La pareja es un pequeño organismo que se mueve en círculos concéntricos entre la familia, los hijos, el trabajo, los amigos y los compromisos sociales. Todos estos círculos interaccionan en el día a día y pueden empañar la felicidad o su promesa, la que nos hizo emprender la aventura de la vida en común. Sobre ello trata 'Relacion@rte' (Planeta), guía escrita por Nacho Tornel, experto en relaciones de parejas y mediador familiar desde hace casi 20 años. En su nuevo libro, Tornel habla precisamente de todos esos círculos que rodean a la pareja y, que mal llevados, pueden ser origen de conflictos o motivo de ruptura. Los últimos años tampoco ayudan: crisis económica, pandemia, confinamiento... La sociedad ha cambiado y el impacto ha llegado hasta los rincones más íntimos de nuestro hogar.
¿Vivimos en una sociedad individualista?
Los mensajes que recibimos desde la publicidad y el marketing el autocuidado, e incluso las terapias, es que lo importante es que tú estés bien. Y qué duda cabe, pero para millones de personas que hemos decidido buscar la felicidad de la mano de otra persona, sería muy importante recordar que no podemos tener el punto de mira solo en nuestro ombligo porque de ese modo perdemos de vista la felicidad del que tenemos al lado. Nuestra sociedad es consumista, materialista, individualista... No potencia, sino que más bien menoscaba, la capacidad personal para la entrega a otra persona, a quien por amor se busca hacerle la vida más fácil.
¿Las familias ya no se consideran ‘equipos’ o ‘comunidades’?
La familia sigue siendo la mayor red de apoyo informal que tenemos todos y es al lugar al que acudimos cuando necesitamos que nos quieran como somos y no por lo que somos. La familia está siempre ahí, pero en función de lo que hemos visto antes hay, lamentablemente, muchas personas que deciden vivir de espaldas a sus familiares y hacer su camino de soledad. En España, cada año, hay unas 100.000 personas más que viven solas. El porcentaje de hogares unipersonales según las estadísticas está pasando de poco más del 20% de hace unos años a un previsible 28% en el año 2035. Los estudios nos dicen que la soledad va aparejada con sentimientos de aislamiento, peor salud, tristeza… No es buena noticia. En muchos países de nuestro entorno los gobiernos ya han tomado serias medidas para paliar las consecuencias de la soledad.
¿Supone un problema en las parejas que la mujer gane más que el hombre?
Aunque aún hay un largo camino hasta que se equiparen las retribuciones salariales entre el hombre y la mujer, qué duda cabe que muchas mujeres ganan más que su pareja. Yo he podido ver que incluso en esas situaciones se perpetúa la atribución de roles según la cual la mujer sigue teniendo mayor responsabilidad en el hogar. Vemos, por lo tanto, que el criterio no es quién es el principal “ganapán”. Tampoco esto es buena noticia y deberíamos trabajar todos para equilibrar y corregir este desenfoque.
¿Se ha logrado el equilibro entre el desarrollo profesional y el familiar? ¿Las mujeres siguen teniendo que pedir ayuda?
La última encuesta del empleo del tiempo del Instituto Nacional de Estadística nos dice que las mujeres dedican un promedio de dos horas más al día a la atención del hogar en comparación con el hombre. Por lo tanto, aunque vamos en la buena dirección, seguimos teniendo que avanzar, sigue habiendo hombres que afirman a día de hoy cosas como “yo ayudo mucho en casa”. Lo que hoy no tiene ningún sentido porque en casa lo que tenemos son dos cabezas de familia, dos personas responsables de su hogar y de sus hijos, si los tienen, y de atender sus responsabilidades profesionales. No se entiende por tanto que ninguno de los dos considere que hace algo de más o que es un buen ejercicio de ayuda el responder de manera responsable a sus compromisos y obligaciones familiares.
Construir recuerdos conjuntos: ¿se está olvidando?
Cuando una pareja está mal, que son todas las cientos y cientos de parejas que yo he visto a lo largo de estos casi 17 años como mediador familiar, es fundamental que cuanto antes empiecen a recrear situaciones en las que los dos disfruten juntos. Es el mejor modo de borrar las malas experiencias recientes o pasadas y poder recuperar la esperanza en una vida en común mutuamente dichosa. Las experiencias vitales nos marcan, sin duda, en lo negativo, pero también en lo positivo.