Las bodas a los 50 se duplican en diez años: ¿por qué se casa ahora la Generación X?

  • Según datos del INE, en 2022 se produjeron 2.765 bodas con contrayentes de 50 años; hace 10 años fueron la mitad y hace 20, cuatro veces menos que ahora

  • Las ganas de celebrar junto a los seres queridos, la irrupción de circunstancias imprevistas y el acceso a los beneficios fiscales y administrativos propician estos enlaces

  • Desde 2022, se equipara en igualdad de condiciones el acceso a la pensión de viudedad de las parejas de hecho con los matrimonios

En España, durante el año 2022, se registraron 179.107 matrimonios, según los datos que acaba de publicar el INE. Esto implica que hay 3,7 matrimonios por cada 1.000 habitantes, un 20,5% más que en 2021, algo lógico tras el parón de la pandemia, pero más baja que antes de 2020.

La estadística oficial ofrece otros datos significativos en relación con el sexo, la nacionalidad o la edad. La principal novedad es el aumento de los matrimonios entre las personas de 50 y más años. Los registros son elocuentes: en 2022 se produjeron 2.765 bodas con contrayentes de 50 años; hace 10 años, en 2012, fueron la mitad: 1.299 enlaces. Si nos vamos a 2002, 20 años atrás, la cifra es de 628, cuatro veces menos que en 2022. El auge de bodas boomers contrastan en un escenario donde cada vez se producen menos bodas, cada vez más hijos nacen entre parejas no casadas y las uniones religiosas caen en picado.

El eterno retorno

Hasta hace unos años, el matrimonio suponía el principio de la edad adulta. Implicaba la emancipación de la casa familiar y la culminación de una historia de amor o, al menos, la culminación del objetivo de salir de casa con ese novio o novia que quizá no nos arrobaba, pero permitía lograr la ansiada independencia. Lo que se dice una pareja instrumental en toda regla.

Desde hace un par de décadas, muchas personas que forman la Generación X (nacidos entre 1965 y 1981) han podido convivir con su pareja sin estar casados y sin penalización social. Han creado sus familias e, incluso, han logrado reunir cierto patrimonio. Para estos hombres y mujeres, casarse a los 50 responde a otras causas. El matrimonio entra así en una especie de eterno retorno: casarse para independizarse y formar la 'república independiente de tu casa' o casarse para acceder a un sistema que privilegia a las familias que han pasado por la vicaría o el registro civil. Pero hay más razones.

¡Fiesta!

Puede parecer una razón menor, pero no lo es en absoluto. Algunas parejas han dejado de ver la gracia en formalizar su unión con más pena que gloria. Hasta hace unos años, casarse sin grandes celebraciones era hasta 'cool'. En los años de la post-pandemia, continua crispación y un escenario económico incierto, ¿por qué no conjurar los malos augurios con una fiesta? Incluso con un fiestón.

Fue el caso de María José Antón (53): "Al principio, íbamos a hacer algo sencillo: pasar por el registro y una comida con la familia cercana. Pero, de pronto, nos dio bajón. Nos casábamos, teníamos que pasarlo bien con nuestra gente. Ya nos vemos en cosas menos agradables, porque a partir de una edad se empieza a ir de entierros como antes íbamos de bodas, así que había hacerlo bien, el completo: boda civil bonita -se casó en una pintoresca casona de la sierra madrileña-, fiesta y viaje de novios". Para esta novia añosa, su boda en modo fiesta fue también una manera de reinvindicar la alegría de los ritos. "Los que no somos creyentes mostramos demasiado pudor cuando compartimos los acontecimientos importantes de nuestra vida. Es como si nos diera vergüenza celebrar. No quería una boda triste y de trámite", señala.

Un diagnóstico malo

Un cáncer de mama inesperado cambió el marco mental de Nieves Zamora (50). Siempre se había mostrado contraria a casarse con Alfonso (54), su pareja desde los años de universidad. Con dos casas y una situación económica saneada, no lo habían hecho, pese a que en la familia era conocido el deseo del galante novio. Pero Nieves, simplemente, "no quería dejar de ser soltera". No veía razón alguna para casarse hasta que la enfermedad llamó a su puerta.

En plena quimioterapia decidió que darían el paso. Sin hijos y ningún vínculo administrativo que certificara su unión, Alfonso nunca podría cobrar ninguna pensión y la mitad de la casa, a nombre de los dos, podría entrar a formar parte de un litigio con la familia de ella. "Nos dimos cuenta de que si moría, Alfonso podía quedar desprotegido. Y, además, llevaba años pidiéndomelo. Y, además, nos queremos. Nos hemos casado porque nos queremos", afirma hoy Nieves, felizmente casada y recuperada de la enfermedad.

