Andrea (47) tiene 17 tatuajes en todo su cuerpo. Puedes encontrar gatitos, flores, pájaros saliendo de sus jaulas o un barco dentro de una botella en homenaje a su padre. De todos los que han pasado por su piel, solo ha habido uno del que se ha arrepentido y hace unos meses decidió taparlo. "Era el simbolito de un grupo de música que me gustaba y dejó de hacerlo, pero me hice un 'cover' con una enredadera más grande", explica a Uppers.
Ella no es la excepción. Según un estudio de Market Research Future, el mercado de la eliminación de tatuajes no hace más que crecer, y se calcula que entre 2017 y 2023 este sector crezca a un ritmo de un 15,6%, con una facturación para el final de este ciclo de 4.800 millones de euros.
De hecho, los centros especializados en borrado no hacen más que multiplicarse para atender a todos los que quieren convertirse en 'ex' tatuados. "Es una cuestión de números: como cada vez está más de moda tatuarse, cada vez hay más que se los quieren quitar. A mi clínica ha venido desde una paciente que se había tatuado al muñeco de Freddy Krueger, hasta mamás que traen de la oreja a su hijo adolescente por un tatuaje que se acaba de hacer o algunos que se lo han hecho un poco perjudicados en una despedida de soltero", comenta Josefina Royo de la Torre, directora de la clínica IML, especializadas en eliminación de tattoos.
Sentimientos (casi) eternosPero, ¿qué mueve esencialmente a las personas a borrárselo? "No se puede decir que sea la edad. El arrepentimiento se produce en personas de todas las etapas. Más bien está vinculado a un sentimiento que, en un momento dado, deja de tener sentido", comenta la experta.
Por suerte, la técnica ha evolucionado bastante y, hoy por hoy, se pueden retirar los tatuajes que te hiciste hace 20 años en tan solo unas sesiones. ¿Cómo funciona? "Es necesario que las partículas de tinta absorbidas por la piel se fragmenten en micropartículas y que se reabsorban a través del sistema linfático. Ahora han surgido los láseres de picosegundos, donde el estallido es superior y las partículas son aún más pequeñas, por lo que son mejor absorbidas por el organismo", explica Royo de la Torre.
¿Cuántas sesiones hacen falta?Hay tres factores fundamentales que influyen a la hora de echar de tu piel un dibujo: el tamaño del tatuaje, la profundidad de la tinta en la piel y los colores predominantes en el dibujo. "Los tatuajes con mucho pigmento pueden requerir bastantes sesiones. Con el nuevo láser se ha reducido bastante, pero algunos pueden necesitar 10 sesiones o más. Un tatuaje tribal sin tinta profunda se puede quitar en 3 o 4 sesiones", explica la especialista.
También hay que tener en cuenta que entre una sesión y otra puede pasar, al menos, dos meses, ya que la piel necesita cicatrizar para volver a incidir con el láser. Así, algunas personas con grandes tatuajes pueden estar quitándoselo durante más de un año, y por un precio que va desde los 45€ por sesión de un tatuaje pequeño hasta los 450 o 600€ los de más superficie.
Riesgos a tener en cuentaComo no se puede hacer una biopsia de cada tatuaje para saber qué pigmentos lleva en cada parte, el cliente debe ponerse previamente en manos del dermatólogo que incluyen todas las clínicas, que será quien valore el dibujo y le diga cuáles son las expectativas de éxito, el número de sesiones que tendrá que recibir y cómo quedará la zona una vez sea eliminado todo el color.
"Aunque se aplica una crema anestésica atópica 45 minutos antes del comienzo de la sesión, si hay tinta a una profundidad considerable se podría producir una inflamación e incluso ampollas, aunque se puede evitar con una sesión superficial de láser ablativo de CO2 para fragmentar la epidermis previamente", explica Royo de la Torre.
Otro de los riesgos inherentes de quitarse un tatuaje reside en los materiales con los que este ha sido creado. Si existe algún pigmento con sustancias tóxicas, como el níquel o el cromo, se puede producir una reacción alérgica en el momento en el que se dispara la energía del láser. "La solución para esto hubiera sido que hubiera triunfado la corriente que se creó hace unos 10 años para convencer a los tatuadores de que usaran tintas más fáciles de eliminar con el láser, pero eso es casi una tarea imposible y no salió adelante", se lamenta la especialista.
¿Merece la pena el resultado?Los especialistas que quitan tatuajes no pueden hacer milagros y su talón de Aquiles son los llamados 'tatuajes recalcitrantes'. Es decir, aquellos que han sido tratados y, sin embargo, han conseguido sobrevivir a numerosas sesiones de láser debido, entre otros motivos, a la profundidad a la que fue inyectada la tinta en su momento. "Hay tattoos que ni con los láseres de picosegundos se pueden quitar en su totalidad. Se puede hacer con la técnica del láser con CO2, donde el trocito de piel se quema y se renueva a posteriori, aunque quedará una cicatriz para siempre", comenta.
Por todo ello, cuando te hagas un tatuaje piensa bien en todo lo que está ocurriendo en tu cuerpo, desde las inyecciones de pigmentos a las inflamaciones pasando por las cicatrices.
Todo después de preguntarte si de verdad lo quieres. Andrea lo tiene claro: "la decisión de querer algo sobre tu cuerpo es algo muy creativo, no hay que demonizarlo, pero sí pensarlo bien. Llevo varios meses con la idea de hacerme una abejita pero igual, al final, no sigo adelante. Tienes que pensar el estilo que quieres, dónde hacerlo, cómo o quién puede hacerlo mejor. Hay muchas cosas y a veces todo se queda en el aire y tampoco pasa nada", zanja.