Ocho de la mañana. Olor a café recién hecho. ¿Existe una sensación más placentera al despertarse? A los españoles nos encanta. El 90% de los mayores de 45 años toma café y el 70% lo hace a diario, según el ‘I Estudios sobre los hábitos del consumo de café en España’. El comparador de precios Idealo da otro dato contundente: al final de año, la cantidad de café que tomamos asciende a 4,5 kilos por persona. Con este gusto por el oro negro, hablamos con Luis Blanco Valverde, propietario de la cafetería ‘The Coffee Land’, ganador del premio 'barista del año' en 2019 y uno de los mayores expertos sirviendo cafés en toda Europa, para que nos revele qué errores cometemos al tomarlo y deberíamos evitar.
Ir al supermercado y aprovechar para comprar un paquete de café es el procedimiento más habitual. Sin embargo, está totalmente desaconsejado. "En las grandes superficies el café suele ser de mala calidad, lleva mucho tiempo envasado y el tostado no tiene ningún tipo de control. Es mucho mejor acudir a cafeterías o tiendas especializadas donde lo venden para uso doméstico", explica Blanco.
Desde el momento en el que el café se muele empieza perder propiedades porque se empieza a oxidar. "Lo más recomendable es comprarlo en grano y con ayuda de un molinillo molerlo antes de consumirlo. En caso de no tener la máquina en casa, es mejor que en una tienda especializada, diciendo qué tipo de cafetera vas a emplear para prepararlo, te lo muelan al instante de adquirirlo para que pierda el menor aroma y sabor posible", afirma el barista.
Cuando hablamos de tuestes encontramos natural y torrefacto (este se obtiene cuando se añade azúcar durante el tostado). "Siempre es mejor el natural y, a ser posible, 100% arábica. Es la manera de asegurarnos que no tiene aditivos y que su calidad es óptima. Tiene incluso menos cafeína. El torrefacto está incluso prohibido en muchos países y no deberíamos consumirlo", asevera.
"Una vez que lo tengamos comprado, a la hora de elaborarlo, es mejor hacerlo con agua embotellada, ya que la composición de la misma afecta al sabor. En el sur o el levante, el agua es muy dura, y en Galicia demasiado blanda, le faltan minerales para que el café sepa bien. Por eso nosotros siempre recomendamos el agua mineral en su preparación", explica Blanco.
Poner el bote con el café encima de la campana de la cocina o no cerrarlo conveniente son algunos de los fallos que cometemos con el almacenaje. "Mantenerlo en un lugar fresco y seco es fundamental y también eliminar el aire de la bolsa de café después de sacar unos granos y cerrarla de la forma más hermética posible. Es la única manera de que no se oxide y mantenga las propiedades".
Tienes en casa una cafetera italiana. La llenas y la pones al fuego: mal, muy mal. "El agua que se pone en la cafetera debe estar caliente, a punto de hervir para que el grano no se caliente en exceso. Si la ponemos fría, hasta que empieza a hervir el café se va quemando poco a poco y coge matices quemados que no son agradables en boca", apunta el experto.
Si pruebas la comida antes de echarle más o menos sal, ¿por qué no lo haces con el café? "Lo ideal es no ponerle nada de azúcar. Pero hay mucha gente que esto le cuesta y al final tiene que gustarles. Si se toma con azúcar es mejor ir reduciendo la cantidad poco a poco para hacerse al sabor del producto al natural. En cualquier caso lo que sí que es fundamental es probar el café antes de añadirle nada porque cada variedad tiene unos tonos y no se les puede tratar a todos por igual", comenta el propietario de ‘The Coffee Land’.
Hacer el café a primera hora de la mañana y consumirlo a lo largo del día, o en varios días, es cómodo pero no bueno. "Por lo general tendemos a comprar una cafetera de tamaño estándar en lugar de una más pequeña si en casa solo toma café una persona. El café hay que hacerlo en el momento de consumirlo porque si no pierde propiedades y sabor. La primera taza no te sabrá como la última”.
Olvídalo. "Recalentar el café rompe totalmente su sabor, se quema o incluso potencia los sabores desagradables. Al calentarlo de nuevo cambia el ph del agua y sabe rancio", expone el barista.
El café es un producto muy sucio que si no se limpia adecuadamente puede obstruir la cafetera. "Lavarla bien es fundamental, aunque sea nada más utilizarla con agua o con un paño húmedo. Si dejamos el poso de un día para otro las bacterias pueden proliferar y dar mal sabor a tu café y además, estropearemos el mecanismo de la máquina", concluye Luis Blanco