Se dice que la poutine nació en las granjas canadienses de la región de Quebec, donde les sobraban trozos de queso fresco y lo utilizaban para mezclarlo con patatas fritas y salsa de carne. Así, podría haber surgido este plato, una de las exquisiteces de la street food quebequense.
Desde el perfil de Twitter de Maison de la Poutine quieren dejar dos cosas claras. Por un lado, que el plato que les da nombre “nació en Quebec en la década de 1950. Y las historias para contar su origen son numerosas. Pero una cosa es cierta: la poutine fue creada por cocineros apasionados que querían brindar alegría y comodidad a sus clientes”.
La segunda cosa que han aclarado es que apoyan al pueblo ucraniano en su lucha por frenar el avance de la invasión y han emitido un comunicado en ese sentido encabezado por su logo, un corazón y la bandera de Ucrania. En el texto indican que “la Casa de Poutine ha trabajado desde su primer día para perpetuar estos valores y hoy brinda su más sincero apoyo al pueblo ucraniano que lucha valientemente por su libertad contra el tiránico régimen ruso”. Un comunicado en el que indican también, además de su postura, que han sido víctimas de insultos y amenazas por el parecido del nombre con Putin.
Volviendo a este plato típico canadiense, lo más importante es servir la poutine y comerla en el momento, para que conserve la textura crujiente de las patatas fritas mientras el queso se ablanda sin fundirse del todo y la salsa todavía está caliente. La salsa gravy, como se le llama, se puede elaborar de diferentes formas, pero la base es siempre la misma: se tuesta la harina con la mantequilla hasta que adquiere un tono dorado, se añade el caldo (de carne o de pollo) y se salpimenta.
Se le puede añadir también salsa Worcestershire para potenciar el sabor. El color de la salsa gravy va de más claro a más oscuro, dependiendo de lo reducido y concentrado que sea el caldo utilizado y también si es de carne o de pollo. El queso en grano no es fácil de conseguir, así que se puede sustituir por mozzarella de búfala o por mozzarella fresca en barra, que es más similar.
Cuenta la leyenda que la poutine nació en la década de 1950. Varias ciudades afirman ser el lugar de nacimiento de esta amada especialidad canadiense reina de comidas y cenas. La versión más divertida y que toma más fuerza es que surgió en Warwick en 1957.
Cuenta la historia que un camionero pidió algo caliente para llevar, y combinó patatas fritas calientes y cuajada de queso. Al probarlo el exclamó en francés: "Ça va faire une maudite poutine!" en español: "¡Esto es maldito lío!"
Con todo hay una cosa no está en duda: la poutine proviene de Quebec. La naturaleza cálida del plato es perfecta para los fríos inviernos que azotan esta provincia; las papas fritas honran la humilde papa que crece tan bien en partes de la provincia.
Sin embargo, lo que comenzó en Quebec de ninguna manera se quedó allí. Los camioneros que amaban la poutine comenzaron a solicitarla en establecimientos fuera de las fronteras de Quebec y llevaron el plato con ellos.