Boomers, séniors, silvers o uppers. ¿A quiénes nos referimos bajo esos nombres? A los más de 16 millones de españoles que superan los 55 años y son parte activa de la sociedad. Poner en valor la realidad de este grupo de edad alejándonos de clichés negativos y del edadismo rampante es el objetivo del III Barómetro del Consumidor Sénior realizado por la Fundación Mapfre en colaboración con Google.
Las conclusiones de este estudio muestran un colectivo activo, con intereses, en el que una mayoría tiene más de un ingreso en su hogar (uno de cada dos), ayuda a sus familiares (cuatro de cada diez) y viaja habitualmente por turismo (siete de cada diez). En cuanto a la vivienda, la gran mayoría de adultos sénior son propietarios (ocho de cada diez) y creen que puede obtener retorno económico de ese patrimonio inmobiliario. Al mismo tiempo, cuidan su salud a través de la alimentación (siete de cada diez), están presentes en internet (siete de cada diez) y en su mayoría utiliza la tecnología para sus cuidados (ocho de cada diez). Es un colectivo informado, lo que le lleva a estar preocupado por la situación económica en un porcentaje superior al que revelaban los barómetros de años anteriores. Pese a ello, la incertidumbre económica no ha mermado un ápice su capacidad de disfrute: ya no identifican vida activa con vida laboral. De hecho, la mayoría quiere vivir sin trabajar ni iniciar un negocio después de la jubilación. Piensan que ha llegado el momento de vivir sin obligaciones. Esta es una de los titulares del barómetro, pero hay muchos más y ninguno responde a los tópicos de lo que, a lo largo de los años, se entendía por ser mayor.
El porcentaje de séniors que consiguen ahorrar a fin de mes es de un 43%, menos que en 2021 (48%) y 13 puntos menos que en 2020 (56%). Más de la mitad (57%) no consigue ahorrar a fin de mes. En cuanto a porcentajes, el 44% logra ahorrar entre el 11 y el 30% de sus ingresos, mientras que el 50% apenas logra ahorrar un 2%.
El 55% de los séniors no se sienten seguros respecto a su situación económica, frente al 45% que sí lo hace. La inseguridad es mayor entre los más jóvenes dentro de ese grupo, en las clases activas y entre los que tienen un menor nivel de estudios. En porcentajes, el 64% de las personas de 55 a 60 años no se sienten tranquilos desde el punto de vista financiero, aunque el 61% corresponde a trabajadores en activo.
Las partidas de gasto percibidas como de mayor riesgo para su nivel de vida son las derivadas de los costes de la energía y de los alimentos.
Quizá es la diferencia más significativa respecto a estudios anteriores: el 63% de la generación silver española ayuda económicamente a miembros de su familia o a personas de su entorno cercano, lo que supone un incremento de 20 puntos respecto a 2021 (43%). Es decir, seis de cada 10 uppers son una red de apoyo para sus familiares. Los que más ayudan (67%) son las personas de entre 66 y 70 años. Si en 2021, esta ayuda era percibida como "vital" para más del 20%, ahora el porcentaje baja al 8%. Más de la mitad cree que esta situación de ayuda no cambiará de manera significativa próximamente.
Las ayudas se dirigen, fundamentalmente, al pago de vivienda, suministros energéticos y alimentación.
La inflación afecta a todos los grupos de edad, por lo que casi todos los hogares han tenido que realizar ajustes en sus compras y en su estilo de vida. Los séniors no son una excepción, pero ponen dos líneas rojas: vivienda y sanidad. El 81% cree no poder restringir su gasto en sanidad, así como en vivienda (84%) sin rebajar su calidad de vida.
Por el contrario, uno de cada dos cree poder hacerlo en tecnología, vestido, calzado y artículos para el hogar.
En España, la vivienda suponía una forma de ahorro que luego formaba parte de la herencia. Pero algo está cambiando. El 45% de los mayores de 55 aún prefiere dejar su vivienda a hijos y familiares; sin embargo, a un 29% le gustaría sacar un beneficio económico de su vivienda; de hecho, un 33% primaría su calidad de vida por encima de dejarla herencia. Con todo, el 50% no está dispuesto a vender o hipotecar su casa, aunque se le permita usarla de forma vitalicia.
Respecto a cambiar de casa, el 61% no tiene intención de hacerlo y el 44% rechaza envejecer en otro sitio que no sea su casa, aunque la opción de coliving va ganado adeptos (34%). Solo el 16% cree que pasará la última etapa de su vida en una residencia.
El barómetro de la Fundación Mapfre demuestra que la pandemia ha cambiado los parámetros con los que medimos el cuidado de la salud. Uno de cada dos mayores de 55 ha utilizado un servicio de telemedicina desde el coronavirus. Además, el 57% está dispuesto a ceder sus datos a cambio de un trato más personalizado. Por último, el 56% apuesta mayoritariamente por ser atendidos en su hogar.
En cuanto a las iniciativas para cuidar la salud, el 72% se preocupa de la alimentación y el 61% acude puntualmente a sus revisiones médicas.
El número de séniors digitales ha aumentado en un millón de personas con respecto a 2021 y en dos millones en relación a 2020, duplicando prácticamente el registro de 2017. Según datos de Comscore, más de 70% de la población mayor de 55 años (16 millones de personas) está conectada a internet. De ellos, el 99% lo hace a través del móvil.
Las actividades online que los mayores realizan con más frecuencia son leer la prensa e informarse a través de medios digitales, ver contenidos multimedia, realizar operaciones bancarias y escuchar la radio o pódcasts.
El 70% de los mayores de 55 años viaja por motivos de ocio o turismo, manteniéndose en la tendencia de años anteriores. El 35% lo hace una vez al año; el 28%, entre dos y tres veces al año, y el 7%, en más de cuatro ocasiones.
Los viajeros séniors son turistas de calidad y en su mayoría (57%) se alojan el hoteles, confirmando una tendencia al alza: el turismo de alojamiento, en el que el establecimiento hotelero es tan importante o más que el destino del viaje. Frente a ellos, el 36% prefiere quedarse en viviendas de familiares o amigos o bien en apartamentos. El 82% de los viajeros mayores de 55 tiene estudios superiores y prefiere viajar fuera de su comunidad autónoma, pero dentro de España.
Solo uno de cada diez españoles mayores de 55 años (15%) desea alargar su vida laboral más allá de la edad legal de jubilación. Se detecta un mayor interés en esta prolongación entre las personas mayores de 70 años (20%) y, sobre todo, entre aquellas con estudios superiores (29%). Sorprende que casi el 70% no se haya planteado esta cuestión.
La mayoría ni quiere estudiar después de jubilarse ni emprender un negocio ni trabajar menos horas ni mudarse a un entorno más rural, aunque esta sea una tendencia al alza (30%). Lo que desea la gran mayoría de los séniors es disfrutar de la vida después de la jubilación, algo que no parece imposible, ya que el 75% de los mayores de 55 ya no paga hipoteca, el mayor gasto al que se enfrenta cualquier economía doméstica.