Por mucho que pasen los años, hay cosas que no cambian y una de ellas es la tarea de encontrar esa persona especial a la que amar y con la que sentirse amado. O lo que surja. Lo único que queda viejo es que queramos seguir pelando la pava o tirando los trastos al modo de los ochenta. Olvidémonos de estas expresiones y busquemos una alternativa manejable, divertida y, sobre todo, eficiente. Esto significa que dejar a un lado las aplicaciones que usan los milenials y optar por algún método con toque uppers con el fin de minimizar las desilusiones, los desengaños o la posibilidad de quedar enganchado a la red en una búsqueda sin fin.
Si aún no estamos convencidos de que esta puede ser una buena opción, basta con ver una encuesta de la Universidad de Stanford para saber cómo ha evolucionado el modo de conocerse las parejas desde 1960 hasta hoy. En los 60, el 19% lo hacía a través de amigos, el 13% por familiares y el 12% en el colegio o instituto. El resto en restaurantes, fiestas o iglesias, entre otros muchos sitios. En los 70 todo sigue más o menos igual, si bien aparecen algunas opciones más, como el bar o el trabajo. En los 80 siguen ganando enteros las fiestas y se expanden las agencias matrimoniales como antesala de lo que estaría por llegar. En la década siguiente irrumpen las redes sociales, aunque todavía tímidamente. Solo el 1,5% se conoce a través de internet. Con el cambio de milenio, el uso de internet se dispara.
Hoy las citas online se han convertido en la forma de encuentro más común para las parejas homosexuales y la segunda en las relaciones heterosexuales. También los mayores han perdido cualquier tipo de prejuicio y aprovechan sus ventajas, como la discreción o la amplitud de miras más allá del barrio o entorno en el que uno se mueve. Una encuesta realizada por Ourtime revela que el 42% de los solteros en España considera que los 50 es la edad idónea para nuevas experiencias y nuevas personas.
Pero ligar a partir de los 50 conlleva unas exigencias peculiares. Uno ya sabe lo que no quiere repetir o probar y si busca a alguien para salir de fiesta o como compañero de vida que comparta gustos e intereses comunes. No queremos, como dice el terapeuta alemán Christoph Joseph Ahlers, "más basura sexual". Es decir, un cúmulo de encuentros que solo causan vacío y frustración a la espera de un gran amor que nunca va a llegar.
Desde la aplicación Ourtime, Aurelio Conde, su matchmaker y experto en relaciones, aconseja crearse un perfil atractivo y real y, a continuación, hacer un buen cribado para quedarse con los perfiles que se ajustan a lo que uno busca, sin idealizaciones romanticonas y sin caer en el desánimo.
Para que tanta teoría no caiga en saco rato, hemos escogido algunas de las aplicaciones más populares que no te harán sentir fuera de lugar tengas la edad que tengas:
Esta aplicación verifica cada perfil y cada foto para asegurarse de que todos sus usuarios son personas reales mayores de 50. Ofrece discreción y acompaña en la búsqueda con tutoriales sencillos y una lista de candidatos basados en la afinidad. Cuenta con función de videollamada y chat y, además, organiza actividades presenciales.
La fiebre de Tinder tiene sus riesgos, especialmente para las personas mayores. Esta misma aplicación ha creado su propia sección VIP para ricos, guapos y famosos. Solo se puede acceder mediante una invitación de otro miembro y en ella se pueden encontrar presentadores de televisión, directivos importantes, modelos u otra gente adinerada.
Aunque el registro es gratuito, se requiere servicio premium para poder usar todas las funciones. Sus algoritmos científicos de compatibilidad crean enlaces dirigidos, lo que facilita la búsqueda. Solo el usuario decide quién puede ver sus fotos. Puede enviar un cumplido, una sonrisa o un mensaje privado. El creador de esta aplicación es Chris Pleines, autor de libro 'On line dating por dummies', un manual de navegación por la jungla de citas online.
No es necesario suscribirse ni pagar cuota. Es una aplicación gratuita pensada para mayores de 40 años, "agradable, seria y de espíritu joven". Utiliza un lenguaje rápido e intuitivo para chatear o consultar miles de perfiles antes de decidir cuál se ajusta más a esa persona deseada.
Su registro es gratuito y está diseñado para hombres homosexuales mayores de 40 años que buscan pareja homosexual o simplemente nuevos amigos.
Están a punto de aterrizar nuevas aplicaciones que pueden ser muy tentadoras por su modo de funcionar. Es el caso de la plataforma Three Day Rule, que elimina lo más tedioso del proceso de búsqueda. Aquí el usuario se registra y el sistema actúa a modo de Celestina seleccionando a la persona más adecuada para concertar una cita.
Ya funciona en Estados Unidos y su idea es expandirse por Europa, igual que lo hará Wingman, una aplicación en la que el casamentero es un amigo u otra persona de confianza. Este es el que se tomará su tiempo para escribir su perfil y buscar candidatos. Una forma genuina de ligar sin presión y con la seguridad de estar en buenas manos. Bien decía Nietzsche que la alegría compartida hace al amigo, aunque de momento habrá que esperar a que llegue a nuestro país.