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El Instituto Nacional de Estadística ha echado cuentas de aquí a 15 años y las conclusiones son claras: España será cada vez más 'silver'. Nuestro país ganaría más de cinco millones de habitantes de aquí a 2039 -hasta los 53,7 millones- de mantenerse las tendencias demográficas actuales, pero cada vez seremos más mayores.
Las proyecciones de población que elabora este organismo concluyen que en tres lustros la población de 80 y más años crecerá en un 47,5%, al pasar de cerca de tres millones en 2024 a 4,35 millones en 2039, mientras que los centenarios prácticamente se triplicarán y superarán los 46.000 frente a los cerca de 17.000 de este año.
Más datos reveladores: en los próximos 15 años seguirá habiendo más defunciones que nacimientos y el crecimiento se deberá fundamentalmente a la migración. El tamaño medio del hogar no parará de bajar. De hecho, no ha dejado de hacerlo en las últimas décadas. De las cerca de cuatro personas por hogar de 1970, a las 2,5 que proyecta el INE para este año, desembocando en las 2,32 de dentro de 15 años.
Los hogares que más se reducirán son los de las familias nucleares (padre, madre y dos hijos) y los que más subirán, hasta ser uno de cada tres, serán los unipersonales, que alcanzarán los 7,7 millones, frente a los 5,4 actuales. De hecho, en 2039 el tipo de vivienda más frecuente será el de una persona sola (un 33,5% del total, por delante del 31% que supondrán los de dos personas).
Pero el aumento de estos hogares unipersonales no se deberá tanto a jóvenes que se emancipan como a personas mayores que enviudan. Si antes los sénior se mudaban a casas de familiares o a residencias, ahora ya se impone el fenómeno 'envejecer en el espacio' o 'ageing in place', referido a la capacidad de los mayores de vivir en su propio hogar y comunidad al envejecer, manteniendo su independencia y calidad de vida.
Así, las viviendas unipersonales crecerán en todas las comunidades autónomas, pero no por casualidad dentro de 15 años estarán a la cabeza Castilla y León (un 41,9%), Asturias (40,5%) y Extremadura (38,3%), es decir, las regiones más envejecidas. Las que menos porcentaje tendrán son Baleares (28,9%), Murcia (29,5%) y Madrid (30,4%).
La evidencia empírica demuestra que hay una relación clara entre el envejecimiento de la población y la desaceleración económica, explicada por la caída de la proporción de personas que trabajan -los baby boomers llegando a la jubilación-, la baja tasa de fecundidad y los cambios en los hábitos de consumo de los mayores y su aumento de esperanza de vida.
En ese sentido, el Banco de España advierte que el envejecimiento en España podría provocar una caída en la tasa de actividad de 2,8 puntos porcentuales hasta 2030 con respecto a su nivel actual, que es del 58,7% y un año atrás era del 62,1%. Como contrapartida, el colectivo extranjero contrarrestó en unos 0,8 puntos porcentuales desde 2012 el impacto del envejecimiento sobre la actividad en España, dado que este grupo poblacional es, de media, más joven y presenta mayores tasas de participación laboral.
De cara a los próximos años, con el continuo envejecimiento de la población española, se prevé un fuerte reemplazo de nacidos en España por extranjeros, que se producirá en los tramos de edades de entre 25 y 54 años, o 'prime age', que se caracteriza por ser el de mayor participación laboral relativa.
El INE también ha publicado una segunda proyección, la de población para España a 50 años vista. Según esta, el país ganaría casi seis millones de habitantes hasta 2074 con las tendencias demográficas actuales: la población alcanzaría los 54,6 millones, con un incremento de 5,98 millones de personas.
El porcentaje de personas con 65 y más años pasaría del 20,4% en 2024 a un máximo del 30,5% en torno a 2055. La subida también será elevada entre los octogenarios. Pasando de un 6% en en 2024 al 12,3% en 2074 serán el 12,3%. Para entonces ya no será tan raro superar los 100: superarán las 245.000 personas.