En tu hogar hay multitud de espacios que aprovechar para convertirlos en un vergel si eres de los que les apasiona la naturaleza. Opciones hay para todos los gustos según puedas o te guste dedicarle tiempo. En Uppers nos relaja pulverizar las hojas, usar la regadera y algunos hasta les hablamos a las plantas. Pero, ¿qué es un vergel?
Cualquier diccionario define un vergel como un espacio con gran abundancia de plantas, flores y árboles, especialmente un huerto o un jardín. En este caso, nuestras ideas van dirigidas a los que viven sin huerto y sin jardín, porque te vamos a explicar cómo crear un vergel, pero dentro de casa:
Necesitas una celosía que se adapte a la pared disponible y macetas que no pesen y se puedan colgar en ella. Quedará espectacular si mezclas pequeños arbustos de diferentes tonalidades con trepadoras que se enreden en dicha celosía. Pregunta en la tienda de jardinería qué tipo de plantas aguantan sin dificultad el clima de tu zona. Hay trepadoras con flor que desprenden un aroma increíble como la buganvilla o el jazmín, pero no soportan el frío extremo, y opciones más resistentes como la hiedra, la madreselva o la hortensia trepadora.
Los diseñadores también se han esmerado en crear jardineras o macetas colgantes que se adaptan a las paredes de una terraza o del techo, de cualquier habitación, incluso del baño. Según tengas hueco en el exterior o en el interior de casa y la luz sea directa del sol o indirecta, tendrás que decidirte por un tipo u otro de plantas. Para cuidar este pequeño vergel necesitas más tiempo; a la hora de regar, lo mejor es descolgar cada maceta o sacar la planta para evitar que se moje la pared o el suelo.
Si te gusta cocinar y dar un toque a tus platos con hierbas aromáticas aprovecha y cultívalas tú mismo en casa. Busca un lugar que reciba sol directo para el orégano, el romero o el tomillo y uno en semisombra para la albahaca, la hierbabuena o la menta. Todas estas plantas se conforman con que el sustrato esté húmedo y crecen bien en pequeñas macetas o recipientes, con lo cual encajan en el poyete interior de una ventana o en un rincón de la encimera. Ahora también se lleva colocarlas en minibaldas o miniestanterías de pared.
En este caso, el terrario puede ser tan grande como el espacio que tengas disponible. Hoy día ya los comercializan en muchas tiendas aunque si te atreves lo puedes hacer tú mismo. Busca un recipiente de vidrio abierto: te sirve desde un vaso, para un terrario en miniatura, a una gran pecera. Selecciona los cactus y las suculentas con las mismas necesidades de luz y de agua. Compra sustrato para este tipo de plantas, piedra volcánica, carbón activado, unas pinzas para cogerlas sin pincharte y una cuchara.
Primero, reparte en el recipiente una capa de piedra volcánica de dos centímetros. Después, añade otra capa del mismo grosor, de la mezcla a partes iguales del sustrato y del carbón activado. Termina con más sustrato teniendo en cuenta que debe cubrir las raíces. Cava unos pequeños huecos para éstas dejando espacio suficiente entre los cactus y plántalos con la ayuda de las pinzas. Por último, aprieta el sustrato suavemente con la cuchara alrededor de los tallos para que queden firmes. Es mejor regar poco porque no hay drenaje y pulverizar las hojas.
En el salón, en el recibidor, en tu habitación y hasta en el baño encontrarás un hueco para un agradable vergel. Escoge unas macetas bonitas de diferentes tamaños, ahora está de moda el mimbre y las mezclas de materiales y de colores. Busca plantas de interior de distintas alturas y agrúpalas con las más pequeñas delante. Hay muchas opciones. Entre las más fáciles de cuidar destacan La Costilla de Adán, el Ficus Benjamina, la Bromelia, el Anturio rojo, la Kentia, el Helecho, la Aspidistra o la Lengua de suegra.