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Cuando hablamos de divorcio parece que la imagen preconcebida siempre es la misma, una pareja de cuarenta y tantos a la que la rutina y la llegada de los niños a su vida les ha superado por completo y ha acabado con el matrimonio. Pero no siempre es así. Las parejas también se divorcian a los 50, a los 60 e incluso a los 70. Una decisión que desde fuera suele verse como un gesto de valor por hacerlo a esa edad, tras toda una vida juntos en la que han pasado por prácticamente todas las etapas vitales acompañándose. Esto es lo que se conoce como divorcio gris.
Es la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas la que ha establecido el término, señalando que no por llevar toda una vida juntos hay que anteponer la comodidad al amor y conformarse con la pareja que se tiene. Con datos del Instituto Nacional de Estadística, tras la franja de 40 a 49 años, donde más divorcios se efectuaron en España en 2021, está la de 50 a 59 años, con 23.444 divorcios, mientras que entre los 60 y 69 años se contabilizaron 8.169, y a partir de 70 años, 2.315 divorcios.
Pero ¿qué lleva a tomar la decisión de divorciarse en edades avanzadas? Puede deberse a diferentes razones, cada caso es totalmente único, en algunos el desencadenante es una infidelidad y en otros puede ser simplemente que cada uno se encuentra en un punto totalmente diferente y los intereses de cada uno no coinciden con el del otro. ¿Por qué pasar el resto de tu vida en una relación que no te aporta absolutamente nada? ¿Por haber estado 20 años con una persona tienes que pasar otros 20 con ella?
Melinda y Bill Gates, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín o Piqué y Shakira son algunas de las parejas que tras pasar años y años juntos, han puesto fin a sus matrimonios. Otro caso reciente, aunque solo llevasen un par de años y no hubiesen pasado por el altar, es el de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, que han puesto fin a su relación a los 71 y 86 años, respectivamente. Si el amor no tiene edad, la separación tampoco.
Uno de los aspectos que más llama la atención es que a partir de los 40 años el 60% de los divorcios son una decisión de la esposa, una tendencia que va a la par en los tiempos en los que la mujer se ha incorporado al mercado laboral y ha logrado un mayor empoderamiento sin tener que depender económicamente de un hombre para vivir.
El divorcio gris también suele llegar cuando aparece el síndrome del nido vacío, cuando los hijos se van a estudiar fuera o se independizan. Entonces se quedan solos se dan cuenta de que ya no tienen intereses comunes y, más que una pareja, son simples compañeros de piso que a la hora de dormir lo hacen en la misma cama.
También es posible que, tras llegar a la edad de jubilación, sea cuando se den cuenta de lo que pasa. Antes pasaban parte del día sin verse, pero ahora tienen todo el tiempo del mundo para ellos, siendo posible que comiencen a hacer cada vez más cosas por separado, no se compartan esas experiencias con el otro y la relación termine de enfriarse hasta el punto de que no hay el mínimo interés en pasar tiempo con el otro.