David Summers y su ya mujer, Christine Cambeiro, han anunciado que ya han firmado los papeles que los convierten en marido y mujer, pero será en julio cuando lo celebren por todo lo alto junto a sus familiares, mejores amigos y, por supuesto, los Hombres G. Su relación se fue cocinando a fuego lento tras conocerse en Nueva York durante una gira de la banda en la que les presentaron y se convirtieron en buenos amigos que se veían cada vez que el cantante visitaba la ciudad de los rascacielos.
“Al final el destino ha hecho que estemos juntos y más felices que nunca los dos”, cuenta Summers en una entrevista con la revista Hola en la que anuncia su boda con Christine. Aunque ella vivió en España, realmente la chispa volvió a surgir en Nueva York, cuando ambos ya estaban separados de sus anteriores parejas.
“Normalmente conoces a la chica más guapa de tu barrio y es con la que comienzas una relación. Pero esta ha sido una relación que ha nacido gracias a la música, a la que le debo todo. Que me lleva a tocar a ciudades tan bonitas como Nueva York y me permite conocer a personas tan bonitas como ella”, reconoce el vocalista de Hombres G a la revista.
Y eso que afirma que nunca habría estado con una fan porque podría decepcionarle saber que, al bajarse del escenario, “eres una persona normal”. “Me encanta Chris porque no era una fan, sino una chica que llegó a ese concierto porque la llevó unas de sus amigas”.
El paso de formalizar su relación se desencadena después de que Summers cumpliera 60, un momento vital en el que recalca estar “loco por ella y quiero pasar el resto de mi vida a su lado. Tenemos una vida en común muy bonita y nos hemos comprado una casa con la intención de estar juntos para siempre. Quiero que sea mi mujer. Ella me quiere, quiere a mis hijos, cuida de mí y de mi familia”.
Casarse no es más que una forma de “solidificar nuestra relación”, cuenta el cantante, a la vez que Cambeiro subraya que Summers es “muy romántico”, además de que le ha sorprendido que sea “una persona bastante clásica”. Eso sí, la pedida no fue como se podría imaginar. “Chris estaba en el cuarto de baño recogiendo la ropa para ponerla a lavar y en ese momento le di el anillo”, dice entre risas.
La realidad era otra, porque estaban de vacaciones en Colombia y se iban a Aruba, pero Christine no tenía la vacuna de la fiebre amarilla, así que se canceló el viaje. “Y el momento romántico que tenía planeado, también. Así que, como tenía el anillo, se lo di”, explica David Summers.
Ahora que tienen anillos aseguran que no ha cambiado nada y que su amor “sigue igual de grande”. Es más, el cantante no duda en asegurar que es “absolutamente la mujer de mi vida”.
Para la celebración que van a hacer en julio Christine tiene planteado “un guiño un poco a mis raíces neoyorquinas y a la música y a Frank Sinatra. Va a ser una boda muy Old Hollywood y vamos a tener una Big Band, que no puede ser de otra manera siendo la boda de un músico”. Summers también confirma que cogerá el micrófono y que habrá más de una sorpresa que no quieren desvelar para que esa fiesta con la que estrenarán su jardín. “Las fiestas en mi casa se van a convertir en las mejores de Madrid”.