El vino es una de las bebidas alcohólicas más populares del país, con la gran mayoría de las personas optando por tomar una copa ya sea para una comida, para una reunión familiar, al estar con amigos o tan solo cuando para desconectar del trabajo. Los conocedores de la alta cocina tienen al vino en un alto valor gastronómico en el que se implementa para caramelizar, marinar, aderezar y también para aglutinar. Pero si eres de los que no les termina de gustar el sabor de esta bebida, o simplemente estás buscando nuevas formas de tomarlo, toma nota de las mejores bebidas que se pueden preparar con vino.
Una variación al tradicional trago que permite probar tanto el cóctel cómo el vino blanco de una forma distinta a la que estamos acostumbrados. Se prepara de la misma forma que un mojito, pero con la diferencia de que utiliza como alcohol principal el vino blanco. A este se le suman limonada con gas (puede ser sprite), limones exprimidos y menta fresca -también se le puede agregar azúcar si se busca un sabor más dulce-.
Pasando a una bebida tradicional de Argentina, el Clericó es una de las formas más populares de tomar cócteles con vino en dicho país. La mezcla incluye frutas de estación (principalmente naranja, manzana, banana, durazno, pera, kiwi, ciruela y frutilla) cortadas en cubos, vino blanco y azúcar, todo en una jarra grande que después se sirve de a tragos.
La tercera opción es la conocida sangría, una bebida muy similar al Clericó, pero que en lugar de tener vino blanco tiene vino tinto. Además, cuenta con algunas diferencias cómo lo es la inclusión de zumo de naranja y frutas como el limón o la lima. Lo más llamativo de esta bebida es su nombre, ya que al terminarlo debe parecerse a sangre pero con una consistencia un poco menos viscosa. Al igual que el Clericó, se suele servir en jarras, aunque también se puede preparar de manera particular en un vaso.
La perfecta armonía se logra con la guinda del pastel, un vino Chardonnay que suaviza los inusuales sabores tropicales del pomelo, menos dulces que el de la naranja y menos ácido que el del limón, pero algo amargos.
Ideal para aquellos que quieran iniciarse en las tareas de barman y lograr desde la sencillez resultados increíbles. Con tan sólo 3 ingredientes básicos y 5 minutos, conseguiremos una mezcla de sabores asombrosa, eligiendo un vino blanco seco o un vino Chardonnay.
Una receta inspirada en la combinación de tequila y café, presente en gran variedad de cócteles. Sin embargo, la innovación llega con el toque de vino tinto Malbec, cálido, suave, dulce con taninos dóciles y la utilización de un café especialmente amargo.
Un cóctel para los amantes del cítrico y del vino espumoso, cava o champán.
Una original propuesta con Vinho Verde y perfecta elección como vino seco ligero para mezclar con ginebra y servir bien frío. Optaremos por un vino con la variedad “Alvarinho” o Albariño, con equilibrio aromático, elegancia de gusto y perfecta mineralidad.
Libertad total para la creatividad, mientras el vino escogido sea blanco y seco. Variedades como Albariño, Viognier, Verdejo o las variedades mencionadas anteriormente, podrían ser candidatas perfectas para la preparación de este rico cóctel.
El tinto de verano es similar a la sangría, pero no igual, debido a que esta bebida con vino tinto lleva gaseosa y es menos elaborada. Prepararla es muy sencillo. Sirve el vino tinto con gaseosa de limón, después, agrega más limón y hielo. Antes de tomarlo, recuerda mezclar todos los ingredientes.
Un cóctel muy refrescante es el cóctel Crimean. El vino blanco fresquito junto a la soda harán que tus papilas gustativas se sientan satisfechas.