Laura Boyer Arnedo ha muerto a los 57 años en su casa de Madrid a consecuencia del cáncer que padecía desde hace años. La hermana mayor de Ana Boyer, hija del ministro de Economía Miguel Boyer y de la ginecóloga Elena Arnedo, fallecía en su casa de Madrid, arropada por sus cuatro hijos. Discreta en los últimos años de su vida, Laura Boyer se ha ido de la misma manera: sin hacer ruido, pese a lo mediático de su entorno.
Fue un shock en la época. Miguel Boyer, súper ministro de Economía, Hacienda y Comercio en el gobierno de Felipe González, artífice de la expropiación de Rumasa, se separa de su mujer y se casa con el mayor referente de la beautiful people: Isabel Preysler, entonces recién divorciada del marqués de Griñón.
La nueva vida de Boyer le hizo abandonar la política y empezar a ser conocido como 'el marido de Isabel Preysler'. En el plano familiar, el divorcio tuvo secuelas. La separación afectó mucho a Laura, entonces una adolescente a punto de empezar la carrera de Economía. Fue un divorcio complicado en el plano afectivo, ya que económicamente no supuso ningún problema: Elena Arnedo se ocupó de la manutención de sus hijos. Laura tuvo que recurrir a su abuela, la escritora Elena Soriano, para que le ayudara a superar algunos momentos especialmente complicados.
En 1986 Laura Boyer se casa con Luis Imedio, su novio de toda la vida. Poco antes, había acabado la carrera y había iniciado una corta carrera como modelo, anticipándose a las influencers de hoy. Sin embargo, Preysler no fue de gran ayuda en este empeño. Después de unos cuantos reportajes fotográficos en algunas revistas del corazón, Laura empezó a trabajar de economista poco tiempo, hasta el nacimiento de sus dos hijos, Gonzalo y Hugo.
El matrimonio con Imedio acabaría en divorcio años más tarde y Laura Boyer se casó con Antonio González, con el que tuvo a los gemelos Amos y Antonio. Este segundo matrimonio también acabó en divorcio.
La relación de Laura con Isabel Preysler nunca fue fácil. Aunque en público siempre alababa a su padre; en privado, admitía que la relación era distante y cargaba la culpa contra la segunda mujer de su padre. Las cosas no mejoraron con el nacimiento de Ana Boyer, su hermana menor. En la casa de Puerta de Hierro las visitas entre hermanas apenas se producían y la relación siguió deteriorándose, más aún después de la muerte de Miguel Boyer.
De hecho, la boda de Ana Boyer con Fernando Verdasco en el Caribe no contó con su presencia ni la de sus cuatro hijos. Una vez más, Laura acusaba a Preysler de la desafección: "Se ha ocupado durante años de que no tuviéramos relación", declaró entonces a varios medios.
Si durante mucho tiempo, las relaciones entre padre e hija no eran muy fluidas, en los últimos años sí hubo un acercamiento entre Laura y su padre, quien ya no parecía vivir tan feliz con su segunda esposa. "Antes de su derrame cerebral me dijo que había gente muy mala. Quiso tener una conversación privada conmigo sobre eso, pero no hubo tiempo y luego ya no se acordaba. Si mi padre tenía problemas, me hubiera gustado conocerlos", declaró después de la enfermedad de su padre en el diario ABC.
El ictus de Miguel Boyer fue un antes y un después en la vida de Laura. Estuvo en la clínica todos los días que estuvo ingresado y, por unos momentos, parecía que la familia estaba unida, como mostraban las fotos del sepelio, con una Tamara Falcó abrazada a Laura. Sin embargo, la aparente armonía acabó con la gestión de la herencia de Miguel Boyer.
Una de los momentos más duros de la vida de Laura Boyer fue afrontar el tema de la herencia de su padre. Laura y Miguel, su hermano, apenas percibirían nada. De hecho, el primogénito del exministro de Economía y Hacienda acusó a la viuda de haber dejado "pelado" a su padre. Las últimas voluntades de su padre estipulaban que Miguel y Laura recibían una parte de los 6.000 volúmenes de la biblioteca, tres coches de gama media, así como deudas y facturas correspondientes a los cuidados médicos del exministro durante su ingreso en la Clínica Rúber. Los dos hermanos, y especialmente Laura, estaban decepcionados con su tío, el pintor Christian Boyer, el pequeño de los cuatro hermanos Boyer-Salvador. Según Laura y Miguel Jr. , el albacea veló más por los intereses de la viuda, ya emparejada con Mario Vargas Llosa, que por los de sus sobrinos. Todos esos conflictos ayudaron a que Laura se enfrentara más de una vez a la sombra de la depresión, más aún desde la muerte de su madre, ocurrida solo un año después de la de Miguel Boyer.