Invierno, nieve y auroras boreales, una combinación sugestiva que solo se da en unos pocos países del mundo. Finlandia es uno de ellos. El invierno en Finlandia comienza en noviembre en la región de Laponia y un poco más tarde en el sur.
Todo el territorio finlandés es un verdadero país de las maravillas invernales que, además de ser mundialmente conocido por sus mercados navideños, su temporada de nieve o por ser el país natal de Papá Noel, cuenta con uno de los fenómenos más atractivos que se pueden presenciar durante esta época del año: las noches mágicas llenas de cielos estrellados y auroras boreales. Sin duda, una de las mejores experiencias que se pueden vivir en la naturaleza y que más ha cautivado a los seres humanos. No hay fenómeno más mágico y a la vez escurridizo que estas luces del norte. Un espectáculo único, que puede durar toda una noche o tan solo unos minutos, pero que no deja indiferente a nadie.
A pesar de las numerosas explicaciones mágicas o divinas, realmente se trata de partículas de masa solar que caen sobre la Tierra a gran velocidad y que son atraídas hacia los polos terrestres. En el impacto con el campo magnético de la Tierra las partículas salen hacia la atmósfera donde chocan con las moléculas de oxígeno (donde se emite los colores rojo, verde y amarillo) y nitrógeno (que da el color azul y púrpura, menos comúnes). Un fenómeno que en realidad ocurre a muchos kilómetros sobre nuestras cabezas, pero que podemos ver con total claridad, si tenemos suerte.
En parte su magia reside en la dificultad o suerte que hay que tener para verlas. No se tiene la seguridad de que se producirá en un sitio determinado, con lo que hay que tener en cuenta ciertas claves que ayudarán al factor suerte. Aquí tienes algunos tips para incrementar tus posibilidades de ver uno de estos impresionantes espectáculos de luces en Finlandia.
Tanto para los más amateurs como para los expertos, la Laponia finlandesa es el lugar ideal. Aquí las auroras brillan casi una de cada dos noches despejadas entre septiembre y marzo mientras que, en el sur de Finlandia, solo son visibles, como máximo, unas 20 noches al año. Dirígete al norte de esta región y, si el cielo nocturno está claro y estrellado, tendrás muchas posibilidades de ver la aurora boreal.
Las luces pueden aparecer inesperadamente y desaparecer en cualquier momento, desde justo después de la puesta de sol hasta justo antes del amanecer. Los despliegues aurorales más brillantes pueden llegar a iluminar el paisaje ártico nevado lo suficiente como para ayudar a los esquiadores a encontrar el camino de vuelta a casa.
Dado que suele hacer mucho frío en las noches despejadas de invierno, cuando las luces se ven más fácilmente, es importante llevar ropa adecuada. Aunque, desde luego, una estupenda alternativa a presenciarlas al aire libre es alojarse en un iglú o cabaña especialmente diseñados para ello, donde podrás verlas desde una cálida cama.
Evita la contaminación lumínica. Por tanto, aléjate todo lo que puedas de las luces brillantes y de los edificios. Las cimas de las colinas y las orillas de los lagos son buenos puntos de observación. Y mejor aún si la luna está en fase decreciente o luna nueva para evitar su brillo.
Consulta las webs meteorológicas del país que vayas a visitar. Normalmente los países donde se dan estos fenómenos cuentan con webs especializadas donde informan de condiciones y probabilidad, lo malo es que no es una información que pueda darse a largo plazo para planificar. Hay más probabilidades de verlas cuando la actividad geomagnética es mayor. Tendrás que familiarizarte con el índice kp, el índice geomagnético que cuantifica las alteraciones del campo magnético terrestre.
Las auroras boreales son fenómenos naturales, y, como tales, no están sujetos a reglas ni mucho menos a horarios. Ármate de paciencia porque no es algo que se pueda predecir con tiempo, ni aun teniendo todos los factores a nuestro favor. Nadie podrá asegurarte con total seguridad que aparezcan. Una dosis de suerte y mucha paciencia serán las claves para llevar a cabo esta actividad. Y si no aparece, piensa que cuando quieras podrás volver a ser un cazador de auroras.