Hay dos hábitos que Enrique, ejecutivo de una importante firma textil, no perdona: la noche del sábado con los amigos de siempre y el partido de fútbol del domingo con su equipo del barrio. A punto de cumplir los 50, vio que las resacas del sábado noches iban empeorando con la edad. "Mi torpeza en el campo era más que evidente. Por eso, en lugar de debatirme entre una afición o la otra, encontré el modo de conciliar en las copas sin alcohol". Es solo un ejemplo de una tendencia mundial que desde 2020 no ha dejado de crecer, según el Foro Económico Mundial.
Desde verano, este madrileño no ha probado una gota de alcohol. "Abstemio, absolutamente", insiste tajante. "El primer día que pedí uno de los cócteles sin alcohol de la carta, alguien me preguntó con guasa si estaba embarazado. El más serio del grupo, casi al oído, se interesó por mi salud. Y lo bueno es que ese mismo domingo, en el partido de fútbol, volví a ser el jugador de hacía años. Meses después, corroboro que mis semanas son mucho más felices sin la habitual resaca que seguía a los sábados y supongo que mi salud lo estará agradeciendo".
Lo curioso es que su cuadrilla de amigos se ha sumado a esta ola de sobriedad que recorre España y parte del mundo. Ahora pasan la mañana del domingo sin dolores de cabeza, sin cansancio y sin el viejo truco del ibuprofeno, que últimamente ya ni les servía. Hay una cuestión que anima a la gente a dejar el alcohol según va cumpliendo años: su metabolización.
Con la edad, las enzimas que se encargan de metabolizar el alcohol son menos numerosas y además pierden efectividad, lo que hace que sus componentes tóxicos pasen más tiempo en el organismo sin descomponerse. Generalmente, con los años se acumula grasa y el cuerpo acusa a menudo falta de hidratación, algo que tampoco ayuda.
Esta tendencia de salir de copas sin beber alcohol nos la confirma Manal Ouardane, responsable de comunicación de Salmon Guru, un emblemático local situado en el corazón de Madrid que ha sido reconocido durante varios años por The World's 50 Beast Bars.
"En nuestras opciones de cócteles de autor destaca la carta sin alcohol, cada vez más solicitada. Ya no hace falta el pretexto de tener que conducir, estar embarazada o sufrir alguna enfermedad que desaconseje la bebida. Es gente que sigue un estilo de vida saludable, pero no por ello renuncia a una copa", explica Manal. Uno de los cócteles más reclamados en este establecimiento es el que han bautizado como 'Chicha', hecho con zumo de maíz morado, chicha de jora, cordial de menta, piña asada, miel y tónica.
A este movimiento se ha apuntado también la cantante Kylie Minogue como productora de vinos. Su espumoso sin alcohol Sparkling Rosé fue el favorito de los británicos el pasado mes de enero. Y no solo es este primer mes del año, también llamado Dry January. La artista tiene éxito con este vino 0% en cualquier época.
Según la revista británica Drink Businnes, durante el periodo navideño se vendió una botella cada diez segundos solo en el Reino Unido. Se trata de un espumoso elaborado con una base desalcoholizada al que añade durante la fermentación un té verde fuerte procedente de las montañas Liu Da, en China. Esto le confiere un carácter seco y elimina el exceso de dulzor que habitualmente caracteriza a los vinos sin alcohol.
Tanto en el aperitivo y durante las comidas como en el ocio nocturno, la gente sabe ya que existen opciones sin alcohol de vinos, licores y cócteles de calidad. Y este interés se traslada a la mesa. "Hay un gusto creciente por el maridaje perfecto y los sumilleres se han habituado también a esa otra carta sin alcohol que ofrece una variada selección con el fin de complacer a todos los paladares y encontrar el equilibrio perfecto con el plato. Son cócteles originales y sorprendentes, elaborados sin alcohol. Es una tendencia en auge y una buena alternativa para disfrutar de manera responsable. Con toda la intensidad y sabor", nos detalla Manal.
Quienes también se están beneficiando del empeño que han puesto los productores de vino y los empresarios hosteleros son las personas que ya eran abstemias. Hasta ahora se tenía que conformar con cócteles hiperglucémicos y auténticas bombas calóricas o, en el mejor de los casos, con la carta de aguas.
Después de años de investigación y desarrollo, hay una oferta de vinos espumosos, secos, dulces, blancos, rosados o tintos con una infinidad de connotaciones. Y también cócteles de sabores muy similares a los convencionales y con la garantía de un porcentaje bajo en azúcar.
Uno de los impulsores es el chef belga con tres estrellas Sang Hoon Degeimbre, creador de la línea bebidas gourmet Osan, sin alcohol. Él mismo inventó su proceso de elaboración hace diez años, cuando los clientes todavía no tenían ningún interés en este tipo de bebida. Encontró inspiración en la remolacha madura, ideal para combinar con carnes rojas, aves y chocolates; en la verbena, para regar mariscos, pescados blancos y quesos blandos; o la albahaca, para realzar las ensaladas de verano y el pescado a la parrilla. Inmediatamente después de la cosecha, la congela en su estado natural y separa los componentes organolépticos para transferirlos al agua de manantial. La bebida resultante tiene un color natural y sabor muy sutil, algo que le llevó dos años de perfeccionamiento.
Otro ejemplo es el de Arnaud Calvet, exjugador de rugby y fundador de la bodega 100% sin alcohol Sanzalc, situada en Orchies, al norte de Francia. A los 45 años perdió el interés por el alcohol e inició una búsqueda de bebidas para adultos. No le resultó fácil, pero finalmente, en mayo de 2023 abrió su bodega y su propia tienda. Empezó con 150 bebidas y ya tiene 300 referencias entre cervezas, kombuchas artesanales, refrescos sin azúcar, bebidas gourmet, vinos sin alcohol y licores desalcoholizados.
Después de observar a su clientela, asegura que alrededor del 55% son mujeres y con edades comprendidas entre 35 y 70 años. En su opinión, no estamos ante una tendencia sino ante una carrera de fondo hacia la sobriedad.