La nacionalidad es algo personal e intransferible. Y también objeto de disputas. ¿Cuántas guerras se han librado por unos kilómetros más o menos de terreno?
Hay un territorio que parece alejarse de los tópicos. No pertenece por entero a ningún país. Es el caso de la isla de los Faisanes, un islote fluvial ubicado cerca de la desembocadura del Bidasoa, el río que hace de frontera natural entre España y Francia.
La isla pertenece a ambos países en un régimen semestral de custodia compartida. De febrero a julio, el islote de los Faisanes pertenece a España y los otros seis meses restantes, a Francia. Se trata de un acuerdo que pasa desapercibido entre franceses y españoles y que no llama la atención en el país vasco-francés, una zona en la que se integran perfectamente las culturas de los dos países.
Aunque la isla ahora tenga una apariencia insignificante, tiene una historia fascinante detrás. Sirvió de base neutral para la negociación de paz que ponía fin a la guerra entre España y Francia, iniciada en 1635. El 7 de noviembre de 1659 se firmó allí el Tratado de los Pirineos, que puso fin al conflicto armado.
Casi un siglo más tarde, con la firma del Tratado de Bayona en 1856, se firmó el acuerdo amistoso entre España y Francia para compartir la soberanía de la isla de los Faisanes. El objetivo era evitar que se convirtiera en territorio no legislado y, por tanto, refugio de todo tipo de delincuentes o bandas organizadas.
Actualmente, como indica Odditycentral, con 6.820 metros cuadrados, la Isla de los Faisanes es el condominio más pequeño del mundo bajo el gobierno conjunto de dos países.
Paradójicamente, el islote nunca ha albergado un faisán en su territorio. Antes de ser llamada así, se llamaba la isla del Hospital, aunque tampoco hay documentado ningún centro hospitalario en sus tierras. Sí se sabe que en la época del Imperio Romano, la isla sirvió de terreno de paso y había que pagar peaje para cruzarla.
Actualmente, la isla no está habitada, tampoco está conectada a tierra firme y no se puede visitar de manera ordinaria. La policía de ambos países vigila la zona para que no se convierta en un lugar de paso de visitantes non-gratos, sobre todo en la parte de España, donde el escaso caudal del río permitiría pasar de un país a otro a pie y sin controles.
Los que deseen conocerla pueden hacerlo cada seis meses, durante la ceremonia de entrega de la nacionalidad. La última ceremonia fue el 1 de agosto y la siguiente será en enero. En esos momentos sí es posible recorrer la isla en algún viaje organizado. Por último, los ayuntamientos de Irún, en España, y de Hendaya, en Francia, son los encargados del mantenimiento de este excepcional paraje.