Existen alrededor de las vacaciones estivales algunas ideas equivocadas, como pensar que se puede entrar en el agua en playas concurridas sin tropezarse con algún paseante o que aliviar la vejiga sobre alguien que acaba de sufrir una picadura de medusa reducirá el dolor del afectado. Pues bien, otra de esas confusiones, más terrible si cabe, guarda relación con los amores de verano. Está ampliamente extendida la creencia de que solo atañen a adolescentes impresionables. No es así en absoluto. Los uppers solteros —y quizá alguno que no lo está— ven en la temporada de asueto una época propicia para ligar. En concreto, un 77% coincide en que el verano es la estación perfecta para vivir una historia de amor.
Es más: el turista senior soltero es “muy enamoradizo, entusiasta de los romances del verano”. El 40% de ellos lo que más desea hacer en vacaciones es enamorarse. Son algunas de las conclusiones que se desprenden de una encuesta realizada este año por el portal de citas Ourtime sobre los hábitos vacacionales de los turistas españoles senior solteros. Como es un portal de citas para mayores de 50, cabe deducir que sus usuarios están en cierto modo predispuestos a ligar; para eso se han apuntado.
Por lo que quizá la muestra esté ligeramente condicionada y haya otros muchos uppers solteros que no tengan ganas de enamorarse o simplemente estén abiertos a ello si surge de forma espontánea, pero no hasta el punto de inscribirse en una web de citas para lograrlo. Aun así, los datos son bastante llamativos.
El estudio pinta a los maduros solteros como personas joviales, disfrutonas, abiertas y activas; es decir, que no se parecen en nada al típico veraneante que deja pasar las horas repantigado en la tumbona mientras devora la prensa deportiva y por la tarde se apalanca en una barra llenándose el bigote de azúcar mientras se harta de mojitos (opciones de lo más respetable, por otra parte).
Uno de cada cuatro practica en verano algún tipo de actividad física como natación o senderismo. Ignoramos si por “senderismo” se entienden también las caminatas por la playa, pero tendría sentido, ya que estas permiten cruzarse con gente a un ritmo de unas cien personas por minuto, lo que sin duda amplía las posibilidades de conocer a alguien con quien iniciar el veraniego romance que con tanto entusiasmo ansían.
Aparte de desconectar del trabajo, los maduros solteros buscan desconcectar de la familia: solo un 19% se lleva consigo a sus padres o a sus hijos, camarilla que podría obstaculizar sus románticos empeños. Prefieren viajar solos o con amigos. Y, puestos a pedir, el 18% de los varones de ese perfil estarían encantados de enrollarse con una chica francesa, mientras que el 26% de las mujeres se inclina por hacerlo con un caballero italiano.
Aunque eso demuestra una evolución geográfica (el macho celitibérico y ya desfasado de la era de Alfredo Landa tenía en un pedestal a las suecas), parece que el mantener relaciones con alguien de allende nuestras fronteras sigue ocupando lugar preponderante en las fantasías.
Las preferencias vacacionales de las personas maduras han sido objeto de estudio en otras ocasiones. No en vano se trata de un colectivo muy apetitoso para el sector turístico. Según la Organización Mundial de Turismo, los viajes de los mayores de 60 años generarán para 2050 un negocio de 2.000 millones de dólares (frente a los 593 millones que de 1999).
De acuerdo con Eurostat, cuatro de cada diez noches de hotel dedicadas al turismo registradas en la Unión Europea en 2019 las pasaron personas de más de 55 años. Los uppers viajamos de media cuatro o cinco veces al año; tanto nos gusta que, durante la pandemia de covid, muchos añoraban más viajar que abrazar a sus nietos, según un informe de 2021 de Silver Travel Advisor. Desde que lo leyeron, los nietos ahora les niegan el abrazo, decisión nada reprochable.
Los senior en general, y los españoles en particular, tienen estancias más largas en sus lugares de destino que otros segmentos de la sociedad. Cuatro investigadores de las universidades de Vigo y Alicante llegaron a esa conclusión después de realizar 358 entrevistas telefónicas a otras tantas personas mayores de 55 años. A mayor edad, mayor es la estancia en vacaciones, aseguran (es decir, que incluso entre los uppers, una persona de 65 años pasará más tiempo de vacaciones que una de 55). Eso se debe, según los autores del estudio, a la ausencia, en el caso de los jubilados, de barreras de tiempo establecidas por sus obligaciones laborales.
Además, las personas que viajan solas tienden a realizar estancias más prolongadas que aquellas que viajan con un acompañante. No obstante, aquellas que tienen pareja prefieren viajar con ella. En cuanto al tipo de alojamiento, los establecimientos hoteleros son sus favoritos. Y sobre el tipo de destino, anteponen lugares de interés histórico o artístico y espacios que destacan por la naturaleza y el clima —casi siempre dentro de España— a molestas zonas comerciales.
Los senior buscan, ante todo, tranquilidad. Disfrutar del descanso y el silencio es el factor más importante planificaban sus vacaciones, sostiene un estudio publicado en 2021 en la revista Economies. La región elegida debe ofrecer, sobre todo, lugares que sean relajantes. En esa línea, buscan alojamientos de calidad, como hoteles, antes que campings.
La seguridad, la naturaleza, los sitios históricos, la calidad de los servicios y las fáciles conexiones de transporte son los cinco principales factores de atracción para los maduros a la hora de elegir un destino. En cambio, según este estudio, no quieren oír hablar de hacer deporte, bailar o acampar. Detectaron los autores de este informe que las vacaciones pueden ser una excelente manera de reunirse y pasar tiempo con los miembros de la familia cuando estos viven lejos.