Liz Truss ya es expremier británica. La política inglesa se ha visto obligada a dimitir mes y medio después de ser elegida para el cargo después de una agonía en la que ha intentando aferrarse al cargo, cambiando a sus colaboradores, improvisando nuevas medidas económicas y generando la desconfianza de los mercados y de los ciudadanos.
El caso de Truss no es único. A lo largo de la historia reciente, otros políticos han ocupado su cargo de manera vertiginosa, abandonándolos por distintas causas, de la dimisión obligada a los motivos personales o la simple incapacidad de conciliar la esfera privada y la pública. Repasamos los casos más 'supersónicos'.
Máximo Huerta es el ministro más breve de la democracia española. Seis días después de que prometiera su cargo en el Palacio de la Zarzuela, el titular de Cultura y Deporte fue a La Moncloa para presentar su dimisión ante Pedro Sánchez a causa de haber defraudado más de 200.000 euros a Hacienda. Huerta lo explicó en una rueda de prensa desde la sede del ministerio, en la que defendió su inocencia, justificando su decisión para “no romper un proyecto ilusionante para la cultura y el país”, como era, en su opinión, el primer gobierno socialista de Sánchez.
El primer gobierno de Pedro Sánchez sufrió una segunda dimisión en apenas 101 días de existencia. La protagonista, en este caso, fue la ministra de Sanidad Carmen Montón, a consecuencia de unas cuantas irregularidades que recordaban a las protagonizadas por Cristina Cifuentes. La entonces ministra no resistió la avalancha de continuas informaciones que, poco a poco, fueron convirtiendo su brillante máster en la Universidad Rey Juan Carlos en un rosario de irregularidades, incluidas falsificaciones de notas y plagios. Apenas estuvo tres meses en el cargo.
El 13 de junio de 2003 Adolfo Suárez Illana, hijo del primer presidente del gobierno democrático, anunció su renuncia al escaño que había conseguido en las Cortes de Castilla-La Mancha. Suárez Illana era el candidato a presidente de la Juntal, en liza con José Bono, pero no se vio como líder de la oposición castellano-manchega. Apenas 20 días después de obtener su escaño, renunció a él "por importantes diferencias entre el análisis de la dirección nacional y el que yo hago", según explicó en ese momento. El expolítico sigue comprometido con el PP, aunque no ejerce ningún cargo.
A principios de agosto, la portavoz del grupo parlamentario de Vox en Andalucía Macarena Olona renunció a su acta de diputada por Granada, tras comunicar previamente al comité de dirección de su partido la decisión de abandonar sus cargos en el Parlamento autonómico y en el partido por motivos de salud.
La candidata a la Junta de Vox obtuvo su escaño el 19 de junio y dimitió el 3 de agosto, apenas un mes y medio después de lograrlo. Tras la excusa de los motivos de salud, la causa real: la profunda grieta que la separa de los actuales dirigentes de Vox. La política ahora está embarcada en un nuevo proyecto que presenta estos días en Panamá.