Serendipity3 es un restaurante de comida típica americana de hamburguesas y helados de Nueva York en el que ya almorzaba Marilyn Monroe antes de que se hiciera famoso. El 13 de julio pasado, para celebrar el Día Mundial de las Patatas Fritas, consiguió entrar en el Libro Guinness de los Récords gracias a cocinar las patatas fritas más caras del mundo.
En Uppers estamos a la espera de probarlas, sabemos que son una de las muchas excentricidades que llenan el local. Nos preguntamos cuánto valen las patatas más caras del mundo para superar todos los rankings y sobre todo cómo se hacen las patatas fritas más caras del mundo y cuáles son sus ingredientes.
Desde la cocina de este restaurante situado en pleno centro de Manhattan, sus chefs explican cómo se prepara la Creme de la Creme Pommes Frites, tal como han bautizado al plato. No sabemos si Jacqueline Kennedy o Andy Warhol, que eran asiduos del Serendipity3, pagarían los 200 dólares que cuestan, 169 euros al cambio. De lo que sí estamos seguros es de que muchos archifamosos e instagramers han reservado su mesa y han avisado de que quieren degustar estas patatas fritas. Probablemente, solo buscan fotografiarse comiéndolas y mostrárselo al mundo entero a través de sus las redes sociales.
Según reza en la web del local, este es "un lugar encantador donde artistas y actores del pasado y del presente vienen en busca de inspiración”. También persiguen que su comida les haga sentirse otra vez como los niños que fueron y que les transporte a un lugar feliz. Esperamos que probar estas patatas fritas les conceda a esos privilegiados clientes un trocito de la felicidad prometida. Damos por supuesto que en ningún caso les dolerá la cartera.
La receta de la Creme de la Creme Pommes Frites es una extravagancia. Tal como desvelan desde el restaurante comienza en el tipo de patata, la Chipperbeck, y en el baño que recibe de champán Dom Perignon y vinagre igualmente de champán, de J. LeBlanc. Después se fríen en grasa pura de ganso del sudoeste de Francia.
El siguiente paso es el sazonado a base de tres ingredientes: el primero, una sal de trufa de Guérande; el segundo, aceite de trufa de verano de Urbani; y, el tercero, un queso de estilo Pecorino con trufa negra de Crete Senesi, de la Toscana italiana. A continuación, se adorna el plato con trufa de verano de Umbria, pero laminada, y como colofón se corona con oro comestible de 23 quilates.
Por si fuera poco, las patatas fritas más caras del mundo no se mojan en kétchup o mayonesa sino en una salsa Mornay. En palabras de los cocineros del Serendipity3, se elabora a base de una bechamel enriquecida con yema de huevo, queso rallado, mantequilla trufada y un queso tipo raclette también trufado.
Todo ellos se sirve en un plato con decoración arabesca de cristal de Baccarat, uno de los más finos del mundo que se fabrica en Francia. La salsa Mornay que las acompaña no iba a ser menos; se coloca aparte en un cuenco de cristal fino a juego.