La vida clásica de pareja puede no servirle a todo el mundo. Aunque reine la armonía familiar, se puede caer en el aburrimiento, incluso en algo tan (a priori) poco aburrido como el sexo. A veces falta tiempo, a veces ganas o esa pulsión de los primeros años. Así surge el sex-friend, el amigo solo para el sexo, una tendencia que comienza a extenderse de manera generalizada entre hombres y mujeres.
Lo que diferencia esta tendencia respecto a tener un amante de toda la vida es que se habla de manera natural, se acepta como una parte que puede contribuir a la armonía familiar y no se vive de manera victimista. No es la mujer o el hombre el que sufre en silencio la presencia de un tercero y debe encajarlo por distintos motivos.
En este caso, tener un sex-friend está aceptado sin fisuras por cada miembro de la pareja, no va a convulsionar la vida en común y tampoco va a representar ninguna amenaza la estabilidad familiar.
Otro hecho diferenciador es que no es algo que incumba solo a los hombres. Pueden tener sex-friends los dos miembros de la pareja e incluso quienes desean probar otras opciones sexuales. ¿Y qué le separa de la pareja abierta? El que el amigo o la amiga con el que se comparte sexo siempre es el mismo: alguien con quien se tiene una afinidad y una química evidente, sin llegar a mayores compromisos.
Un sex-friend es una persona con la que se comparte a la vez amistad y relaciones sexuales, sin compromisos ni sentimientos de pertenencia. Aunque se da entre jóvenes, es una tendencia cada vez más habitual entre las personas de 40 a 60 años a la que se han incorporado desde hace unos años las mujeres y los hombres homosexuales casados. "Estos hombres buscan un compañero homosexual para vivir su propia historia", explica la sexóloga Sandra Rogiers.
La ventaja fundamental de estas relaciones reside en el hecho de que no se rompe ninguna pareja ni ninguna familia. Y las cosas están claras: si los sex friends o 'amigos con derecho a roce' no disfrutan juntos, la relación finaliza sin dramas. Respecto a la pareja habitual, es la prueba de que para conseguir la felicidad a veces hay que tomar caminos separados, aunque sea en algo tan íntimo como el sexo.
Pero los sex friends no están solo para escapar del aburrimiento. Al margen de matrimonios o parejas consolidadas, también son una opción para las mujeres madres separadas o sin pareja que tienen que trabajar y criar a sus hijos. En esa agenda vital, construir una relación sentimental puede estar fuera de las posibilidades, ya sea por el tiempo que hay que dedicarle o por no sentirse preparada para vivir de nuevo en pareja.
En este contexto, las relaciones episódicas tienen ventajas: pueden establecerse vínculos libres, en los que no importe, por ejemplo, la diferencia de edad. En el caso masculino, suelen ser hombres que no quieren comprometerse, pero sí escapar de la rutina de pareja.
Como decíamos, algunos matrimonios acuerdan estas escapadas con la condición de mantener y favorecer de manera irreprochable la convivencia familiar. Puede parecer un objetivo fácil cuando se han vivido muchos años con la misma persona y creemos conocernos a la perfección, pero no está exento de riesgos.
Para poder desarrollar este tipo de relación a dos bandas es necesario no tener las mismas expectativas que en una relación de pareja clásica. Ni podemos pedirle compromiso ni ningún tipo de vínculo. Conviene también establecer cierta distancia emocional. "El riesgo más grande en este tipo de relaciones es desarrollar de manera consciente o no sentimientos hacia el compañero de aventuras", explica la sexóloga.
Tampoco debemos dar lugar a los sentimientos que se apoderan de nosotros cuando tenemos pareja. "Con un sex friend tenemos que evitar los celos, la rutina, las imposiciones... Hay que dejar bien claros los límites: un equilibrio perfecto entre dos personalidades libres", concluye la experta.