Con la llegada del verano y las vacaciones comienza la época de los grandes viajes. Pero elegir el lugar perfecto para que toda la familia disfrute y descanse no siempre es tarea sencilla. Desde luego no es lo mismo que viajar solo, con amigos o en plan escapada romántica. Eso sí, un viaje siempre es fuente de futuros recuerdos y anécdotas que quedarán grabadas en la retina para siempre. A continuación te damos ideas de destinos perfectos para toda la familia y que, según la Agencia Atlántida Travel, hay que visitar al menos una vez en la vida.
Quien más y quien menos se ha planteado alguna vez con realizar un safari. Al norte de Tanzania, no muy lejos de la frontera con Kenia y conectado con el Serengueti, se encuentra el paraje natural perfecto para cumplir ese deseo: el cráter de Ngorongoro, hogar permanente de 25.000 especies, lo que lo convierte en la mayor concentración estable de vida salvaje del planeta.
Con 19 kilómetros de ancho y 264 kilómetros cuadrados de superficie, la densidad de animales hace que sea muy fácil contemplarlos. Las paredes del cráter se elevan casi en vertical hasta los 400 y 600 metros de altura, creando una barrera natural y un ecosistema único y protegido. Alrededor hay numerosos lodges de lujo disponibles, destacando el Ngorongoro Lodge, cuyo diseño se fusiona con el entorno.
El país nipón es un destino donde la tradición y la modernidad se unen creando un ambiente único. Es un emplazamiento especialmente demandado durante la época de Hanami, en primavera, con los cerezos en flor, o la temporada de Momiji en otoño, cuando las hojas se tiñen de tonos rojizos
Tokio es el perfecto ejemplo de los contrastes japoneses, ya que combina a la perfección rascacielos y edificios futuristas con tradiciones milenarias y templos impresionantes. En el país se pueden disfrutar de experiencias únicas: dar una clase de papel japonés, washi; bañarse en un onsen tradicional; visitar la casa del clan samurái Nomura; preparar la ancestral ceremonia del té o degustar una cena japonesa con geishas en el popular barrio de Gion.
Australia es todo un paraíso para las familias que busquen aventuras: los más jóvenes disfrutarán con los canguros, koalas y otros animales extraños, mientras que los preadolescentes podrán practicar el surf, siendo Emerald Beach un punto de referencia para surfear y bucear. Un viaje al país oceánico no está completo sin sumergirse en su famosa Gran Barrera de Coral, una de las maravillas naturales del mundo, y sin explorar el outback, un paisaje árido con pueblos fantasma dignos de una película del oeste.
En cuanto a espectáculos visuales, destacan la belleza natural de Pink Lake, un lago salado de color rosa; el Kings Canyon, una falla impresionante en el corazón del desierto rojo, y el inolvidable atardecer de Campo de Loz en Ayers Rock, donde 50.000 tallos de luz convierten la zona desértica frente Uluru en un paisaje de cuento de hadas.
Aunque mucha gente cree que la Antártida un destino limitado a científicos, militares o expedicionarios, lo cierto es que es posible poner un pie allí sin pertenecer a ninguno de estos grupos. Eso sí, no es precisamente barato. Se puede explorar la Península Antártica mediante un aero-crucero, accesible durante los meses de octubre a marzo.
El barco de expedición Ocean Nova, con capacidad para 67 personas, se abre paso a través de fiordos e imponentes icebergs, mientras se observan aves marinas, pingüinos, focas y ballenas. El viaje puede incluir visitas a las Islas Shetland del Sur, el paso Antártico, el estrecho de Gerlache y el estrecho Penola. No se recomienda, sin embargo, llevar a menores de 12 años a bordo en un viaje tan largo y extremo.
Debido a su diversa geografía e importante historia, el país sudamericano brinda múltiples opciones para que toda la familia disfrute. La joya de la corona es la ciudad inca de Machu Picchu, una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, pero hay muchos más placeres ocultos en Perú. Desde la historia milenaria que se respira en sus calles a la biodiversidad natural de la Amazonia, donde cuenta la leyenda que se esconde El Dorado, o su aclamada capital gastronómica.