Cuando tienes pareja puede sentir cierta calma y seguridad al compartir con otra persona mismos o parecidos pensamientos sobre cómo afrontar la vida y planear un proyecto común, ayudarse y amarse. No obstante, en una pareja todo puede torcerse, caer en la monotonía y no ir lo bien que uno esperaba o desearía.
Aunque algunos no lo crean, las personas cambian por lo que puedan estar viviendo en sus diferentes etapas. Lo que puede parecerte inverosímil, como es pensar en cambiar de pareja, puede sucederte a ti. A continuación, lo destapamos.
Gracias a un estudio realizado por eDarling, agencia de intermediación de parejas, descubrimos que el 90% de sus clientes piensa que el amor verdadero todavía puede plantarse frente a ellos. El 70% de los encuestados afirma que si ya no existe amor entre los individuos que tienen una relación nada puede ir bien; asimismo, el 77% también lo entiende así, pese a que una de las partes esté enamorada.
La mitad de los usuarios preguntados de la plataforma entiende que la causa primera para ser infiel es “no sentirse querido”. En cuanto a si el amor puede resurgir en la pareja, el 76% perfila que sí y para promoverlo sería positivo compartir aspiraciones.
Rubén, de 48 años, lleva casi 20 años en una relación de pareja de la cual tiene hijo. Asegura que él siente que todo se ha vuelto muy rutinario. “Mi mujer, por el contrario, es muy conformista y se encuentra a gusto en el día a día sin aspirar a más", explica antes de compartir cómo la relación ha ido a más: "Desde hace un tiempo me he confesado con la mejor amiga de mi mujer. Solemos quedar los tres y la pareja de esta, pero desde el año pasado, en ocasiones, quedo sólo yo con ella para hablar de lo que pienso respecto a mi relación sentimental", relata este comercial.
En un primer momento Rubén acudió a su amiga como consejera, ya que conoce bien a su mujer, pero esos encuentros se tornaron en algo especial: “Es verdad que de entrada hablábamos de cómo podría encauzarse mi matrimonio, pero comenzamos a contar sobre nosotros, nuestras aficiones, vivencias personales y sentí conectar internamente con ella, sin contar que siempre me ha atraído físicamente".
Rubén se plantea que es amor lo que siente, pero no se atreve a contarle mucho todavía, pese a que percibe prácticamente lo mismo por su parte. Afirma que él se da cuenta de que ella quiere ser leal con su amiga y teme dar el paso: "Creo que nos encontramos estancados en un punto por no hacer daño a mi mujer".
El caso de César, de 54 años, va un poco más allá. También tiene muchos años de matrimonio a sus espaldas y pese a no sentirse querido por su mujer no se ha atrevido a separarse -como sostiene- “quizás por comodidad o por la familia”. “Un día decidí apuntarme al gimnasio para estar más tiempo fuera de casa y descargar mi ansiedad. Allí coincidí con la mejor amiga de mi mujer, quien estaba en trámites de divorcio de su segundo marido".
Entre entreno y entreno conversaban o se tomaban un refresco en la cafetería y cada vez tenían más confianza el uno con la otra. “No necesité mucho tiempo para darme cuenta de lo que empezaba a sentir, de lo que ella me despertaba y llevaba tiempo muerto”. Como narra, sentía deseo y ganas de estar íntimamente con ella, pero también de compartir momentos de todo tipo: “Un día le dije a mi mujer que me iba de cena con unos amigos y me fui con ella. Nos fuimos a su casa y todo fluyó. Tras esa noche, no podía quitármela de la cabeza y deseaba dejar a mi mujer, pero luego pensaba en todo lo que supondría para ella".
César reconoce estar enamorado de la amiga de su mujer y se ven algunas veces furtivamente o con su mujer cuando salen a tomar algo en trío. “Al estar con mi mujer procuramos que no perciba el feeling que tenemos. Ahora mismo y a mi edad me da miedo empezar de nuevo con otra persona, pero mis sentimientos son muy fuertes", aclara.
Marta Ortega Otero, doctora en psicología, sexóloga y terapeuta de pareja, recomienda que si uno se enamora de otra persona teniendo pareja y se elige (preferiblemente de un modo meditado) apostar por la nueva relación, será positivo procurar que la ruptura sea lo más amistosa posible sin esperar que ese enamoramiento inicial dure eternamente.
Por el contrario, la experta subraya que de pretender mejorar el vínculo que ya existe, será adecuado analizar cómo se ha llegado a ese punto y si tiene que ver con una carencia de la propia relación: “Recomiendo tratar posibles conflictos no resueltos y dedicarse tiempo de calidad”.
La autora del libro ‘La consulta sexológica’ (Síntesis) y codirectora y docente del curso de especialización en terapia sexual y de pareja de la Universidad Autónoma de Madrid manifiesta que, como terapeuta, ha sido partícipe de la continuidad de relaciones sentimentales o románticas a pesar de haber entrado en juego una tercera persona. “Puede conseguirse no romper los vínculos entre las personas intervinientes en ese triángulo, pero requiere de muchos esfuerzos y de terapia psicológica, ya que deberán abordarse los motivos que provocaron la infidelidad", evidencia.
"Hacer daño con quien se ha compartido tanto, a una pareja, es el peor de los sufrimientos", señala Teresa Vaquero, psicóloga. La profesional refiere que la culpa y la tristeza son las emociones más frecuentes y naturales; también la vergüenza al ser quien inflige el daño.
Esta sexóloga y terapeuta de pareja recomienda las siguientes pautas:
"En el caso de que haya hijos, también ellos necesitan saber qué ocurre, aunque resultará acertado no dar detalles que no les corresponde conocer por edad y que podrían perjudicarlos", resalta la experta.
Para Vaquero, los hijos necesitan padres tranquilos y centrados en recomponer la ruptura de la dinámica familiar precedente. “Será positivo buscar ayuda externa profesional: terapia individual, mediación familiar y, en algunos casos, terapeutas para cubrir las necesidades de los hijos, principalmente".