Ir al baño en un bar puede convertirse en una odisea o ser un paseo agradable entre cañas, copas de vino y raciones recién servidas. ¿De qué depende? De la aglomeración, de nuestra necesidad y, sobre todo, de la ubicación de los servicios, un tema de máxima importancia hasta el punto de convertirse en la segunda gran pregunta de los clientes, después de responder al "¿qué tomas?". Sobre ello trata esta nueva entrega de 'Viva el bar', de José María Espinosa, que 'Uppers' publica semanalmente.
Capítulo I: sobre el concepto de bar.
Capítulo II: sobre el cliente fijo.
Capítulo III: sobre el bar y su nombre.
Atendiendo a la ubicación de los cuartos de baño, podemos distinguir cuatro tipos de bares: de ubicación frontal, lateral derecha, lateral izquierda y exterior. La ubicación a distinta altura que el nivel de la barra, que puede ser de piso superior o inferior, se da también en muy raras ocasiones, pero se reserva generalmente para determinados restaurantes, cafeterías y estaciones de servicio en carretera. No la consideramos propia de los bares, sino más bien algo así como una rareza genética, un tipo de bar escasísimo, que por supuesto no por ello deja de ser bar de menor prestigio, aunque más peligroso para la integridad del cliente.
Por causas que desconocemos, es común pensar que los cuartos de baño en los bares se sitúan por lo general en la posición lateral izquierda. Nosotros pensamos que eso es falso, al menos en los bares de la era moderna. Una posible razón de esta creencia se puede deber a la ubicación inicial en los bares prehistóricos, que suponemos exteriores; se nos ocurre que podría tener sentido la elección de la siniestra, con el objeto de que así la mayoría diestra de nuestros ancestros masculinos pudiera mantener íntegras las habilidades de la mano derecha al dar la curva a la izquierda para encarar el baño, y así adelantar faena caso necesario.
La pregunta que nos hacemos es: ¿cuál sería la mejor ubicación teórica? No nos atrevemos a hacer un diagnóstico, y sea cual sea el formato elegido, encontramos ventajas e inconvenientes. La elección frontal sigue el criterio de mínima distancia, lo cual es ventajoso, pero tiene el inconveniente de la notoriedad del sujeto, a la vista de todos caso de formación de cola. No encontramos que existan ya ventajas a derecha e izquierda caso de optar por la ubicación lateral, salvo el mero mantenimiento de la tradición. Estimamos que las posibles ventajas que disfrutaron nuestros prehistóricos diestros ha sido completamente anulada por el desarrollo de la vestimenta – calzoncillo, pantalón y cinturón – que impiden reacciones rápidas caso de premura. Por último, la ubicación exterior, más antigua, tiene un claro inconveniente en condiciones meteorológicas adversas, pero por otro lado se optimiza el espacio disponible alrededor de la barra.
Pensamos que todas las opciones son válidas mientras se mantenga la esencia y el local se ajuste a la definición de bar. Por tanto, optamos de inicio por la no regulación, consagrando la libertad de elección del propietario, tabernero o posadero para ubicar el baño en el lugar que estime oportuno, siempre que no lo haga en sitios absurdos, como en la zona central de paso u ocupando barra eficaz. Si algo de esto se impusiera como moda algún día, Dios no lo quiera, qué le vamos a hacer. Tendríamos que aceptarlo con resignación, porque desde luego no por ello vamos a dejar de ir al bar.