Bibliotecas humanas: ponen en marcha un proyecto para charlar con personas (y aprender de ellas)

  • Las bibliotecas humanas nacieron en Dinamarca en el año 2000 con el objetivo de las personas pudieran comprender puntos de vista distintos al suyo

  • Una vez elegido el tema, cada lector dispone de 30 minutos para hablar con otra persona sobre el tema que le interese

  • La Facultad de Medicina de Glasgow ha incorporado las bibliotecas humanas a su programa formativo para favorecer la empatía de los futuros médicos

Whatsapps, vídeos, mensajes de audio, mails... Nunca ha sido más fácil comunicarnos sin vernos cara a cara. La comunicación online posee indudables ventajas y un enorme inconveniente: terminamos por olvidarnos de que el que está detrás es otra persona como nosotros.

Contrapeso

En Dinamarca ya ha surgido un movimiento que va a contracorriente, aunque parta de una idea conocida: las bibliotecas. Lo novedoso es que en estas bibliotecas no se prestan libros, sino personas. Cuando se quiera consultar un tema, en vez de pedir en préstamo un libro, podremos pedir una persona con la que establecer una conversación sobre el tema que nos interese.

La iniciativa, conocida como 'La biblioteca humana', fue creada en la capital danesa por Ronni Abergel en el año 2000. Su objetivo era entonces "publicar personas como libros abiertos" para que otros puedan hacer preguntas sobre sus vida y experiencias, y, de esta manera, comprender a qué obstáculos se enfrentan diariamente. Desde entonces, la idea se ha exportado a más de 70 países desde entonces.

Conocer mejor las minorías

Un trabajo de la Universidad de Princeton concluyó en 2006 que los humanos crean las primeras impresiones de alguien en una décima de segundo. Aunque sabemos que no hay que juzgar un libro por su portada, eso es lo que hacemos: fabricamos prejuicios en tiempo récord y sin razones objetivas que los sustenten. Lo que persigue la biblioteca humana, precisamente, es dar la oportunidad de que las personas se conozcan, mantengan una conversación libre y sincera mientras van pasando las páginas de la vida. El objetivo final: derribar prejuicios.

Por esta razón, cada persona, cada 'libro', representa una minoría sometida a prejuicios, estigmatización o discriminación por su estilo de vida, diagnóstico, creencia, discapacidad, condición social u origen étnico.

En su web, la biblioteca asegura que puede proporcionar un espacio seguro para el diálogo y anima a que cualquier persona pueda compartir sus problemas, ya estén relacionados con la carrera profesional, la salud mental o la discapacidad, entre otros.

Así funcionan los préstamos

Tan sencillo como seleccionar un 'libro' (una persona) y 'leerlo' durante treinta minutos. Durante este tiempo, escucharás la historia de esa persona y podrá hacerle todo tipo de preguntas; el único límite es el respeto, tanto el de la persona que elige la historia como el de quien la está compartiendo.

Como en cualquier biblioteca, hay que 'cuidar los libros': las personas que comparten algunos aspectos de su vida deben estar seguras, tranquilas y dispuestas a seguir siendo 'obras' de esa biblioteca de la vida. El idioma no es problema, ya que los bibliotecarios se preocupan de que las parejas de lectores compartan el mismo idioma. No ocurre lo mismo con las ideologías. De hecho, lo que persigue la biblioteca es juntar personas con criterios muy dispares; por ejemplo, una mujer transgénero conversando con otra católica conservadora o un activista del cambio climático con un negacionista. El objetivo siempre es conectar a la gente.

Médicos atentos

El proyecto también tiene aplicaciones prácticas; especialmente en campos donde es necesaria la escucha activa, como es la medicina. 300 futuros médicos de la Universidad de Glasgow se convirtieron en 'lectores' de esta biblioteca para aprender las habilidades necesarias en su relación con los pacientes. Lynsay Crawford, médico, afirmaba recientemente en una entrevista en Forbes que quieren realizar el programa todos los años para que todos los graduados de Glasgow aprendan a "no juzgar".

En su opinión, "Los estudiantes de medicina deben tener una amplia base de conocimientos que se puede aprender de los libros tradicionales, pero para ser médicos verdaderamente efectivos y compasivos, deben desarrollar habilidades más matizadas, como son la comunicación, empatía, escucha y reflexión. ¿Qué mejor manera de lograrlo que a través de interacciones y conexiones con las personas y su experiencia vivida?". Para la facultativa, nada mejor que los 'libros humanos' para que los médicos del futuro sepan comprender los matices que hacen de cada vida una experiencia única.