Todos los meses de julio, año tras año, desde hace más de un siglo, entre 2.000 y 3.000 personas acuden a Bohemian Grove, un enorme terreno plagado de bosques de secuoyas junto a la pequeña localidad de Monte Rio, en el condado de Sonoma al norte de California.
Pero, ¿qué es exactamente Bohemian Grove? Mil hectáreas en las que se organizan unos 120 pequeños campamentos en los que veranean los miembros del Bohemian Club organizados en función de su perfil y de sus intereses.
Es como un lugar de vacaciones, pero rodeado de incógnitas porque es exclusivo para ellos. La lista de los que hoy día integran este club es secreta. Solo se conoce que forman parte de él los hombres más influyentes y con mayores fortunas de Estados Unidos.
Si no eres miembro, no estás invitado a este campamento para ricos. La prensa también está vetada y trasciende muy poca información. Menos aún se publican fotografías de todo lo que acontece anualmente.
En 1872, un grupo de periodistas, artistas y músicos empezaron a reunirse de forma regular. Se calificaron de bohemios porque eran excéntricos y no se ajustaban a las reglas y a las convenciones sociales. Crearon un club de caballeros, el Bohemian Club, para disfrutar de los placeres de la vida, de las actividades al aire libre y de las artes. Hoy, este club sigue activo y muestra su insignia, un búho, en el número 624 de la calle Taylor en la ciudad de San Francisco.
Al poco de su creación, este grupo de bohemios empezó a aceptar como socios a importantes hombres de negocios y empresarios porque necesitaba fondos para financiar sus actividades culturales. Ahora, además de artistas también forman parte ejecutivos de banca, petroleras, grandes constructores, contratistas o medios de comunicación.
Aunque la lista actual es secreta, a lo largo de tantos años de historia se ha sabido que pertenecieron al Club los escritores Marc Twain o Jack London; los multimillonarios William Randolph Hearst o David Rockefeller; y los políticos Dwight Eisenhower, Ronald Reagan, Henry Kissinger, George Bush y su hijo George W., Dick Cheney o Donald Rumsfeld.
El Club nunca informa de lo que acontece durante las actividades anuales del Bohemian Grove. Hay un secretismo absoluto y unas medidas de seguridad excesivas. Por este motivo, muchos activistas protestan de que su objetivo es establecer un nuevo orden mundial. Destacan que no es legítimo que se reúnan a puerta cerrada personas de tanta influencia y poder económico con políticos y representantes del Gobierno, porque lo que se discute en privado afecta a todos.
Diferentes fuentes aseguran que ya durante la celebración anual de 1942 se fraguó el Proyecto Manhattan que después condujo a la creación de la bomba atómica. También se subraya que es aquí, mientras participan en las actividades del campamento, donde muchos hombres con poder han sembrado su semilla para la presidencia de Estados Unidos.
Por ejemplo, Richard Nixon, presidente del país entre 1969 y 1974, tras dejar su cargo, reconoció que el discurso que había marcado su camino político lo ofreció ante los miembros del Club en el Bohemian Grove de 1967.
En otra de las celebraciones, en 1981, el secretario de Defensa del entonces presidente Ronald Reagan, dio una charla sobre el rearme del país, ante los principales miembros de la industria militar que habían sido invitados. Muy poco después, el gobierno de Reagan lanzó la Iniciativa de Defensa Estratégica que inició una carrera armamentística.
Parece por tanto una ironía que el lema del Bohemian Club sea: Weaving Spiders Come Not Here (en español, las arañas que tejen no vienen aquí). Se trata de una frase del segundo acto de la obra Sueño de una noche de verano de Shakespeare. Presupone que los problemas del mundo y los negocios deben dejarse a un lado cuando se participa en las actividades del campamento.
Otro de los aspectos que llama enormemente la atención es la ceremonia de cremación que anualmente inaugura el inicio del Bohemian Grove. En realidad, se conoce porque lo han hecho público personas infiltradas que no habían sido invitadas.
Se trata de la Quema de las preocupaciones, una representación teatral con un espectáculo de pirotecnia, que tiene lugar a las orillas del lago artificial del campamento y junto a una estatua de un búho de doce metros de altura. Simboliza el adiós a las preocupaciones diarias, sin embargo, los más críticos aseguran que es un rito pagano con connotaciones satánicas.
Oficialmente, tan solo es el inicio del retiro y del veraneo de los miembros del Club y de sus invitados. Son personas que disfrutan de la naturaleza y actividades culturales como conciertos, recitales, obras de teatro o charlas sobre asuntos de actualidad.
También ha trascendido que muy pocas personas tienen la fortuna de formar parte del Bohemian Club. La cuota de entrada asciende a unos 25.000 dólares y la espera para ser admitido dura de 15 a 20 años.
Según dicen, sus estatutos marcan que el 10% del total de miembros deben ser compositores, músicos, cantantes, actores, pintores o escritores. Ellos se libran de la citada cuota de acceso y, en concreto, organizan las actividades culturales del evento anual.