tripa, es mejor llevar camisas o camisetas por fuera y estructura la figura con una chaqueta que dé volumen al tercio superior.
Lo indica su propio nombre: el corte 'delgado' es más adecuado para las siluetas más esbeltas, ya que muestran cualquier exceso o volumen indeseado. En cualquier caso, si eres de los que te ves más con un pantalón pitillo (¿quizá porque te recuerda a tus 20 años?), sí puedes ponértelo, aunque tengas algún kilo de más, si lo combinas con una parte de arriba oversize o bien estructurada, por ejemplo, con una chaqueta. Como en el caso anterior, se trata de compensar creando un volumen que desvíe la vista del tercio inferior.
El azul medio y oscuro son los tonos más elegantes y los que más estilizan. También son los más clásicos. Por tanto, los vaqueros desteñidos, lavados, gastados o con roturas 'estratégicas' son mucho más desenfadados. El vaquero clásico puede considerarse un pantalón más, en la gama de los chinos. En cuanto al planchado, eso sí, nunca marques el pliegue.
Nada más sexy que un vaquero algo desgastado. Para los hombres mayores de 50 es algo así como un lifting de silueta. Son ideales los que parecen que llevan décadas contigo, pero también pueden comprarse así: prelavados y desgastados en las costuras, las rodillas y los muslos. Normalmente, son de corte recto, sin campanas ni efectos en el tobillo. Si te decides por estos vaqueros, el estilo es necesariamente desenfadado, sin concesiones a lo clásico.
Es muy fácil equivocarse en este punto. La forma en que los jeans se doblan cuando los pantalones tocan la parte superior del zapato ha cambiado a lo largo de los años. En los jeans rectos, lo habitual es que se doblen a frente y queden rectos en la parte posterior. Es importante saber que cuando son demasiado anchos y hay exceso de tela acumulada en los tobillos, se ven demasiado largos y con un toque descuidado.
En los últimos años, proliferan los remangados. Si se alzan en exceso, se muestran los calcetines, así que hay que cuidarlos como una pieza más del estilismo. Los bajos remangados le quedan mejor a los adolescentes y a los millennials. Si aún así, te atreves son geniales para verano con una camiseta básica de rayas o de algodón.