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Es común pensar que las patatas y cebollas deberían guardarse juntas en la despensa considerando que su durabilidad es similar. Si bien pueden resultar platos sabrosos cuando se combinan, en realidad deberían almacenarse de forma separada. El motivo se relaciona con su anticipado deterioro.
Almacenar cebollas y patatas juntas no suele considerarse una buena idea. Las cebollas pueden hacer que las patatas se estropeen antes de lo que lo harían si se guardaran en un lugar fresco y oscuro, y también pueden afectar al sabor de las patatas por su fuerte olor.
Las cebollas producen grandes cantidades de gas etileno, que influye en el modo en que maduran las frutas y verduras. Es un gas semidulce, que desprende un olor agradable en las frutas y verduras frescas. Sin embargo, puede desprender un olor desagradable y agrio cuando las verduras o frutas se estropean.
El etileno induce una reacción hormonal en frutas y verduras, y acelera el proceso de envejecimiento, lo que puede hacer que verduras como las patatas se estropeen más rápidamente de lo normal.
Este gas es tan eficaz que se utiliza en los envíos de productos. El gas se rocía sobre los productos no maduros poco antes de llevarlos a las tiendas, lo que les da tiempo suficiente para madurar sin estropearse, aunque algunos expertos sostienen que el proceso acelerado disminuye el contenido nutricional de los alimentos. Esto es posible porque la fruta ya no recibe nutrientes de su planta madre.
Como regla general, deberás almacenar las patatas en un lugar al que no llegue el gas etileno. Sin embargo, esto puede variar en función de los tipos de almacenes y armarios que utilices. Lo mejor es guardar las patatas cerca del suelo y las cebollas en alto.
Además, si guardas las cebollas en el cubo de las patatas, éstas envejecerán y se estropearán rápidamente. Sin embargo, esto puede ser malo por otra razón: las patatas estropeadas harán que se estropeen tus cebollas. Si lo único que puedes hacer es guardarlas en un recipiente distinto, está bien. Sin embargo, si tienes otro armario, mejor aún.
Las patatas deben almacenarse a una temperatura de entre 6 y 10 grados. Los ambientes secos son mejores que los húmedos y nunca debes guardarlas en un recipiente cerrado. Es preferible que las guardes en un recipiente abierto, sin tapa, en un lugar fresco y seco.
Lo ideal es que guardes las patatas en los siguientes tipos de recipientes:
No es recomendable utilizar papel o cartón para el almacenamiento a largo plazo. Se degradan rápidamente y pueden provocar la aparición de manchas de humedad bajo la patata y causar su descomposición.
Debes evitar guardar las patatas en el frigorífico. Esto puede crear una textura granulosa y gomosa en tus patatas. Además, no es necesario guardar las patatas en el frigorífico, ya que pueden conservarse bien a temperatura ambiente durante semanas.
No guardes las patatas con las siguientes frutas y verduras:
Todas estas frutas y verduras producen altos niveles de gas etenilo. Uno de los mejores lugares para guardar las patatas es en un sótano seco, lejos del suelo y dentro de un contenedor abierto. Por último, nunca guardes las patatas a la luz directa del sol, ya que esto sólo acelerará el crecimiento de los ojos y la siembra.
Debes guardar las cebollas en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar directa. La humedad puede provocar la aparición de moho en las distintas capas de la cebolla y debajo de la piel exterior. Además, evita colocar las cebollas en recipientes de papel o cartón y utiliza cestas de plástico o tejidas para almacenarlas.
Puedes guardar las cebollas sin cortar ni pelar a temperatura ambiente hasta un año en las condiciones adecuadas. La mejor temperatura para guardar las cebollas es entre 4-16 grados.
Las cebollas no se conservan bien en un ambiente húmedo o mojado. Un recipiente hermético es la mejor opción para guardarlas en el frigorífico. Aunque no puedes conservar las cebollas mucho tiempo en el frigorífico, se mantendrán frescas durante varias semanas más en el frigorífico que en un ambiente húmedo.
No debes utilizar un recipiente sellado para el almacenamiento a largo plazo o en estanterías. Un recipiente sellado probablemente hará que se acumule humedad en su interior, lo que provoca la aparición de moho. Las cebollas cortadas deben guardarse en un recipiente hermético de plástico o cristal en el frigorífico. Pero no debes conservarlas más de una semana, ya que pueden desarrollar altos niveles de bacterias.