"A veces estamos en casa mi marido y yo y me apetece pasarlo bien, pero pienso ¡qué pereza tener que liarnos! Mejor me lo monto sola. Disfruto igual, a veces mejor, y estoy más cómoda". Carmen, experiodista y ahora maestra de Reiki, no es la única persona que admite que prefiere disfrutar ella sola al sexo en pareja.
Un estudio realizado en 2020 por la consultora YouGov revela que más de una quinta parte de los españoles mantiene relaciones sexuales una vez a la semana, mientras que el porcentaje de aquellos que practican sexo todos los días es de un 2%. Si atendemos al género, el porcentaje de hombres que tiene sexo una vez a la semana se eleva hasta el 24%, seis puntos más que las mujeres (18%). En el otro lado de la balanza, el 10,6% dice no practicar sexo con su pareja ni una sola vez. Es decir, cinco millones de españoles no son sexualmente activos con su media naranja, pero probablemente sí con ellos mismos.
De hecho, según el mismo estudio, la masturbación no es solo cosa de solteros o separados. Aunque es cierto que la falta de pareja es uno de los motivos que llevan tanto a hombres como a mujeres a masturbarse, no es el que tiene más peso: más de un 30% de los españoles se masturba con la misma frecuencia tanto con pareja como sin ella.
¿Es habitual el caso de Carmen? "En terapia me dicen con frecuencia que a partir de cierta edad, algunas personas prefieran masturbarse a tener sexo con su pareja", explica la psicóloga y terapeuta sexual Lara Ferreiro. Las causas son diversas. "Esto ocurre por varias cosas. En primer lugar por el efecto aburrimiento. En una pareja que lleve muchos años, se acaba la novedad y si no se trabaja la erótica, se entra en una desidia que, según las personas, puede llevar bien infidelidades o bien a masturbarse", señala la experta.
Otra razón para preferir el sexo en soledad es la disparidad de necesidades. "El sexo en una pareja lo tienes que reclamar en muchos casos, sobre todo los hombres. Las mujeres, en términos generales, no. En el caso de las mujeres, puede haber heridas del pasado o que no apetezca. La menopausia también hace que el deseo sexual disminuya. Al final dices 'pues mira, la masturbación es una descarga física, puedo tener las fantasías que quiera". Es un menú degustación hecho a tu imagen y semejanza, mientras que la erótica con otra persona puede generar frustraciones o sentimientos de rechazo… Por estas razones, es una opción súper habitual a partir de los 45 años", afirma Ferreiro.
El placer a solas solo tiene un 'pero': cómo afecta al otro miembro de la pareja. "Depende. A partir de los 50 hay dos grupos, los activos y los pasivos. Los activos son los que tienen deseo sexual, es un grupo más masculino. Hay mujeres que a partir de los 50 descubren otra erótica, pero tienen que trabajarlo porque a veces de forma natural no existe. El conflicto viene cuando esas dos personas no quieren lo mismo. Si se junta un activo con un activo o un pasivo con otro pasivo no pasa nada", señala esta terapeuta.
En sus años de carrera Ferreiro ha tratado casos muy diferentes. "Hay gente que tiene un amor de compañeros. La teoría del amor triangular dice que las relaciones se basan en intimidad, pasión y compromiso, pero con el paso del tiempo aumentan la intimidad y el compromiso, pero la pasión disminuye. Cuando hay dos perfiles diferentes, va a haber un problema. Lo sano es desear a tu pareja, tener sexo, a partir de cierta edad, un par de veces al mes o cuando se pacte", afirma.
Otras razones que pueden impulsar a no querer tener sexo con la pareja tienen que ver con la insatisfacción. "Cuando no hay satisfacción, puede ser que no apetezca o que la frecuencia sea escasa. Si falta satisfacción, eso hay que trabajarlo. Si falta frecuencia, hay que crear un espacio donde de manera habitual, por ejemplo, semanal, se pueda trabajar. Es como todo en la vida, hay que trabajarlo. Si quieres ponerte en forma, vas al gimnasio. Después de una relación de años, la erótica no va a surgir de manera natural. Tiene que haber un trabajo previo", asegura la psicóloga.
Si el objetivo es recuperar el sexo a dos, ¿qué es lo primero que tenemos que hacer? "Tener una comunicación abierta con tu pareja. Lo segundo sería evaluar cómo se siente cada persona respecto a si es un tema de frecuencia, de satisfacción y cómo es la erótica individual”, señala Lara Ferreiro.
En opinión de la experta, la masturbación, cuando es el único tipo de sexo, puede sentarle mal a la relación de pareja. "La otra persona puede sentirse desplazada. Lo que veo ahora es que muchas mujeres recurren al satisfyer y muchos hombres a la masturbación con porno… Al final ¿para qué vamos a comunicarnos si me basto yo solo?", explica.
Para Ferreiro sí es siempre muy conveniente buscar sitio en la agenda para el sexo. "Yo lo llamo las horas rojas, las horas eróticas que cada uno se organiza… Puede ser un masaje, unas velas… A veces basta para que surja todo lo demás. No tiene por qué surgir, pero sí que la piel ayuda, ese espacio para el cariño ayuda", asegura.
Las horas rojas también pueden verse enriquecidas con el bote de los deseos eróticos. "Yo lo trabajo mucho. Es una dinámica muy interesante: cada miembro de la pareja tiene que poner qué fantasías quiere realizar y cada semana o cada 15 días se van sacando esos deseos y se intentan cumplir". La literatura erótica es otra de las herramientas fundamentales. "Recomiendo un libro que se llama 'Las 52 seducciones' protagonizado por una pareja de ingleses, Betty y Herbert. Se amaban, pero no había deseo erótico. Decidieron que cada semana uno se seducía al otro. Es una pareja real, a veces la seducción era un desastre y otras veces, no, pero es muy útil para poder compartir en pareja", señala la experta.
Para poner sal y pimienta al sexo en pareja cuando ya hay muchas horas de vuelo, Lara Ferreiro comparte otros tips: