No sabemos si era ludópata o simplemente le gustaba mucho jugar a las cartas, pero fue precisamente el deseo de seguir jugando el que hizo que John Montagu, IV conde de Sándwich, ordenara en 1762 que le dieran un pedazo de carne entre dos rebanadas de pan. Podía calmar el hambre y no mancharse las manos. Así nació el sándwich, uno de los platos más populares, socorridos y sabrosos del mundo.
Como no podía ser menos, la fórmula comenzó a adaptarse a la gastronomía de todo el planeta. Cada región y cada país empezaron a meter entre rebanadas de pan casi todo lo que sobraba. Pero, con el tiempo, la fórmula empezó a enriquecerse con todo tipo de ingredientes. De plato humilde y funcional, pasó a ser una propuesta 'delikatessen', valorada por el mundo gourmet.
Para hacerle los honores, la guía gastronómica Taste Atlas ha publicado un año más la lista actualizada de los 100 mejores sándwiches del mundo. Y entre los 30 primeros se cuelan dos delicias de la cocina española.
Y cuando decimos jamón, nos referimos al jamón serrano. El bocadillo de jamón está en el puesto 22 de la lista. Está bueno en todas sus variedades, pero si lo que queremos es un bocadillo de jamón con nota es fundamental elegir un jamón serrano de calidad. Aquellos que tienen Denominación de Origen Protegida, como los de Dehesa de Extremadura, Guijuelo, Huelva, Teruel o Los Pedroches, garantizan un sabor excepcional y un alto contenido nutricional. El jamón serrano es un producto nutritivo y rico en minerales. Destaca el alto valor en proteínas, necesarias para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, especialmente indispensables para los músculos y el cerebro. También es rico en calcio, lo que ayuda a mantener sanos los huesos y prevenir problemas como la osteoporosis. Al mismo tiempo, su contenido en hierro previene la aparición de anemias. Por último, el jamón es una fuente de ácidos grasos, lo que ayuda a combatir el colesterol malo y protege el sistema cardiovascular.
El pan es el otro componente esencial. Los expertos aconsejan escoger pan de cristal. Después de tostar el pan en plancha o tostador y pintarlo ligeramente con aceite de oliva virgen extra, puede extenderse una capa fina de tomate rallado. Después, el jamón, y, por último, disfrutar.
En Madrid es uno de los bocadillos más típicos, aunque los calamares se toman por toda la geografía española; a veces, con cambio de nombre incluido, como las rabas de Cantabria. En el ranking de Taste Atlas se sitúa en el puesto 27.
Si no hay tiempo, pueden hacerse con calamares congelados rebozados. Pero si disponemos de algunos minutos, nada mejor que freír los calamares en casa. Lo fundamental es comprar un buen ejemplar (atención, no confundir con la pota). Después de quitar las aletas, hay que cortar el calamar en círculos, salpimentarlo, pasarlo por harina, eliminando el exceso, y freírlo en abundante aceite caliente. Después de pasarlo por un papel secante, puede añadirse unas gotas de limón.
En este caso, el pan puede ser baguette o bollo de pan. Al estar frito, el pan no necesita ningún otro aditamento, aunque algunas personas le añaden mayonesa al bocadillo o incluso alioli.
En cuanto a sus propiedades nutricionales, el calamar es en un 90% proteína; en este caso, le hemos añadido grasa en la fritura, pero si freímos en aceite de oliva virgen extra, la opción más recomendable, nos aseguramos de que sea una grasa buena.
¿Qué bocadillos encabezan la lista de Taste Atlas? El primero es el Tómbik, una variedad proveniente de Turquía elaborada con carne desmenuzada en un pan plano en forma de bollo conocido como pide ekmek . “El pan tiene un exterior crujiente y un interior suave. Este plato generalmente se sirve con ingredientes adicionales, según la elección del cliente, como tomates, cebollas, lechuga u otras verduras y salsas variadas", explica la publicación.
El segundo es la butifarra, un plato peruano elaborado con pierna de cerdo hervida, ajo, aceite, ají y pimientos rojos. Según la guía gastronómica, este sándwich es un alimento básico en las fiestas de cumpleaños y, a menudo, se sirve como parte de un desayuno típico de Perú.
El tercer bocadillo más sabroso es el sándwich de lomo argentino. Se trata de un emparedado relleno con filete de lomo en rodajas finas, tomates, cebollas, lechuga, mayonesa, salsa chimichurri, jamón, queso y un huevo frito. La receta siempre está abierta a la innovación: puede ponerse filete de ternera o añadirle rodajas de berenjena, junto con cualquier otro ingrediente. Popular también en Uruguay, se puede encontrar fácilmente en los numerosos carritos dispersos por las calles de ambos países.