Dormir bien implica varios factores, entre ellos está elegir el colchón que más se adapte a nuestras necesidades de firmeza y escoger la almohada adecuada para la postura en la que solemos dormir. Sin embargo, escoger la almohada perfecta no es una tarea nada fácil, el abanico de almohadas del mercado es enorme: plumas, viscoelástica, almohadas cervicales, gel, fibra...
Además, una vez hecha la elección, mantener la buena higiene de la almohada y su funda es también fundamental. Su limpieza es muy importante, pues es la que tiene mayor contacto con la cabeza, la nariz, los ojos, la boca y los oídos, es decir, con todos los lugares donde se localizan la mayoría de las mucosas del cuerpo, que son tejidos sensibles, y a veces vulnerables.
Saber cómo limpiar la almohada viscoelástica y su funda es importante para evitar problemas de salud, tales como las alergias, o para evitar los malos olores al dormir. No todas las almohadas de lavan igual. Las hay que se pueden meter en la lavadora y las que bien merecen una limpieza en seco. Desde Sofareva, tienda especializada en el descanso, aseguran que “la almohada viscoelástica no debe meterse en la lavadora a no ser que en la etiqueta indique lo contrario".
Y añaden: "Existen dos tipos de almohadas fabricadas con viscoelástica. Algunas almohadas de tipo transpirable sí pueden lavarse en la lavadora, aunque es mejor lavarlas a mano siempre que se pueda. Es un material muy sensible al calor y a la humedad, y se estropeará y deformará con los lavados. Las almohadas viscoelásticas moldeadas no se deben meter nunca en la lavadora. Por tanto, lavar la almohada viscoelástica en la lavadora no es recomendable en general”.
Desde la OCU también aseguran que “las almohadas viscoelásticas, al igual que las de látex, son delicadas y, por lo general, no deben mojarse. Los fabricantes las venden con un protector de almohada precisamente para evitar que las manchas y el sudor penetren hasta el núcleo de la almohada. La espuma viscoelástica y el látex son materiales que absorben la humedad y no secan bien, por eso cuesta conseguir que la humedad de la almohada se evapore. El diseño de la almohada también cuenta, si la metes en la lavadora en contra de las instrucciones del fabricante, puede que la estropees.”
Lo mejor es seguir las indicaciones del fabricante de la almohada. Si, como pasa en muchas casas, no las tenemos, se pueden seguir pueden seguir las siguientes recomendaciones.
Lo que SÍ debes hacer:
Lo que NO debes hacer:
Si tu almohada se ha manchado a pesar de llevar una funda, la rapidez juega siempre a favor, sobre todo si se trata de líquido. Con un papel de cocina y sin apretar ni frotar hay que absorber con toques lo vertido sobre la almohada.
“Haz una mezcla de agua tibia y jabón neutro o detergente para prendas delicadas. Utiliza una esponja bien escurrida para aplicar la mezcla con movimientos circulares y suaves. No olvides pasar después un paño o papel de cocina con el que retirar el exceso de humedad. Deja secar por completo al aire libre, “aseguran desde Sofareva.
Para evitar que una almohada coja mal olor, conviene airearla a diario antes de hacer la cama. Si, pese a lavar las fundas y la ropa de cama, percibes que la almohada tiene mal olor, es posible que una buena opción sea recurrir al bicarbonato.
Retira las fundas y espolvorea bicarbonato por encima de la almohada y déjalo actuar varias horas. Luego lo puedes quitar con un cepillo o un aspirador en baja absorción. Si el olor persiste y la almohada tiene ya unos años, quizás sea el momento de plantearse la cambiar de almohada por mal que nos pese.