No se sabe con exactitud los orígenes del pan, ni cuándo el hombre hizo su primera pieza de pan; sin embargo, se tienen registros que datan de hace 14.000 años. Investigaciones apuntan a que el hombre molía semillas, las revolvía con un poco de agua y, una vez amasado el producto, se le cocía en el fuego en forma de una gran torta.
Con el paso de los años, el alimento se transformó en algo propio de casi todo el mundo, y en la actualidad pareciera que no hay comida que no lleve este preparado delicioso, clásico y longevo. En el mundo de hoy, las panaderías enriquecen las recetas, añadiéndoles vitaminas y mejorando las harinas; muchos consideran que las harinas integrales y menos refinadas son las mejores, por su alto contenido nutritivo y de fácil digestión, debido a que se conserva la semilla de los cereales.
Con todo, seguro que muchas veces hemos escuchado que el pan engorda. Pero nada más lejos de la realidad. Los falsos mitos alrededor de los alimentos, y especialmente del pan, son muy habituales. Muchas personas piensan que unas rebanadas de pan en las comidas o, incluso, un pequeño bocadillo les hacen ganar kilos, pero la verdad es que el pan no engorda.
Respecto a estos mitos, muchas personas le quitan la miga al pan con la 'excusa' de 'no querer engordar' pero, ¿realmente estamos haciendo bien al creer que la mayor cantidad de calorías se encuentran en el relleno? La respuesta sería 'no'.
Se sabe que en la miga se encuentra una mayor concentración de agua y, por lo tanto, el aporte de calorías es inferior a la de la corteza, donde se encuentran quizá la mayor parte de los nutrientes del pan. Si bien es cierto que el pan en sí, en su totalidad, tiene las mismas calorías tanto en la miga como en la corteza -288 calorías por 100 gramos una baguette-, si comiéramos la misma cantidad de miga que de corteza por separado, engordaría más la corteza por una cuestión de consistencia. La parte de fuera del pan es más compacta que la de dentro, que es más esponjosa.
De todos modos, en una dieta rica y variada, los dietistas coinciden en afirmar que el pan es más que recomendable. Más concretamente, recomiendan consumir entre 220 y 250 gramos de este alimento al día, repartido en diversas raciones. Y, si además lo consumimos integral, daremos a nuestro cuerpo gran parte de la fibra que necesita a lo largo de una jornada.
Algunos estudios han demostrado que una dieta equilibrada y rica en este alimento ayuda a reducir el peso. Eso sí, hay que respetar la cantidad recomendada diaria y por supuesto llevar un estilo de vida saludable y no sedentario.
La Organización Mundial de la Salud aconseja el consumo de 250 gramos al día de pan, unos 100 gramos más que el consumo medio español. Entre el 50% y el 60% de las calorías que ingerimos al día deben provenir de los hidratos de carbono.
"Incluir una ración de pan en cada comida ayuda a equilibrar la dieta, que en la actualidad se caracteriza por una excesiva ingesta de grasas y proteínas y un escaso aporte de hidratos de carbono, y contribuye a alcanzar los objetivos nutricionales estipulados para una alimentación saludable", advierte la Dra. Carmen Gómez Candela, Jefe de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz de Madrid y portavoz científica de la campaña Pan cada día.
Por todo ello, queda claro que el pan debe formar parte habitual de la alimentación de todas las personas, pudiendo estar presente en todas las comidas del día, desde el desayuno a la cena. Algunos de los motivos por lo cuales deberías comer pan son los siguientes: