Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. No es casualidad que se enumeren tres conceptos, como tampoco lo es que haya una Santísima Trinidad o que Freud hablara del ello, el ego y el superego. El número tres está presente en el cine y la literatura. ¿Qué sería de Blancanieves sin el Príncipe y la Madrastra? El significado del 3 en numerología está relacionado con la creatividad, la alegría y el autoconocimiento.
La historia que rodea al número 3 no pasó inadvertida para Cartier. La famosa casa cuenta con numerosas piezas icónicas que van más allá de la alta joyería. Una de ellas es el anillo Trinity, una pieza que cumple en estos días 100 años. Con una estética inspirada en el Art Deco, en el momento de su creación rompió moldes por su diseño aparentemente sencillo: tres argollas de platino, oro amarillo y rosa entrelazadas de una manera inédita.
En1924, Louis Cartier se inspiró en el artista y poeta Jean Cocteau para crear lo que sería una de las joyas más revolucionarias de todos los tiempos. Cocteau rindió culto a su diseño y, como prueba, se la regaló a dos personas importantes en su vida: a su amante, el escritor Raymond Radiguet, y a la princesa rusa Natalia Paley, con quien también tuvo una relación. La leyenda también cuenta que con él declaró su amor al actor Jean Marais. La fama de anillo emocional comenzó a gestarse ahí, pero, pese a convertirse en referente de lujo, no tuvo nombre hasta el año 1998, cuando fue bautizado como Trinity. 'Trinidad', ¿de qué otra manera podía llamarse?
A lo largo de este siglo, el anillo se ha convertido en el accesorio preferido de celebridades tan glamurosas como Grace Kelly, Cary Grant, Gary Cooper, Romy Schneider, Alain Delon o Jacqueline Bisset.
Las claves de la fascinación que ejerce tienen que ver con las historias vinculadas a él. Antes de que existiera el story-telling como herramienta de marketing, el Trinity se convirtió en objeto de deseo al simbolizar en una sola pieza la unión del amor, la fidelidad y la amistad. Por esta razón, es una de las joyas más utilizadas como sortija de compromiso o anillo matrimonial.
Para otros, el triple aro se asemeja a los anillos de Saturno, algo coherente con la fascinación que ejercían los descubrimientos científicos en los años 20. En los campos de la astronomía y cosmología se dio en esa década una auténtica revolución propiciada por Edwin Hubble, quien, utilizando el gran telescopio de Monte Wilson en California, demostró en 1924 la existencia de galaxias exteriores y en 1929 el movimiento acelerado de las mismas. No es difícil ver algo 'galáctico' en el diseño del Trinity.
Cien años después de su creación, el Trinity sigue ejerciendo su hechizo adaptado a las nuevas generaciones. Marie Cérède, directora creativa de la casa parisina, reinterpreta esta colección para seducir a las nuevas generaciones, algo muy difícil porque la pieza como explica Cérède en El País Semanal, "es perfecta: tres bandas en una y una en tres, una celebración del concepto de inclusión".
La joya no solo habla de inclusión, sino también de la superación del concepto tradicional de género. Fue una de las primeras piezas unisex de la orfebrería. "En Cartier, de hecho, no pensamos si algo está dirigido a hombres o mujeres. Si es así, ese diseño no es Cartier", asegura la directora creativa de la 'maison'. El ADN de la casa rema a favor de los tiempos, pero, además, la marca lleva años acercándose a los jóvenes a través de las redes sociales, fundamentalmente Tik Tok. La estrategia está dando sus frutos y celebridades como el actor Timothée Chalamet y otras estrellas de la Generación Z son nuevos fans del centenario anillo.
Con estos mimbres, muchas marcas de lujo dejarían que el producto simplemente se vendiera solo. Pero Cartier despliega toda su experiencia para seguir liderando en la alta joyería. De manera pausada y precisa, como el orfebre exquisito que es, ha logrado actualizar el diseño de su sortija triple a estos los años 20 del siglo XXI.
En el catálogo de la firma, la casa ha dispuesto nuevos modelos, con argollas cuadradas, de un solo tipo de oro o cuajado de piedras preciosas. Los precios oscilan entre los 1.550 euros del tamaño pequeño a los casi 11.000 del clásico Trinity en oro blanco, oro rosa y oro amarillo engastado con 156 diamantes talla brillante. El lujo basado en la exclusividad de los materiales, como es este, se paga. ¿Mucho o poco? Depende de las posibilidades de cada persona y del valor que se conceda a un objeto y al hechizo que promete. Para Cartier el Trinity está formado por "Tres aros de oro, amarillo, rosa y blanco, que se funden, se entienden y tocan juntos la misma partitura". Cuando una joya es capaz de invocar la pasión, la unidad y la armonía, ¿puede haber realmente un precio que refleje su valor?