En verano, hay bebidas que entran solas y que siempre apetece tomar, sobre todo cuando el calor aprieta y necesitamos atemperar la temperatura del cuerpo. Sin duda, la sangría es una de las opciones más atractivas con las que contamos para combatir la mordida del sol.
Su cualidad refrescante la convierte en una alternativa deliciosa a la típica cerveza helada o el vino blanco; cuanto más fría (obligatorio), más gustosa de tomar. Por suerte, es una receta tremendamente versátil que nos brinda cierto grado de libertad en la preparación. Hay tantas recetas como paladares: con vermú, solo usando vino, con un buen puñado de frutas distintas o escogiendo solo algunas.
En opinión de expertos como el chef José Andrés, es la bebida perfecta para el verano si la sabemos preparar con las cantidades justas de fruta, vino y alcohol. El cocinero más ‘español’ de los Estados Unidos tiene claro qué pautas debemos seguir si queremos obtener una sangría perfecta, equilibrada y deliciosa.
No hay una receta canónica de sangría que convenza a todo el mundo, pero al menos contamos con unas cantidades recomendadas de ingredientes que nos pueden orientar en la dirección correcta.
Nuestro cocinero más internacional, que se ha confesado en varias ocasiones fan de esta bebida tan española, destaca la facilidad de prepararla con unos pocos ingredientes. Para el componente principal, solo necesitamos un vino de cierta calidad (es mejor invertir un poco más de dinero en el componente alcohólico y asegurarnos así de que el sabor de fondo es lo bastante ‘bebible’) y algo de fruta fresca para saborizarla con ese punto tropical.
Entre las comunes, destacan los cítricos, absolutamente imprescindibles. Nunca deberíamos preparar sangría sin contar con cierta cantidad de limón y naranja, o en su defecto, pomelo o lima. En este punto, el cocinero se confiesa libertario y se aleja del fanatismo en el que algunos expertos defienden la receta ‘pura’ de la sangría’.
Es cierto que en el sabor influye muchísimo la fruta que le aportemos, pero se puede hacer con las que tengamos en la nevera en ese momento. Por pura lógica, frutas típicas del verano como el melocotón, la sandía o las cerezas serán nuestras elecciones predilectas, siempre que no nos pasemos con la mezcla de unas y otras. Es una sangría, no una ensalada cajón de sastre con todo lo que tengamos en el frigo.
El chef también recomienda elevar el sabor con hierbas frescas. Menta o hierbabuena son opciones maravillosas para llevar la bebida a otro nivel, pero también sirven perfectamente albahaca o laurel. La clave en este punto está en preparar un almíbar con los aromáticos y el azúcar, en lugar de aportarle el azúcar directamente. La diferencia en el resultado y el sabor es abismal.
En cuanto al resto de ingredientes, varían en función del gusto y de la preferencia por un tipo de bebida u otro. La sangría roja es la clásica, la más habitual en las mesas o en los chiringuitos de playa, pero existen multitud de recetas de sangría blanca (con vino blanco, cava o champán) que pueden abrirnos mucho el campo y la libertad de experimentar con nuevas preparaciones.
El punto extra más interesante, según el cocinero, son los licores, y aquí existe una gran variedad de opciones con las que conseguir una sangría superior: brandy, vermú, oporto o ginebra. Terminamos con agua con gas y gaseosa para aligerar el golpe del vino y bajar la sed.
Mezclamos todos los ingredientes en un cazo y calentamos a baja temperatura, sin dejar que hierva. Retiramos del fuego, enfriamos y los tamizamos con un colador.