¿Qué hace que una pareja sea duradera?

  • La unión perfecta puede existir: 'solo' hay que quererse de verdad y cumplir las claves que señalan estudios y expertos

  • Las parejas duraderas se hablan con cariño y respeto, sin ironías ni preguntas capciosas

  • La inercia y el amor verdadero se llevan mal: se puede continuar como pareja instrumental, pero no bajo el refugio de una relación con sentido

Quizá no sepamos definir exactamente qué es una pareja sólida y estable. Sin embargo, casi todos sabemos reconocerla: en su presencia reina la complicidad y la armonía, eso que comúnmente llamamos 'buen rollo'. Si estas parejas ya pueden considerarse ideales, la clase de comunicación que se da entre ellas les eleva a la categoría 'unicornio': se hablan con respeto y cariño, su manera de expresarse fluye libre, sin ironías (esas pullitas que no cesan), dobles sentidos ni preguntas capciosas. Llegar a ese estado cuando se tienen muchos años de vuelo como pareja requiere ciertas competencias emocionales que los expertos resumen en las siguientes claves.

Compartir los mismos valores

El amor duradero parte de un entorno amable, ese en el que ambos miembros de la pareja comparten los mismos valores. Un estudio publicado en Journal of Politics que analiza a 5.000 matrimonios mostró que el 95% de las parejas que no tienen ideologías políticas parecidas van a acabar separadas, aunque en los primeros estados de la relación, la diferencia ideológica parezca no afectar. "En estos casos, va a haber muchísima química sexual porque son relaciones con morbo, con gusto por lo prohibido, pero eso dura seis meses, a lo sumo, la fase del enamoramiento. A largo plazo, no funcionan", asegura la psicóloga y terapeuta de pareja Lara Ferreiro, autora del libro 'Adicta a un gilipollas'.

No ser polos opuestos

Tenemos la percepción de que los polos opuestos se atraen, algo que desmiente Ferreiro: "Los polos opuestos no se atraen. Son los complementarios quienes se atraen, con valores similares. Los opuestos son incompatibles. De hecho, muchos estudios revelan que solemos relacionarnos entre iguales. Hay una especie de monogamia cultural respecto a la política y la religión y buscamos lo más parecido a nosotros. Algunas personas dicen que les encanta lo contrario a ellas o que eliminan la ideología de su pareja, pero eso, como decíamos, no suele durar y trae muchos problemas y discusiones".

Ser parecidos tiene importancia en otros muchos aspectos, incluida la ideología política. "Las ideas políticas reflejan nuestras creencias fundamentales, nuestras opiniones, la forma en la que creemos que debe organizarse la sociedad. Se extiende a todo: a la religión, a la educación, a la ética laboral, a las relaciones sociales, al modo de consumir...", confirma Ferreiro.

La reacción contraria a los polos opuestos es lo que se conoce como 'apareamiento selectivo', la tendencia a buscar parejas parecidas social y económicamente. Un estudio de 2014 publicado en el National Bureau of Economic Research (NBER) analizó el efecto de este emparejamiento. El resultado es que compartir misma formación y mismo nivel socioeconómico está vinculado a relaciones amorosas más prósperas y a menores tasas de divorcio.

Mismo rango de edad

Emmanuel y Brigitte Macron o Enrique Ponce y Ana Soria son algunas de las parejas conocidas con una diferencia de edad importante. Aparentemente, su relación es muy buena, pero los expertos insisten en que la diferencia de edad es un factor importante para la longevidad de la pareja. La razón es que es más probable que compartan nivel de madurez y de experiencia vital, algo que influye notablemente en la calidad de la relación.

En los países occidentales, un 8% de las parejas que mantienen una relación sentimental tienen, entre sí, una diferencia de edad de diez años o más, según el libro 'El lado oscuro de las relaciones', escrito por los psicólogos Justin J. Lehmiller y Christopher R. Agnew. Estas parejas suelen enfrentarse a prejuicios externos sobre el valor de la relación, lo que puede lastrarla. Al contrario, compartir los hitos generacionales propios de cada edad refuerza los vínculos emocionales, lo que protege a la pareja y le hace más resistente a los conflictos.

Querer seguir siendo pareja

Parece obvio, pero no lo es tanto. La relación de pareja se construye en distintos estadios que van evolucionando con el tiempo. Se comienza en el enamoramiento, una fase corta que apenas supera los dos años y en la que todo fluye con una inusitada facilidad, y acaba en la fase del amor incondicional, el momento en que se es amante, amigo y compañero de vida.

Para llegar a esa fase, es necesario que ambos miembros de la pareja tengan la voluntad de seguir siéndolo como resultado de una reflexión profunda y honesta. La inercia y el amor verdadero se llevan mal: se puede continuar como pareja instrumental, pero no bajo el refugio de una relación con sentido. Y esto tiene implicaciones en nuestra autoestima y en la autenticidad de la relación. Las señales de que falla el acuerdo de pareja son claras: "Si no tienes sentimientos hacia esa persona, te has apagado por dentro, te sientes triste e insatisfecho, percibes comportamientos tóxicos y ves que no hay compromiso, la recomendación sería hacer terapia de pareja. Y si no funcionara, el divorcio o la separación", propone Lara Ferreiro.

Antes de ese 'apagarse por dentro' al que alude la psicóloga, existen claves que pueden ayudar al buen funcionamiento de la pareja. Los expertos establecen las siguientes:

  • Comunicación. Una relación sentimental sin una buena comunicación no tiene futuro. Es recomendable expresar nuestra posición tanto en los problemas como en los buenos momentos. Dialogar, negociar y ceder siempre es necesario, pero hay que hacerlo desde un plano honesto y sincero, evitando reproches y críticas. 
  • Respeto y confianza. Son las dos bases del amor. Si puede añdirse admiración por el otro miembro de la pareja, estaremos construyendo una relación valiosa.
  • Espacios propios. Nadie pertenece a nadie. Una relación de pareja fructífera se da en espacios de libertad, donde cada miembro decide libremente formar pareja con la otra parte, sin condicionantes ni limitaciones.
  • Saber perdonar. El rencor es un activador de problemas: mina la confianza y crea todo tipo de susceptibilidades. Es importante saber encontrar el perdón en las discrepancias, una vez más la clave está en la comunicación.
  • Cuidar el amor. El amor 'unicornio' no existe. Ni siquiera quienes cumplan todas estas recomendaciones van a lograrlo, pero estarán más cerca quienes se comuniquen con honestidad, reconozcan sus errores, sepan perdonar o pedir perdón y compensen sus tropiezos. No hablamos de grandes obsequios, sino de detalles que revelen lo que nuestra pareja significa para nosotros. A veces, basta con una simple sonrisa o un abrazo.