La más de cuatro décadas de carrera profesional de Sharon Stone han estado muy vinculadas siempre al físico de la actriz. Ella misma ha hablado largo y tendido de la relación que ha mantenido con su cuerpo: desde el 'boom' que vivió como uno de los mayores sex-symbols del planeta durante años a los problemas de aceptación que sufrió cuando cumplió cuarenta. Desde hace un tiempo, la intérprete de 'Instinto básico' se ha convertido en una aguerrida crítica contra el edadismo imperante en Hollywood, que afecta de forma especial a las actrices. A sus 65 años, Stone se siente en el período "más emocionante y creativo" de su vida, y reivindica con frecuencia la belleza de arrugas y patas de gallo.
Sharon apunta siempre en sus entrevistas que la belleza y el atractivo no vienen definidos por la juventud, y se ha convertido en uno de los rostros famosos que más lucha por dar visibilidad a los cuerpos femeninos a partir de una cierta edad. Le he costado llegar a su postura actual (durante años le costaba aceptar la realidad de su cuerpo y el envejecimiento), pero actualmente está encantada con su etapa de madurez y habla a menudo de sus secretos para mantenerse así.
"El sexo y la sensualidad no residen en si alrededor de los codos o las rodillas hay arrugas", ha reflexionado. Las líneas de expresión también pueden ser, para ella, un elemento atractivo: "A los hombres les encantan las líneas alrededor de los ojos o de la boca porque eso les dice que he reído y que me voy a reír", se ha sincerado en entrevistas recientes.
Así lo ha vuelto a demostrar con un posado en sus redes sociales. La de Pensilvania ha publicado en su cuenta de Instagram una imagen en la que posa en bikini en el interior de su casa. Con un modelo de estampado 'animal print' en color verde, a base de bikini y tanga, Sharon se ha fotografiado de espaldas frente al espejo, con un cuadro de Marilyn Monroe colgado en la pared.
"Lista para el verano", ha declarado en el texto que acompaña a la publicación, que se ha viralizado rápidamente, disparando el contador de 'me gustas' hasta casi los trescientos mil. Entre ellos, los comentarios de otras caras conocidas como la de Michelle Pfeiffer.
Sharon está satisfecha actualmente con su físico y con el momento actual que atraviesa. Y eso le ha permitido hablar de cuál ha sido su relación con la cirugía estética a lo largo de los años. Stone ha reconocido haberse puesto bótox y rellenos durante los períodos en los que adquirió mayor fama. Todo cambió cuando sufrió un derrame cerebral masivo y una hemorragia cerebral de nueve días, para lo que tuvieron que ponerle más de 300 inyecciones de bótox para levantar un lado de su cara. Desde entonces, Sharon empezó a entender la cirugía como una "necesidad neurológica dolorosa".
A ello se suma otra experiencia traumática que vivió la actriz. Fue en 2001, cuando pasó por el quirófano extirparse varios tumores benignos en el pecho. Le pusieron entonces unos implantes mamarios de gran tamaño, porque, como ella revelaría después, "el cirujano pensé que pegaban más con el tamaño de mis caderas".