Sus amigos les conocen como los Beniffer por emular la historia de Ben Affleck y Jennifer López, que ha vuelto con el actor 18 años después de su noviazgo y tras abandonar a la estrella de béisbol Álex Rodríguez.
En el caso de los Beniffer, ambos tienen 50 años y estuvieron juntos hace 15. Según el terapeuta que lleva su caso, el hombre era adicto a la cocaína. Durante tres años fueron pareja, pero lo dejaron. Ahora se han reencontrado y han vuelto. Lo suyo, según su terapeuta, tiene futuro.
Distinto es el caso de otra pareja que se divorció hace años y que ahora acaba de casarse por segunda vez después de hacer terapia conjunta. Han recuperado la pasión y las ganas de vivir de unos recién casados. Un nuevo caso de éxito. Sin embargo, no siempre es así. "Los milagros no van a existir. Las parejas que quieren volver tienen que ir a terapia. Si se cortó una vez es por algo. Salvo que sea por variables individuales que se hayan superado o se hayan trabajado, cuando hay un tema relacional, de incompatibilidades, sí que tendrían que ir a terapia", explica la psicóloga y terapeuta de pareja Lara Ferreiro.
Esta profesional es partidaria de las segundas oportunidades. "Son muy valiosas porque se puede aprender de los errores", asegura, pero también admite que es un campo plagado de minas emocionales. Con ella repasamos los principales errores que pueden llevar al fracaso de tu segunda oportunidad.
"No hay que caer en la idealización y pensar que esta segunda parte va a ser maravillosa e increíble. Hay que trabajar la relación", apunta la psicóloga, antes de analizar otro error: "a veces no se le limpian las heridas del pasado. Esto es muy importante. Imaginemos que un miembro de la pareja hizo alguna cosa reprobable en el pasado y que el otro sigue echando en cara esos errores. Esto no se puede hacer. Es importante hacer un ejercicio de error y cuenta nueva. Si no, es mejor no retomar la relación porque se va a caer en los mismos errores".
En muchas ocasiones las parejas vuelven no porque estén convencidas, sino porque, producto de la idealización, ven en el otro miembro de la pareja un objetivo que conseguir y no reparan en medios para atraerlo. "No hay que obsesionarse con el otro. Hay personas que asumen todos los errores y que creen que tienen toda la culpa de todo. Pero eso no suele ser así. Hay que dejar claras las bases del compromiso. Lo más importante es comunicarse bien y saber por qué no funcionó en el pasado y llegar a pactos. Si no, se repetirán todos los fallos", asegura Ferreiro.
"Es muy importante perdonar y no echarse cosas en cara. Cuando se vuelve hay que conocer los motivos que llevaron a la ruptura y los que nos llevan a volver. Si el motivo fue una infidelidad y ves que la persona no está comprometida y que, en realidad, no quiere estar solo, eso no va a funcionar", señala la experta. "Si el motivo de la ruptura es que estabais en diferentes ciclos vitales, por ejemplo, uno quería tener hijos y otro no porque quería estar pendiente de su carrera y eso ya se ha resuelto, eso sí puede funcionar", afirma.
Conocer las verdaderas razones que nos llevan a retomar una relación de pareja es muy importante. De ello depende el éxito o el fracaso. "Si el motivo es que tenemos miedo a estar solos, habría que pensárselo porque al final no vuelves por amor, vuelves por miedo. Si se vuelve es porque se está enamorado. Si no, va a haber daño", señala Lara Ferreiro.
Es el error con el que Lara Ferreiro se muestra más contundente. "Volver por los hijos es un error porque al final son parejas vacías que no nos hacen sentir nada", afirma. Si la base de la pareja, el respeto, la atracción y el cariño, falla, ni siquiera los hijos pueden reparar la relación. Pero incluso cuando sí se dan las mejores condiciones, también hay abordar el tema con delicadeza: "es importante no precipitarse para no dar falsas expectativas. Es mejor volver poco a poco; y si se está convencido, comunicárselo al resto de la familia".
Volver a vivir un amor puede ser muy atractivo, pero hay que asumir que no siempre es posible. ¿En qué ocasiones no debemos ni intentarlo? "Hay un semáforo rojo claro cuando hay un caso de maltrato. Ahí es imposible. Si ha habido negligencia, si ha habido un abuso o la expareja era un psicópata narcisista no nos lo podemos plantear", explica la psicóloga. "Los abusadores vuelven y tienen su ciclo: 'he cambiado, no soy el mismo'. En ese caso hay que correr en dirección contraria porque lo más probable es que vuelva a maltratar", asegura.
La relación también es insalvable si hay una herida profunda de la etapa anterior: "en este caso tampoco hay que intentarlo porque es casi seguro que volverás a retraumatizarte".
En los casos que no están claros, no hay una historia traumática pero tampoco garantías de éxito, la psicóloga aconseja dejarse guiar por la prudencia: "se puede volver pero hay que comprobar que de verdad la pareja ha cambiado. Esto es importante en el caso de infidelidades. Si fue algo puntual en un momento concreto, pero no es el infiel por definición, se puede intentar retomar la historia. Lo mejor es analizar qué pasó en realidad en esa relación”.
¿Se pueden dar oportunidades indefinidamente? La psicóloga lo tiene claro: "hay que aprender de los años, aprenden a comunicarse, elegir las batallas en las que nos merece la pena desgastarnos… Si todo eso se cumple, creo que las segundas oportunidades pueden funcionar. ¿Una tercera? Imposible". Se trataría, en ese caso, de una adicción obsesiva más que de una relación.