José Andrés ha conseguido convertirse en uno de los cocineros más internacionales de España, llevando la gastronomía patria a diferentes puntos del planeta, además de por su labor social con su ONG World Central Kitchen. Lo cierto es que su periplo americano podría no haber ocurrido, pero un simple malentendido en el que estuvo involucrado Ferran Adrià lo llevó a cruzar el charco. De no ser por eso, no habría conocido a su mujer, Patricia Fernández, y tampoco habría tenido a sus tres hijas, Carlota, Inés y Lucía. ¿Qué fue lo que ocurrió? Lo cuenta en su serie de HBO junto al mismo Adrià.
En uno de los capítulos de la docuserie ‘José Andrés y familia en España’ visita a su buen amigo Ferran Adrià, al que conoció en El Bulli durante los tres años que allí pasó aprendiendo todo lo posible sobre cocina. “Fue como el servicio militar, pero en la cocina”, bromea el protagonista Ahora, aprovechando que coincidían y por darle algo más de chicha al capítulo, decidieron contar parte de lo que pasó y el encontronazo que tuvieron, sin el que seguramente el asturiano no habría cogido las maletas para embarcarse rumbo a Estados Unidos.
En aquellos años José Andrés era un becario aventajado de El Bulli y, tras lo que ellos llaman un pequeño malentendido, el cocinero decidió abandonar el restaurante de Ferran Adrià para poner rumbo a la otra punta del mundo. ¿Qué pasó? Sin trabajo y con ganas, José Andrés cogió un avión en 1990 a Estados Unidos, donde se ha establecido desde entonces. “Tres días después yo ya estaba en Nueva York, le llamé y le dije que no iba a volver”, explicó ante el asentimiento del catalán.
En este episodio son sus dos hijas mayores las que le acompañan, Carlota e Inés, que también estuvieron hace 11 años en la última cena que se celebró en El Bulli. Tras conocer la historia, ambas reflexionaron, diciéndole a su padre que, de no haber tenido ese malentendido, no habría conocido a su madre al otro lado del charco, dándose cuenta de otra cosa. “Si no hubieras discutido con Ferran, no habrías conocido a mamá y nosotras no existiríamos”, le dicen emocionadas.
Pese a aquel encontronazo, ambos cocineros han seguido siendo grandes amigos durante estas tres décadas. “Ferran es mi maestro, mi mentor y uno de mis mejores amigos”, dice José Andrés.