Algo que posiblemente no sepamos es que cuando dormimos, nuestro cerebro no está descansando. Al contrario, despliega más actividad que nunca. Incluso en el periodo de descanso, la actividad sexual se mantiene, aunque en otro 'formato'. El 8% de las ensoñaciones nocturnas corresponden a sueños eróticos, aunque no siempre nos acordemos de ellos. Como explica la guía de sexualidad 'Deseo', editada por Cinco Tintas y la plataforma Platanomelón, los sueños eróticos están vinculados a las fantasías, pero se dan cuando dormimos, en los niveles más profundos de nuestra consciencia.
Los sueños son imágenes aleatorias que evoca nuestra actividad cerebral durante las fases REM del sueño. Estos se dan por una combinación de elementos, como son las emociones o sensaciones físicas que se unen y desarrollan relatos eróticos, con o sin sentido lógico. Son los famosos sueños húmedos, mucho más frecuentes de lo que creemos.
Según las investigaciones realizadas respecto a este tema, el 95% de la población general tiene estos sueños. Además, las diferencias entre géneros son poco significativas: el 93% de los hombres y el 86% de las mujeres afirman haberlos tenidos, al menos, una vez en la vida. Algunos de ellos pueden ser inquietantes, al punto de hacernos plantear cuestiones importantes sobre la identidad de nuestras relaciones personales. Se ha especulado mucho sobre el significado de los sueños, pero lo cierto es que son una elaboración inconsciente de experiencias, pensamientos y emociones, y no tienen por qué tener un impacto práctico en la vida consciente.
Los sueños eróticos no son una ciencia cierta porque dependen por completo de la experiencia y personalidad de cada persona. Tampoco hay evidencias científicas de qué podemos hacer para propiciarlos. Sin embargo, en 2019 se publicó un estudio, publicado en el libro 'Psicología y Sexualidad', que respalda la idea de que algunos hábitos podrían ayudar a tenerlos. ¿A qué hábitos se refiere el estudio?
Además de los tips anteriores, dormir boca abajo es una de las maneras más seguras de tener sueños placenteros, aunque los expertos admiten que aún queda mucho por investigar en este tema.
Las recomendaciones de los sexólogos se apoyan en el hecho de que los sueños beben de las experiencias del día a día, así como de emociones, recuerdos y estímulos sensoriales. Por tanto, tiene sentido afirmar que cuanto más presente esté el sexo en nuestra vida consciente, más probabilidades habrá de que salga a la luz en el inconscienten y, en consecuencia, aumentaremos la posibilidad de tener sueños eróticos.