Todo empezó con una promesa en plena campaña electoral. El presidente de la Junta de Andalucía y líder del PP andaluz, Juanma Moreno se cruzó por la calle en Roquetas de Mar, Almería, con Javier Pascual, un tatuador que le auguró que iba a sacar mayoría "absoluta". El político, de acuerdo con lo contado por su partido, le contestó que "si se cumplía su profecía, iría a que le tatuara el resultado electoral". Y así ha sido. Dicho y hecho.
El pasado lunes 17 de octubre, Moreno cumplió con lo acordado y aprovechando una visita a la provincia de Jaén, se pasó por Linares, donde se encuentra el estudio del Pascual, y se tatuó en la muñeca A58, haciendo referencia a Andalucía y los 58 escaños de su histórica mayoría absoluta. A sus 52 años, es la primera vez que Moreno se tatúa, pero desde su gabinete aseguran que es "un hombre de palabra" y que si lo dijo es porque lo iba a hacer.
La industria del tatuaje no para de crecer y es que, según un estudio elaborado por Dalia Research, el 42% de los españoles tiene como mínimo un tatuaje, convirtiendo a nuestro país en el sexto más tatuado del mundo. Con estos datos, no es de extrañar que nuestros políticos también lleven tinta en alguna parte de su cuerpo. Incluso el padre del Rey emérito, Don Juan de Borbón, llevaba dos dragones, uno en cada brazo, haciendo honor a la tradición marinera, según la cual todo marino que pasase por los mares de la India y de China debía hacérselo.
De la primera línea de la política actual, El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska tiene escrito en su brazo 'Ni pena ni miedo', una expresión que proviene de un dibujo que el poeta chileno Raúl Zurita instaló en el suelo del desierto de Atacama y que le da nombre al libro que publicó en su etapa como juez de la Audiencia Nacional.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tiene una rosa en la parte anterior de la muñeca que, aunque suele llevar tapada, es un homenaje al grupo Depeche Mode, del que era una gran fan en la adolescencia. Jose María González Santos, conocido como 'el Kichi', alcalde de Cádiz, lleva un tatuaje en el antebrazo con las iniciales de su hijo mayor y de él mismo: AK/KG, escritas con la tipografía de AC/DC, uno de sus grupos favoritos. También, Alberto Garzón lleva tatuada en su espalda la constelación de Perseo, semidiós griego que asesinó a Medusa y usó su cabeza como arma para, más tarde, entregársela a Atenea como adorno para su escudo.