Hace solo unas semanas que conocíamos la historia de Tim Shaddock, el hombre que estuvo 90 días a la deriva en el océano Pacífico junto a su perra después de que su barco se dañase en una tormenta en su travesía de La Paz a la Polinesia Francesa. Fueron semanas a la deriva, alimentándose de pescado crudo y de agua de lluvia hasta que un atunero mexicano lo divisó y lo llevó a él y a su mascota a tierra de nuevo. Una historia de película que hoy Tim puede contar.
El hombre de 54 años, pasados ya unos días desde que fue rescatado, ha hablado con El País, donde ha explicado cómo fueron esas semanas a la deriva en medio del océano. Shaddock era hasta hace no mucho un hombre de los de traje y corbata por trabajar en una gran tecnológica de Sídney, pero la llegada del teletrabajo le hizo alejarse de la gran ciudad hasta que aterrizó en Estados Unidos, aunque terminó estableciéndose una temporada en Querétaro.
Fue precisamente en las montañas donde conoció a Bella, la perra que le acompaña desde entonces. Se mudó a la costa de Jalisco donde se compró el catamarán que convirtió en su hogar, aunque empezó a complicársele el poder teletrabajar, así que durante un año adaptó la embarcación para hacer la travesía que deseaba.
Este año hizo su viaje a La Paz, su primera gran prueba, por lo que empezó a creer que sus planes de cruzar el Pacífico eran más que posibles. Así, le puso placas solares a su barco, una desalinizadora de agua, reservas de comida, el equipo técnico necesario y la vela que le ayudaría a cruzar el océano sin necesidad de encender el motor para salir al mar antes de que comenzase la temporada de huracanes en mayo.
“Mi perra y yo comíamos juntos y bebíamos agua juntos de una taza. Ella siempre comía conmigo. Yo comía un poco y luego le daba un poco a ella. Si tenía pescado, cortábamos el pescado y ella se lo comía con espinas y todo”, cuenta. Una alimentación que varió entre lo que le quedaba en la despensa y lo que lograba pescar desde el barco, en una ocasión hasta un tiburón. El camino de Tim y Bella se ha separado ahora que él vuelve a Australia por la política de animales del país, pero sabe que el animal que le acompañó durante esas semanas vivirá feliz con su nueva familia.
Shaddock estuvo a punto de no contarlo por lo cerca que estuvo de un huracán, pero un helicóptero lo divisó y dio aviso al atunero que se acercó a la zona del barco. Y la pregunta del millón: ¿volverá a lanzarse al mar? “Creo que navegaré en el futuro, aunque probablemente en un barco más grande. Quizá en un crucero, sentado en mi sillón , comiendo y con aire acondicionado”.