La imagen de reformas que tenemos en nuestra mente ha dejado de existir. Ahora, las reformas ya no son tediosas, costosas y largas. En cambio, cada vez más se opta por hacer reformas más fáciles y ágiles que permiten dejar las casas como nuevas sin gastarse un dineral. Te ofrecemos siete maneras de reformar tu casa sin el lío de las reformas y sin vaciar el bolsillo.
El gotelé se inventó para tapar imperfecciones en las paredes en esa época, los 60, cuando se construía de manera masiva. Desde entonces, ha tenido sus defensores y sus detractores. Aunque ahora parece que puede volver, buscando entornos naturales, no termina de ser una tendencia popular. La leyenda urbana dice que quitarlo es difícil y caro porque hay que hacerlo a mano. Sin embargo, hay muchas maneras de quitar el gotelé. La más fácil es lijar la pared con una lijadora eléctrica y luego echar una capa de masilla.
Nada que envejezca más a una casa que un alicatado antiguo. Quitarlo es un engorro, además de muy caro. Pintando los azulejos, te ahorrarás no solamente mucho dinero, sino también muchos días de obras. Para pintar los azulejos basta con una pintura especial y seguramente una imprimación previa. Nada que ver con picar, aplanar o poner masilla...
Cada vez son más las personas que, en vez de cambiar todo el suelo, colocan un laminado sobre el antiguo. Antes de eso, cambiar el suelo, era de las obras más complicadas y costosas. Con los laminados, todo esto ha terminado: solo hay que instalar el nuevo encima del antiguo ¡y listo! Te ahorras 20 días de obras y unos 25 euros por metro cuadrado.
Es uno de los cambios más efectistas. Renovar las puertas siempre es un lifting decorativo. Ahora bien, planteáte qué haces: puedes lacarla en el color que quieras o cambiarla. Si no es maciza, lacarla es más difícil. En cualquier caso, comprarlas nuevas no es caro: por menos de 200 euros puedes encontrar puertas semi macizas lacadas con sus marcos e instalación incluida.
Solemos cambiar las ventanas poco a poco; sin embargo, lo más económico es hacerlo de una vez. Esto es más barato en cuanto a la reforma, ya que en ser una mayor cantidad, el material sale más barato. Con ello, además, conseguimos que la casa esté mejor aislada, lo que supone una bajada de las facturas de luz y gas.
La reforma de la cocina es una de las meno apetecibles porque siempre implica tiempo, dinero e incomodidad. Pero en realidad, podemos cambiar mucho de ese espacio cambiando solo la encimera. Si no se hacen más cambios, la reforma se mantendrá en un precio asequible y tu cocina lucirá como nueva.
No todos los cambios que marcan la diferencia son grandes reformas. También renovar los muebles ayuda a revitalizar tu casa. Si tienes muebles de madera oscura que parecen pesados visualmente, píntalos de tonos suaves o cambia la tapicería. Esto es aplicable a sillas y sillones, pero también a cabeceros de cama, cortinas o cualquier clase de mueble tapizado.
En cuanto a los muebles de madera con cajones, a veces basta con que renueves tiradores para darles una nueva vida.