Fue en enero de 2021 cuando se dio a conocer la noticia de que Fabiola Martínez y Bertín Osborne se separaban después de 20 años y con dos hijos en común. Ya en ese momento, la venezolana aseguró que una de las razones por la que habían tomado la decisión era porque estaba harta de sentirse ‘la mujer de’. “Estaba en contra de mí, intenté ser lo que yo creía que él quería. Me equivoqué”, explicó en su momento en ‘Sábado Deluxe’. Ahora, más de medio año después, ha dado más detalles sobre su ruptura, asegurando que "la puerta con Bertín nunca está cerrada". Te lo contamos.
“Estaba separada un año antes de que se diera la noticia”, ha contado Fabiola a la revista Diez Minutos. La decisión no fue sencilla y asegura que sintió vértigo. “Tuve momentos de despertarme por la noche con crisis de ansiedad pensando qué iba a pasar, qué iba a hacer, cómo iba a pagarme mis gastos, porque yo tengo aquí a mi familia que se vino de Venezuela para ayudarme con Kiko, mis padres y mi hermano”. Desde ese preciso instante su objetivo fue encontrar trabajo y estabilidad, sentirse independiente.
"Sabía que, de alguna manera, tenía que encontrar la forma de encarar su futuro, los niños no iban a tener problemas, porque Bertín es muy generoso, y siempre me ha dicho que no me preocupe, pero no quería seguir dependiendo de él. Cambié de vida con todas sus consecuencias”, reconoce.
Laboralmente, dice que tenía varías ilusiones: la cocina, arreglar muebles, se maneja bien con el taladro, pero si pudiera elegir, daría el salto a la televisión. “Me encantaría hacer un programa con Jesús Calleja, porque soy muy aventurera y él te pone en situaciones difíciles a las que me gustaría enfrentarme. Es un reto para ver hasta dónde soy capaz de llegar".
En cuanto al corazón, ya estaba costumbrada a pasar tiempo sola, consigo mismo y le encanta. Reconoce que se lleva mucho mejor con Bertín desde que no tienen un desgaste diario y, aunque no está cerrada a conocer a alguien, reconoce que le da pereza y cierta desconfianza, por no saber cuál es el motivo claro de que se acerquen a ella. “Yo no necesito estar rodeada de gente, de ahí que mi mejor momento es cuando estoy sola en casa, aunque eso no significa que no me guste salir e incluso tontear”, concluye.