Tras un curso particularmente intenso, es tiempo de vacaciones. Aquellos afortunados que pueden disfrutar de unos días de descanso y desconexión tendrán, probablemente a estas alturas, ya decidido y reservado el destino y en mente qué llevar de equipaje. Julio y agosto son los meses por excelencia para viajar y hacer turismo: la oferta de planes, dentro de España y fuera, es amplísima, y cada vez existe más información para poder preparar las vacaciones con antelación y sin imprevistos, si no los queremos. Pero no solo sobre destinos y planes: también tenemos a nuestra disposición trucos útiles para nuestras escapadas, y uno de ellos tiene que ver con las maletas y los aeropuertos.
Es una situación muy típica: llegamos a nuestro destino tras horas de avión, cansados y entumecidos, y toca hacer tiempo mientras esperamos a recoger nuestra maleta en la temible cinta de equipajes de la zona de recogida del aeropuerto. Especialmente en los viajes de vuelta, en los que ya contamos con menos de energía, pero también en los de ida si hemos organizado ya algo para nuestra llegada y tenemos algo de prisa, puede ser un trámite que se haga muy cuesta arriba. Demasiado.
Por suerte, existen formas de remediarlo. O, al menos, de poner todo de nuestra parte para intentar conseguir que la nuestra sea de las primeras maletas en asomar por ese agujero y caer a la cinta. La web ComputerHoy recoge algunos de estos consejos para agilizar las cosas.
El primero de ellos implica un cierto riesgo, pero según los expertos consultados por el mencionado portal, puede ser el más efectivo. Tiene que ver con el orden de llegada en el las maletas entran en la bodega del avión: la estrategia implica llegar de los últimos al mostrador de facturación de equipaje, o poco antes de que este vaya a cerrar. De esta manera, tus maletas serían de las últimas en guardarse en bodega y, por ende, de las primeras en ser descargadas cuando aterrice el avión.
Otro de los trucos es, a priori, más desconocido. Implica que pidas, a la hora de facturar el equipaje, una etiqueta para identificarlo como material frágil. Este tipo de bultos, como se afirma en la citada web, suelen cargarse al final, generalmente, por lo que también serían de las primeras maletas en salir.
Hay una recomendación que hay que tener en cuenta también. Una vez tengamos la maleta cargada con todo lo necesario, hemos de quitarle todas las posibles etiquetas y pegatinas antiguas, heredadas de otros viajes. Estos elementos no hacen sino entorpecer el trabajo de los operarios que las gestionan, por lo que alargarían la espera.
Existen otras opciones, además. Una de ellas tiene que ver con una posibilidad no presente en todos los vuelos: que puedas depositar tu maleta en el check-in para que pueda ser colocada próxima a la puerta del avión. Aunque esto suele requerir controles de seguridad adicionales sobre tu equipaje, lo cierto es que abrevia la espera.
Por último, si no te importa gastar algo de dinero, es habitual que, si viajas en clase ejecutiva, puedas pagar un cierto importe por la entrega prioritaria del equipaje, que se devuelve a su propietario de una forma más rápida que habitualmente.