Cuando éramos pequeños, solíamos caer en la trampa de padres y abuelos una y otra vez. "Las lentejas, si quieres las comes y si no las dejas". No es una comida muy popular entre los niños, pero a medida que crecemos, las caras largas van sustituyendo por rostros de alegría. Ahora que nos encontramos en invierno, pocas cosas nos ponen el cuerpo tan a tono como un buen plato de lentejas. Si quieres que te queden perfectas, echa un ojo a estos cinco errores que todos cometemos e impiden que nos salgan tremendas.
Como en casi todo, depende. En este caso, el factor que has de tener en cuenta es el tiempo que quieras dedicarle a la cocina. Si no quieres pasar mucho rato y deseas que la cocción sea más corta (y vas a cocinar lenteja pardina), las puedes dejar en remojo la noche anterior a cocinarlas. En caso de que tengas tiempo y quieras pasar un rato largo atento a la comida, no hace falta. Si usas de bote, en ningún caso.
Uno de los errores más comunes cuando cocinamos este plato es no echar un ojo al alimento. Muchas veces hay impurezas o piedrecitas que hacen desagradable un plato que, a priori, iba a ser perfecto. No te decimos que las mires con lupa, pero sí que antes de cocinarlas o remojarlas, las viertas en un plato y le des una vista. Siempre encontrarás alguna rota o esas pequeñas impurezas o piedras minúsculas.
Bien es cierto que puedes darle un poco más de caña al principio, después de echar el agua, para que comiencen a cocinarse más rápidamente. Pero tienes que estar muy atento y bajar el fuego a tiempo. En caso de que utilices una olla grande, deberían bastar unos 50 minutos para que estén listas para comer. Recuerda: es esencial bajar el fuego. Si no, se te podrían quemar.
Las proporciones agua-lentejas dependen del recipiente que vayas a utilizar. Si usas una olla grande estándar, lo más recomendable son unos cinco vasos de agua por cada uno de lentejas. Si usas olla exprés, con tres vasos es suficiente. Las cantidades de lentejas dependerán de cuántas personas vayáis a comer, pero calcula, de base un pelín menos de 100 gramos de lentejas por persona. Es importante no quedarse corto para que no se peguen ni se quemen. Si ves que puede ocurrir, echa agua caliente, nunca fría ni tibia, ya que podrías provocar que pierdan la piel.
Ya tenemos hecho el sofrito, puestas las lentejas y vertida el agua. Ahora, y solo ahora, podemos removerlas para esparcirlas bien antes de que empiece a hervir el agua. Este 'tip' hay que seguirlo escrupulosamente: si empezamos a remover cuando se están cocinando, lo más fácil es que las lentejas pierdan la piel y se rompan, haciendo del plato un potaje en lugar de un guiso de lentejas. Si es necesario, podemos coger las dos asas de la olla y moverla un poco, pero en ningún caso con un cucharón u otro utensilio.