Laura Valenzuela, de 92 años, ha muerto en el hospital de La Princesa de Madrid. Su hija, Lara Dibildos, y el resto de la familia; entre ellos, sus dos nietos, nacidos de la relación de Lara Dibildos con Fran Murcia y Álvaro Muñoz-Escassi, no se han separado de ella en los últimos días. Con una salud delicada desde hace años, la actriz y presentadora ha vivido tranquila y alejada de los focos, volcada en los suyos.
De Laura Valenzuela siempre se ha destacado su elegancia, su simpatía. Comenzó como modelo de alta costura y fue una de las primeras famosas en recurrir a los retoques faciales. Al margen de eso, su salud se vio amenazada por el cáncer de mama que le detectaron en 2005 y que logró superar en un hospital de Houston, el mismo al que tuvo que acudir también su hija Lara un año más tarde.
Valenzuela se dio a conocer como presentadora en la pequeña pantalla y luego como actriz cinematográfica. Su carrera profesional ha estado estrechamente ligada a los comienzos de Televisión Española, cuyas emisiones se iniciaron en 1956. Fue en aquellos estudios del madrileño Paseo de la Habana donde se convirtió en la pionera de las locutoras de televisión en nuestro país, trabajando tres años antes de que se realizaran los primeros programas, en una fase provisional.
Cuando la primera TVE estaba a punto de nacer para los espectadores, Rocío Espinosa López decidió adoptar el sobrenombre de Laura Valenzuela, el nombre de su abuela. Nadie de su entorno la llamó por su verdadero nombre de pila, ni siquiera su marido, José Luis Dibildos
Laura Valenzuela nació en Sevilla, hija de un militar y piloto comercial y de una ama de casa. Se trasladó con sus padres a Madrid con sólo un año de vida. Quiso ser médico, pero su familia no podía costearle una carrera tan alta, así que empezó a estudiar Comercio. Al acabar su formación trabajó de secretaria y empezó a pasar modelos en casas de moda donde acudía la alta sociedad. Ella se veía "flaca, largirucha y con cara de aceituna", pero las fotos de esa época dan cuenta de una joven refinada y esbelta.
De aquellos años juveniles, destaca su amistad con José Luis Ozores, desgraciadamente fallecido por una cruel enfermedad y padre de la actriz Adriana Ozores, quien le animó a presentarse a las pruebas de TVE.
Laura siguió las órdenes que le daban: se colocó ante la, cámara, habló y sonrió cuando se encendió la lucecita roja y esperó a que la citaran al día siguiente. La contrataron de tres de la tarde a doce de la noche con un sueldo de 380 pesetas.
En esa primera época, Valenzuela compartió trabajo con otros grandes actores que también se iniciaron en televisión; entre ellos, Francisco Valladares o José Luis Uribarri en Informativos. Con ellos recordaba hace unos años las veces que tenían que ocuparse de muchas otras cosas, además de la locución. Por ejemplo, barrer el estudio a altas horas de la noche cuando ya no quedaba personal. La comunicadora recordaba esas anécdotas con alegría y algo de guasa. Laura decía que una cámara de televisión le recordaba "una caja de tomates con trípode incluido".
En esa época tuvo que presentar todo tipo de espacios: comerciales de publicidad, entonces una industria incipiente, junto a otro grande: Jesús Álvarez. La imagen que se daba en televisión distaba mucho de la realidad, en una España donde aún había fresqueras por frigoríficos y el agua no llegaba a todas las casas.
La estancia de Laura Valenzuela en Televisión Española finalizó en 1957, cuando empezó a hacer cine. Ya había debutado en pequeños papeles, como 'El pescador de coplas', en 1953, que protagonizó Marujita Díaz con unos primerizos galanes: Vicente Parra y Tony Leblanc, una de las personas con las que trabaría una gran amistad.
Sin embargo, su salida de la televisión estuvo motivada por el encuentro con José Luis Dibildos, guionista y productor cinematográfico. Dibildos, con gran peso en el cine español de la época, le proporcionó guiones con mayor lucimiento, como 'Ana dice sí', 'Luna de verano', 'Los tramposos', 'La fiel infantería', todas de finales de los años 50, y en la década siguiente hasta dos coproducciones, ''Madame Sans-Gene', protagonizada por Sofía Loren, y 'El tulipán negro', junto al galán europeo del momento, Alain Delon.
Su filmografía finalizó, 30 títulos después, en 1970 con 'Españolas en París', donde encarnaba a un ama de casa parisina. Un par de años antes, reapareció en 1968 como copresentadora de 'Galas del sábado', junto a Joaquín Prat, con el que formó una de las parejas profesionales más populares de aquellos años. Hubo hasta quien los creía casados.
Pero el marido de Laura Valenzuela nunca fue Joaquín Prat. Tras once años de noviazgo, se casó con José Luis Dibildos en 1971, y poco tiempo después nació Lara, su única hija. El matrimonio residía al principio de su vida en común en un gran piso del barrio de Salamanca, en Madrid.
Laura estuvo muy pendiente de la crianza de Lara, quizá doblemente presente por el estilo de vida su marido. Como reconoció en repetidas ocasiones, a José Luis Dibildos la inspiración para sus películas le venía de noche, mientras que durante el día descansaba. Por esta razón, dedicó dobles esfuerzos a la tarea de ser madre, compaginándola con cierta actividad profesional, sobre todo en televisión y en algunas campañas de publicidad.
En los años 90, con el nacimiento de las privadas, fichó por Telecinco para presentar algunos de los grandes magacines de la cadena, como 'Telecinco ¿dígame?', entre otros espacios. El 7 de noviembre de 2006 en la Gala del 50 Aniversario de TVE se despidió de las cámaras. Años antes, en 2002, tuvo que despedirse de su compañero de vida. Desde entonces, su hija y sus nietos llenaron su existencia, pese a que nunca dejó de recibir invitaciones para apoyar a compañeros o acudir a eventos. Después de unos años de ser habitual de la prensa del corazón, la estrella decidió llevar una vida más tranquila. Y lo consiguió, pero los espectadores que empezaron a ver la tele en los 60 nunca la olvidarán.