Las seis bebidas con más alcohol del mundo: de su uso a su peligrosidad

Hay bebidas con alcohol que tendrían que desaparecer porque su ingesta sin control podría acabar con la vida de cualquiera. Muchas de ellas empezaron a fabricarse de forma artesanal y a escondidas de las autoridades por su peligrosidad. Ahora se elaboran cumpliendo las normas, pero incluyen en sus etiquetas los riesgos de consumirlas solas, de modo que supuestamente se emplean en exclusiva para hacer postres o como base para digestivos o como ingrediente secreto de muchos de los cócteles que están tan de moda.

En Uppers hemos tomado nota de las bebidas con más alcohol del mundo para que si te encuentras con ellas tengas conocimiento de los riesgos a los que te expones. No es para tomárselo a broma y nunca hay que probarlas solas, sin mezclar con otros líquidos o ingredientes que las rebajen por su toxicidad. Esta es una selección de las bebidas con más graduación alcohólica del mundo

1. Spirytus Staropolski

El Spirytus Staropolski es un vodka de altísima graduación, al 96%, que produce la empresa Polmos Lublin, uno de los mayores fabricantes de espirituosos de Polonia. La receta de esta bebida se guarda en secreto por ser una de las más valoradas de su rango, premiada y con mayor antigüedad. Según la casa se elabora a partir de los mejores tipos de cereales, lo que garantiza un sabor y un aroma únicos.

Es un destilado del trigo a su máxima capacidad alcohólica (96%) y por ello la de mayor graduación del mundo. En el país la fabricación artesanal de este espirituoso se remonta al siglo XVII, cuando se empleaba en la medicina, como desinfectante, en la industria del perfume y en la producción de vodka.

Debido a su alta graduación, se recomienda para elaborar otras bebidas alcohólicas, pero siempre rebajando su contenido alcohólico junto a refrescos o zumos. Además, se aconseja acompañarlo de la ingesta de las tradicionales preparaciones polacas como arenques, pepinillos ácidos o setas. También es habitual que forme parte de la receta de cócteles como el Bloody Mary, el Black and White Russian o el Moscow Mule.

2. Everclear® 190

La compañía estadounidense Luxco que produce Everclear® 190 detalla que es un aguardiente 100% neutro “inodoro, insípido e incoloro” con una graduación alcohólica al 95%. Lo describe como un destilado de cereales de grano “original” y que por ello tiene una capacidad extraordinaria para extraer sabor siendo realmente versátil para capturar sabores complejos a partir de mezclas simples.

De este modo resulta perfecto como base de otros alcoholes porque las destilerías tienen a su disposición “el lienzo líquido en blanco de sus creaciones” o como ingrediente de los maestros en coctelería.

Desde Luxco además advierten de que se utilice de forma responsable. Añaden que “debe usarse con más moderación que otros licores claros en las recetas o debe diluirse antes de disfrutarlo. El consumo excesivo puede provocar intoxicación por alcohol, lesiones e incluso la muerte”.

3. Glendalough Poitín

En el precinto del corcho de Glendalough Poitín dice “la primera bebida destilada del mundo” y así lo afirman quienes lo elaboran, la destilería irlandesa Glendalough Distillery. En el siglo VI los monjes irlandeses empezaron a preparar este destilado al refugio de los monasterios donde vivían como el de Glendalough, que significa el valle de los dos lagos y se encuentra en el condado de Wicklow en Irlanda. En ese tiempo era conocido como “uisce beatha” {ishka baha} (el agua de la vida) y la mala pronunciación acabó derivando en la palabra “whisky”.

El Poitín actual que tiene una graduación alcohólica del 55%, aunque podría alcanzar hasta el 95%, se destila tres veces en un alambique de cobre tradicional empleando cebada malteada y agua pura de manantial. Se recomienda beber con hielo para apreciar el sabor en toda su plenitud o mezclar “para tragos largos y cócteles” a los que aporta un toque muy especial. Dicen que su aroma recuerda a pasas, a frutas exóticas, a mango, a piña, a ralladura de naranja y a mermelada. Ya en boca también evoca a cerezas oscuras y a ciruelas, a vainilla y a granos dulces con especias de pimienta.