Aprovechar las ventajas del sistema

Casarse ofrece evidentes ventajas administrativas. El matrimonio no es solo un acto simbólico de la unión de una pareja, sino que es un evento jurídico que debe inscribirse en el Registro Civil, con obligaciones, derechos y beneficios. Entre los principales

  • Herencia. Las personas casadas con hijos tienen la capacidad de heredar del otro sin que medie testamento. Pero, si no hay testamento y el matrimonio no tiene descendencia, las cosas se pueden complicar para el cónyuge viudo. Cuando en un matrimonio sin hijos fallece uno de los cónyuges y no hay testamento, los padres del fallecido serían los principales herederos, exceptuando la tercera parte o 'legítima' que sí iría para el cónyuge viudo.
  • Beneficios fiscales. Solo los casados pueden presentar la declaración del IRPF de forma conjunta. La tributación conjunta conlleva la aplicación de una reducción de la base imponible del impuesto de 3.400 euros, aunque esta opción solo interesa si uno de los cónyuges no recibe ingresos o son bajos.
  • Permisos retribuidos. El Estatuto de los Trabajadores recoge el principal: la licencia por matrimonio, 15 días naturales de permiso retribuido desde la fecha de la boda o desde el primer día laborable de su celebración. Lo mismo ocurre con los dos días por fallecimiento, accidente o enfermedad graves, hospitalización o intervención quirúrgica sin hospitalización de parientes hasta el segundo grado.
  • Pensión de viudedad. Las personas casadas reciben una pensión de viudedad cuando uno de los cónyuges fallece, independientemente de los ingresos de las partes.

Parejas de hecho, la tercera vía

Para equiparar los derechos de las personas casadas con las que conviven, desde 2018 existe la posibilidad de registrarse como pareja de hecho, una tercera vía en las relaciones de pareja. No existe una ley de parejas de hecho de ámbito estatal, por lo que cada comunidad autónoma establece sus propias disposiciones.

En 2020 (último año de datos disponibles en el INE), se registraron en España 1.827 uniones de hecho. Las razones para querer dar fe administrativa de la unión, pero no jurídica son variadas. Algunas de ellas tienen que ver con el autoconcepto de cada miembro de la pareja. Algunas personas no necesitan casarse para tener una unión estable ni formar una familia. Son personas que priorizan su independencia. Es el caso de Olivia Moreno (52). "Somos la resistencia. Todos los amigos de mi generación se han casado, no queda ni uno", reconoce con humor. Moreno y su pareja han adelantado unas cuantas 'pantallas' en su relación: se plantean qué pasaría en una posible separación: "Es un lío deshacer un matrimonio. Y, además, nuestro compromiso es completo. ¿Hay mayor compromiso que nuestros dos hijos?", concluye.

¿Los mismos derechos?

Hoy por hoy, y teniendo en cuenta los dictados de cada comunidad autónoma, las parejas de hecho no tienen los mismos derechos que las parejas casadas. En el ámbito fiscal, no pueden acogerse a ninguno de los beneficios descritos. Sin embargo, en los impuestos de sucesiones y donaciones, la mayoría de las comunidades autónomas han equiparado los derechos de los matrimonios y las parejas de hecho inscritas.

En cuanto al permiso retribuido por matrimonio, en principio, no pueden disfrutarlo, excepto si viene reconocido expresamente en el convenio laboral de los contrayente. Sin embargo, en 2019, el Tribunal Supremo echó un jarro de agua fría al sentenciar que lo previsto en el convenio colectivo para matrimonios no puede extenderse a las parejas de hecho u otros modelos de convivencia familiar.

Pensión de viudedad y pareja de hecho

Es la gran novedad: en 2022 se eliminó la limitación económica que impedía a la persona viuda solicitar la prestación por tener unos ingresos superiores a los de su compañero o compañera. A día de hoy se equipara en igualdad de condiciones el acceso a la pensión de viudedad de las parejas de hecho con los matrimonios.

Para acreditar que se es una pareja de hecho hay que demostrar una convivencia continuada de al menos cinco años en el registro oficial de cada comunidad autónoma y haberse registrado al menos dos años antes del fallecimiento del miembro de la pareja. Por este lado, quizá el tema más espinoso, las diferencias entre el matrimonio y las uniones de hecho se diluyen. Las otras diferencias dependen de cada comunidad autónoma y de los convenios colectivos. Respecto a la fiesta, cualquier motivo, ya sea boda, unión de hecho o simple convivencia, es bueno para celebrar.