Como cualquier persona, la realeza tiene sus propias manías y costumbres tanto en su casa como cuando salen de casa. Ese es el caso del rey Carlos III de Inglaterra. El monarca se ha pasado la vida viajando como representante de la casa real británica en el mundo, por lo que tras tantos años de aviones y largas giras tiene más que claro cuáles son las cosas que necesita sí o sí en sus trayectos. Y hay una cosa que no puede faltar: sus seis botes de miel.
Carlos III lo tiene todo bien medido cuando viaja y, por supuesto, también su desayuno, lleno de productos orgánicos que han sido seleccionados personalmente por el propio monarca. ¿Qué contiene esa exquisita caja de desayuno que acompaña en cada viaje al rey? Sin duda, uno de los aspectos más curiosos son las seis variedades de miel, según cuenta el Mirror.
Tal y como ha expuesto el cocinero real, Graham Newbould, el desayuno del rey cuenta con pan casero, un buen tazón de frutas, y zumo natural de frutas. “Allá donde vaya en el mundo, la caja de desayuno va con él”, dice. Sobre la miel, explica que “tiene seis tipos diferentes, algunos mueslis especiales, sus frutos secos y cualquier cosa que sea un poco especial con la que sea un poco quisquilloso”.
Además, el monarca no solo se lleva su desayuno a los sitios que visita, sino que cada vez que se va de fin de semana a cualquier sitio que le inviten, llena una camioneta con sus pertenencias para que llegue el día antes de su viaje y así se pueda descargar en su destino su cama, muebles y hasta sus propios cuadros, ya que le gusta sentirse como en casa.
Bien es sabido desde antes de su coronación que el rey Carlos III tiene unos caprichos muy concretos, El exmayordomo de la princesa Diana desveló que el pijama del monarca “se plancha todas las mañanas, los cordones de sus zapatos también, el tapón del baño debe estar en una posición determinada, la temperatura del agua debe estar tibia y la bañera se llena solo hasta la mitad”. No solo, entre sus manías sus ayudantes tienen que ponerle sobre el cepillo de dientes solo una pulgada de pasta de dientes sobre su cepillo.