4. Octomore 14.1

En Bruichladdich Distillery hace unos años revolucionaron todos sus procesos para convertirse en una compañía que respeta su entorno conscientes de la importancia de cuidarlo porque es la base de las materias primas de sus destilados. Tal como afirman “buscamos producir las bebidas espirituosas más naturales, intelectualmente estimulantes y placenteras posibles. Somos destiladores progresistas de las Hébridas”. Su centro de operaciones se encuentra en la isla de Islay, un lugar idílico que pertenece al archipiélago de las Hébridas, que está en la costa oeste de Escocia y lo baña un brazo del océano Atlántico,  

El whisky Octomore 14.1 es un destilado 100% de cebada continental escocesa y turbado a 128,9 PPM, Octomore 14.1 con una graduación alcohólica al 59,6%. Tal como cuentan desde la marca ha sido madurado durante cinco años en barricas de whisky americano de primer llenado. El resultado es “delicado e intrincado equilibrio entre humo, malta, barrica y maduración, una experiencia única”, que en nariz recuerda al caramelo dulce, a la vainilla, a cítricos, a café tostado y a sutiles especias. La receta intenta rememorar los destilados que en el siglo XVI ya se fabricaban en las Islas Hébridas, cuyas graduaciones llegaban al 90%.

5. Hapsburg Absinthe XC

A la absenta la apodaron el “diablo verde” por sus efectos y su altísima graduación alcohólica. Se prepara con hierbas, anís verde, flores de hinojo y ajenjo. Según cuentan los escritos fue “un alucinógeno prohibido que hacía ver hadas verdes a los adictos”. En el siglo XIX, por ejemplo, la ingerían los militares franceses en Argelia como medida para prevenir enfermedades e infecciones. Muchos artistas contemporáneos consumían absenta como Manet, Picasso, Vincent Van Gogh o Oscar Wilde y confesaron que les llevaba a otros mundos y les generaba adicción.

Una de las absentas más codiciadas es la gama Hapsburg Absinthe XC que comercializa Wine & Spirit International, una compañía familiar de quinta generación con sede en Croydon, una gran ciudad al sur de Londres. Tal como asegura la firma, la gama Hapsburg Absinthe XC es una “absenta de primera calidad”, con una graduación alcohólica al 89,9% y “perfecta para explorar nuevas creaciones de sabores y cócteles”. Hay cuatro tipos: Original, Cassis, Frutas Rojas de Verano y Frutas Negras del Bosque, siendo esta última la más apreciada por los expertos.

6. Stroh 80

El ron Stroh 80 Original Inländer lo produce la compañía Sebastian Stroh Austria, un fabricante de bebidas espirituosas de los más antiguos del país con sede en Klagenfurt am Wörthersee. La historia de la empresa se remonta a 1832, cuando Sebastian Stroh destiló su primer aguardiente en St. Paul, en el Lavanttal de Carintia.

A partir de entonces, sus licores empezaron a exportarse y hoy son conocidos en todo el mundo por su aroma y sabor auténtico. Esta referencia, el ron Stroh 80, es la de mayor graduación, y se elabora siguiendo las directrices de las leyes europeas que en 2008 establecieron que el ron Inländer debía producirse 100% en Austria a partir de melaza de caña de azúcar.

Hoy, este licor se ha convertido en un símbolo de la cultura culinaria tradicional austriaca ya que muchas recetas de dulces, postres y guisos al igual que ciertas bebidas calientes que se sirven en el país le dan el toque característico. Del mismo modo, desde su lanzamiento se hizo famoso por su botella en forma de petaca curva inspirada en la Ley Seca de Estados Unidos que estuvo vigente desde 1920 hasta 1933. Esas petacas se rellenaban de licores y se escondían fácilmente bajo la ropa.

Los riesgos de beber alcohol

A partir de aquí, cada persona que decide consumir alcohol debe ser consciente de los efectos perjudiciales que provoca en la salud, aunque se beba solo en pequeña cantidad, el fin de semana o en ciertas ocasiones. El alcohol genera enfermedades del hígado y del corazón, al igual que cáncer, de la misma forma que es el responsable indirecto de accidentes automovilísticos u homicidios.

Según explica la ciencia, “el organismo metaboliza el alcohol en acetaldehído, un químico tóxico para las células”, que daña el ADN y “evita que tu cuerpo repare el daño”. La principal consecuencia es que esas células “infectadas” pueden crecer sin control y “crear un tumor canceroso”. Entre los cánceres que provoca el alcohol están el de cabeza y cuello (cavidad oral, faringe y laringe), de esófago, de hígado, de mama y el colorrectal.

A su vez, el alcohol genera estrés oxidativo, “otro tipo de daño en el ADN que puede ser particularmente nocivo para las células que recubren los vasos sanguíneos”. Las arterias se vuelven rígidas haciendo que se eleve la presión arterial y provocando enfermedades coronarias, aumentando el riesgo de coágulos sanguíneos y el de ictus. Después, todos los tejidos y en consecuencia muchos órganos quedan afectados, incluso se desencadenan dificultades de concentración, aprendizaje y memoria y hasta demencia.